La suya es la historia de éxito de la reinvención de un logo. Alessandro Michele ha conseguido que ninguna cintura se le resista.
En el lujo discreto parece no haber cabida para esos excesivos símbolos que anegaron los 80, pero hay vestigios de esa época de ostentación que resisten décadas después.
¿El secreto? Reinventarse o morir.
Los cinturones son uno de los ejemplos mayúsculos de 2016. Y Gucci tiene buena parte de la culpa.
Con el trabajo de reestructuración que ha dado Alessandro Michele a la firma, ha conseguido que sus complementos vuelen de las estanterías.
Y sin dejar de subir los precios.
Desde que apareciesen en su colección otoño-invierno 2015, hemos sido testigos de una fiebre que se ha extendido de los insiders de la moda a las famosas.
Los primeros cinturones que se vieron sobre la pasarela, en negro o marrón, pueden encontrarse en la web de Gucci por unos 350 euros aproximadamente y son el accesorio por excelencia entre las celebrities
. De Kendall Jenner a Rosie Huntington-Whiteley, pasando por Jennifer Aniston o la propia Dakota Johnson, no hay cintura femenina que se les resista.
Pero el éxito del cinturón reside en una parte concreta:
La ya célebre doble G que compone su hebilla.
El renacimiento y la modernización del logo que Gucci utilizó en su apogeo durante los años 80, y que Alessandro Michele ha llegado a reinterpretar en las últimas temporadas de maneras inimaginables.
Más que un mero monograma de metal, esta hebilla, que también puede verse en bolsos y zapatos de la firma, se ha convertido en el símbolo del rebranding de la casa: un nuevo Gucci que mira hacia el futuro haciendo honor a su pasado, pero sin permitir que les “asfixie”, como afirmó Marco Bizzarri, CEO de la marca, en una conferencia en Versalles.
Lo dejaron claro desde el principio: para no perder perspectiva, una de las decisiones iniciales fue quitar de las paredes y las oficinas todas las fotos históricas de antiguos embajadores y famosos afines a la casa como Liz Taylor o Sammy Davis Junior. Trazaron una nueva hoja de ruta, pero utilizando como brújula un símbolo del pasado: “Antes, Gucci se avergonzaba un poco de su logo, pero debe sentirse orgulloso de un emblema con 95 años de historia.
Es un activo increíblemente poderoso para la firma y debe ser algo tan deseable como un bolso de piel”, explicó Michele en un vídeo emitido durante esa conferencia.
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