Cada vez hay menos nacimientos en sábados y domingos.
Las tasas de cesáreas e inducciones al parto son más altas de lo recomendado.
Hace 40 años la probabilidad de que un bebé viniera al mundo en lunes, miércoles o sábado era prácticamente la misma.
Los niños, sencillamente, nacían cuando tocaba.
Con el paso de los años, sin embargo, los partos se han ido concentrando en los días laborables, de forma que ahora los niños nacen un 20% menos en sábado y un 27% menos en domingo que de lunes a viernes.
No es casualidad.
El parto es un proceso natural, así que si los paritorios están más vacíos los fines de semana y los festivos hay que buscar el porqué en la programación de los alumbramientos.
Algo que ocurre cada vez más, según un análisis que ha hecho EL PAÍS a partir de los casi 2,3 millones de nacimientos registrados en la Comunidad de Madrid durante 35 años, desde 1975 hasta 2010. El departamento de estadística de esta comunidad ofrece el día de cada nacimiento, a diferencia del Instituto Nacional de Estadística, que solo permite saber mes y año.
Los cambios en los patrones de nacimientos obedecen, por tanto, al incremento de los partos programados, bien por cesárea, bien por inducción.
En ambos casos, los expertos consultados para este reportaje reconocen que las tasas de ambos procedimientos son demasiado elevadas.
En España ya nace por cesárea uno de cada cuatro niños (el 25,4%), un porcentaje que no deja de aumentar desde los años noventa.
Son más de 10 puntos por encima de la tasa máxima recomendada por Organización Mundial de la Salud (OMS), que es del 15%.
"Esas diferencias se explican por los partos en la privada y los partos programados en la pública", explica Txantón Martínez-Astorquiza, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
"Las cesáreas se hacen de lunes a viernes.
Y hay un 30% de casos en los que provocamos el parto, porque es necesario, también de lunes a viernes", añade.
"Dicho eso, sí, la tasa de cesáreas en España es muy alta.
Hacemos más de las que deberíamos hacer", reconoce.
El obstetra menciona varios factores.
Desde que han aumentado los embarazos de gemelos, hasta que en la privada se hacen más cesáreas por las complicaciones médico legales, pasando por la petición de la propia paciente.
"No quiero decir que la gente actúe mal, no quiero ser juez de nadie, pero hacemos más de las recomendadas", insiste.
"En la asistencia privada tú eres el único responsable de esa paciente, tienes una relación personal con ella y tomas decisiones en las que quizás por cubrirte arriesgas menos.
En algunas clínicas privadas también tienen menos medios porque no hay anestesia 24 horas ni pediatra 24 horas", apunta.
ediatra 24 horas", apunta.
También entre comunidades y, si se hicieran públicas, también sorprenderían entre hospitales.
Andrés Calvo es jefe de servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Manacor (Mallorca) y presume de tener uno de los porcentajes más bajos de España.
"En hospitales que apuestan por partos de baja intervención con protocolos estandarizados de indicaciones y con obstetras concienciados que no sobreindican, las cesáreas se mueven entre el 12% y el 20%", asegura. Manacor, Cruces en Bilbao y Las Palmas están cerca de ese 12%.
"En los hospitales privados las cifras de cesáreas se consideran buenas si no pasan el 40%", añade.
Mercedes Sánchez, de 33 años, dio a luz a su primer hijo el último jueves de julio de 2013 en una clínica privada de Madrid. La llevaba un ginecólogo "conocido de la familia de toda la vida" en el que confiaba plenamente, relata.
Por eso entonces no fue consciente de algunos detalles que ahora, pasado el tiempo, le llevan a pensar que la inducción de su parto no tuvo justificación médica.
De una consulta a las 39 semanas de embarazo, en la que los monitores no mostraban ninguna complicación, salió con la indicación de presentarse en el hospital para que la ayudaran a ponerse de parto.
Su hijo nació por cesárea esa misma noche.
"Mientras me cosía la cesárea oí al ginecólogo hablando con el resto del personal. Dijo, y lo recuerdo claramente, que se había quitado dos de las ocho embarazadas que tenía antes de cogerse las vacaciones de agosto", cuenta.
"En el momento nunca me planteé que el profesional al que había confiado mi embarazo hiciera algo que no correspondiera con el criterio médico.
He consultado con otros profesionales y ahora sé que fue una inducción gratuita y a conveniencia de la agenda del doctor", añade. Tampoco la cesárea estaba indicada, asegura:
"Me dijeron que fue por desproporción cefalopélvica, pero di a luz a mi segundo hijo por vía vaginal sin problema".
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