Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

10 oct 2016

Llevar a Jesús del Pozo a los altares............................................... María R. López

Exposición sobre la obra de Jesús del Pozo en la sala Canal de Isabel II (Madrid). 
 
Volumen, materia y colores son los tres pilares del homenaje a Jesús del Pozo (1946-2011) que se celebra estos días en la sala de exposiciones Canal de Isabel II.
 La muestra, organizada por la Comunidad de Madrid, recoge el espíritu que el diseñador español quiso transmitir durante toda su carrera: "Quitarse. Menos es más. Quedarse con la esencia", en palabras de la comisaria de la exhibición, Esperanza García Claver, quien fue la directora de comunicación de la firma durante cinco años. 
La exposición es una parte muy pequeña de la obra del diseñador español; 50 piezas, repartidas en cuatro plantas y prestadas por la Fundación Jesús del Pozo y por clientes privados, como la cantante Ana Belén, que ha facilitado su vestido Flor de terciopelo granate, utilizado para la gira Rosa de amor y fuego (1989), y el Verdugado, un dos piezas de seda gris que lució en el programa de TVE A los hombres que amé (2011).
 Con un carácter muy escénico, la muestra pretende "llevar a Jesús del Pozo a los altares", asegura la comisaria, historiadora del arte especializada en cultura de moda.  
Concisión, humildad y abstracción son tres de las características que mejor definían a Del Pozo.
 Con ellas impregnó su arte, pero también su forma de trabajar.
 Alguien como García Claver, que convivió tan de cerca con el modisto, las conoce bien.
 Y por eso su trabajo en la exhibición se ha centrado en plasmar sus 35 años de carrera, eligiendo sus piezas favoritas, las más representativas de su carácter. "Existe una intención en cada arruga, en cada textura, en la manipulación del tejido para potenciar y enriquecer el mismo", afirma la experta.
 Así, en la sala Canal Isabel II el público se encuentra con abrigos de un material tan noble como la rafia, sus vestidos Vaso -de tul termofijado, imitando a los vasos de camping que se pliegan-, las prendas más escénicas que recuerdan a la moda del Siglo de Oro español o la parte más contemporánea de Del Pozo: el vestido Movida Madrileña (1980-1981), con un cuerpo de aplicaciones de cristal y metal —que encontró en una ferretería— y una falda de organza. 
 Para García Claver, no se trata de una retrospectiva al uso: "No quería enseñar cómo evolucionaron los cuellos o las mangas de Jesús.
 Sino mostrar piezas que recorren todos sus años, desde finales de los setenta [su primer desfile coincidió con la muerte de Franco, el 20 de noviembre de 1975, y tuvo que posponerlo hasta enero del siguiente año] hasta su fallecimiento, en 2011.
 Incluso hay dos prendas de un desfile póstumo precioso que hizo su equipo", reconoce. 
Se refiere al chal y chaleco de punto Oriente, pintado a mano, y a una chaqueta de punto, de oro y lana. La firma Delpozo trata de mantener vivo el espíritu de su creador pensando en aquellas cosas que más le gustaban, como los viajes exóticos a Oriente, los colores azul pato, azul tinta y ocres. 
 
Hasta el próximo 23 de octubre se podrá disfrutar en Madrid de la obra de uno de los diseñadores españoles más importantes en la historia de la moda. 
El mismo que estableció su base de operaciones y su trinchera en la madrileña calle de Almirante, donde se encontraba el negocio de cestería que regentó su familia. Como reconoció Del Pozo en un reportaje que emitió TVE tras su muerte, “es una zona donde realmente me siento muy bien. 
Es como un laboratorio, aquí salen los colores, los conceptos. 
Antes podía trabajar en otros sitios, pero ahora me he dado cuenta que necesito estar aquí”. 

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