“Hay dinero, casas y comida suficientes para todos”, afirma el actor, padrino de un programa para proporcionar viviendas.
Richard Gere
ha compartido este lunes una inusual conferencia de prensa con el
alcalde de Valencia, Joan Ribó, y la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra,
con motivo de la firma con la Fundación Rais de un acuerdo para ayudar a
las 404 personas sin hogar que, según un reciente estudio, duermen en
las calles de la ciudad.
El programa se basa en el principio de "casa primero", por el cual la inclusión de los sin techo es más eficaz si se les proporciona de entrada un hogar.
"Estoy muy feliz de ver cómo se ha tocado el corazón de alcaldes, vicepresidentas y ministros de todo el mundo", ha dicho Gere con su aura de tranquilidad, su pelo plateado y gafas sin montura.
El actor norteamericano ha resaltado que, siendo grave, la situación de Valencia es casi envidiable si se compara con la de su ciudad: "Solo en Nueva York hay más de 60.000 personas que viven en la calle, entre ellos 24.000 niños".
Gere ha destacado el desafío que afronta Europa con la acogida de los refugiados.
Y ha instado al continente a afrontarlo. "Hay dinero, casas y comida suficientes para todos", ha dicho.
El intérprete de Pretty Woman y Cotton Club ha presentado, además, Invisibles, cinta en la que interpreta a un mendigo que sobrevive en las calles de Nueva York.
Dirigida por el realizador y guionista Oren Moverman en 2014, la película se estrenó hace un año en España, pero Gere se ha embarcado en un nueva presentación del filme —que se proyectó hace unos días en el Festival de San Sebastián— con el objetivo de agitar las conciencias sobre la situación de los sin techo.
"Hace unos años me dieron un guion que no era muy bueno, pero me pasé los 12 años siguientes pensando en cómo sacarlo adelante", ha dicho respecto a Invisibles, rodado en un estilo cercano al documental.
Ponerse en la piel de un sin techo, ha agregado, le sirvió para aprender, "con qué facilidad se puede descender a los infiernos".
La pareja de Gere, la española Alejandra Silva, que lo ha acompañado en su visita al Palau de la Música de Valencia, es madrina de la Fundación Rais, entidad que trabaja con personas sin hogar.
Rais elaboró hace unos meses el primer censo de personas sin hogar en Valencia, que fijó su número en 404 personas.
En toda España, según la entidad, ascienden a cerca de 35.000.
Silva ha contado su experiencia al participar en la
elaboración del censo de Valencia, junto a otros 300 voluntarios:
"Pude vivir en primer persona la situación en la que viven. No saber dónde ir, dónde dormir, dónde comer. Es una situación desoladora".
El acuerdo firmado contempla que el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat cederán 10 viviendas para la puesta en marcha del programa de Rais.
Su principal rasgo es que comienza por proporcionar un hogar a las personas sin techo para fomentar desde esa base su inclusión social.
"Tenemos resultados de que en otros lugares, el cien por cien de los participantes en el programa no han vuelto a la calle.
La media alcanza el 88 por ciento", ha afirmado Ribó, quien ha indicado que la esperanza de vida de los sin techo es de 52 años, 20 años menos que la población general.
"No es que sean invisibles, es que no las miramos.
Les negamos los derechos más elementales porque no tienen un hogar. Pensamos que están lejos de nosotros, pero también nos da miedo vernos un día en su situación", ha afirmado la vicepresidenta valenciana.
El programa se basa en el principio de "casa primero", por el cual la inclusión de los sin techo es más eficaz si se les proporciona de entrada un hogar.
"Estoy muy feliz de ver cómo se ha tocado el corazón de alcaldes, vicepresidentas y ministros de todo el mundo", ha dicho Gere con su aura de tranquilidad, su pelo plateado y gafas sin montura.
El actor norteamericano ha resaltado que, siendo grave, la situación de Valencia es casi envidiable si se compara con la de su ciudad: "Solo en Nueva York hay más de 60.000 personas que viven en la calle, entre ellos 24.000 niños".
Gere ha destacado el desafío que afronta Europa con la acogida de los refugiados.
Y ha instado al continente a afrontarlo. "Hay dinero, casas y comida suficientes para todos", ha dicho.
El intérprete de Pretty Woman y Cotton Club ha presentado, además, Invisibles, cinta en la que interpreta a un mendigo que sobrevive en las calles de Nueva York.
Dirigida por el realizador y guionista Oren Moverman en 2014, la película se estrenó hace un año en España, pero Gere se ha embarcado en un nueva presentación del filme —que se proyectó hace unos días en el Festival de San Sebastián— con el objetivo de agitar las conciencias sobre la situación de los sin techo.
"Hace unos años me dieron un guion que no era muy bueno, pero me pasé los 12 años siguientes pensando en cómo sacarlo adelante", ha dicho respecto a Invisibles, rodado en un estilo cercano al documental.
Ponerse en la piel de un sin techo, ha agregado, le sirvió para aprender, "con qué facilidad se puede descender a los infiernos".
La pareja de Gere, la española Alejandra Silva, que lo ha acompañado en su visita al Palau de la Música de Valencia, es madrina de la Fundación Rais, entidad que trabaja con personas sin hogar.
Rais elaboró hace unos meses el primer censo de personas sin hogar en Valencia, que fijó su número en 404 personas.
En toda España, según la entidad, ascienden a cerca de 35.000.
"Pude vivir en primer persona la situación en la que viven. No saber dónde ir, dónde dormir, dónde comer. Es una situación desoladora".
El acuerdo firmado contempla que el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat cederán 10 viviendas para la puesta en marcha del programa de Rais.
Su principal rasgo es que comienza por proporcionar un hogar a las personas sin techo para fomentar desde esa base su inclusión social.
"Tenemos resultados de que en otros lugares, el cien por cien de los participantes en el programa no han vuelto a la calle.
La media alcanza el 88 por ciento", ha afirmado Ribó, quien ha indicado que la esperanza de vida de los sin techo es de 52 años, 20 años menos que la población general.
"No es que sean invisibles, es que no las miramos.
Les negamos los derechos más elementales porque no tienen un hogar. Pensamos que están lejos de nosotros, pero también nos da miedo vernos un día en su situación", ha afirmado la vicepresidenta valenciana.
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