Un estudio sobre bullying alerta de que Whatsapp es la herramienta más habitual para el acoso.
Ella es una adolescente aplicada a punto de cumplir 14 años, con una familia normal
(padre, madre, hermanos) sin problemas económicos.
Las llamadas y mensajes con insultos y amenazas le llegan sobre todo desde el Whatsapp.
Las hacen sus propias compañeras de clase, también chicas.
Le escriben casi siempre por la tarde, cuando ya está en casa.
Ella es la víctima estándar del ciberbullying, una forma de acoso escolar que supone intimidar o humillar de forma reiterada en el tiempo a través de las redes sociales, por el correo electrónico, en un chat o con el móvil.
Uno de cada cuatro casos de acoso es de este tipo, según un estudio publicado este martes.
Y de nuevo, la víctima más común suele ser una chica.
La proporción de ciberacosados aumenta conforme lo hace la edad de la
víctima y afecta mucho más a las chicas (70,25% de los casos) que a los
chicos (29,8%).
El hostigamiento es diario para un 71,8% de las víctimas.
Nueve de cada 10 víctimas tienen alguna secuela psicológica. Sobre todo sufren ansiedad (79,5%), seguida de tristeza, soledad y baja autoestima.
Uno (o una) de cada diez ha tenido pensamientos suicidas o ha llegado a intentar acabar con su vida.
Uno de cada tres casos se considera de "alta gravedad" porque la víctima recibe golpes o patadas, lleva más de un año sufriendo a diario y la violencia aumenta conforme pasa el tiempo.
Una familia normal
La mayoría de las víctimas de esta lacra son de nacionalidad española y proceden de familias "convencionales" y sin problemas económicos en el 86% de los casos, según refleja el Estudio sobre ciberbullying según los afectados, elaborado por la fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) y la fundación Mutua Madrileña a partir de la base de datos de los teléfonos de ayuda a niños y adolescentes y a los adultos y la familia de ANAR que ha atendido 60.408 llamadas relacionadas con acoso escolar, de entre los que se han seguido 1.363 casos de bullying.
Los ciberacosadores pertenecen normalmente al mismo centro escolar que la víctima y actúan en grupo (de dos a cinco personas) del mismo sexo que la víctima y que, en ocasiones, fueron sus amigos previamente.
También son adolescentes "y les mueve la agresividad o la venganza", según el estudio.
La mayoría de los acosados tiene un "alto rendimiento escolar", según el informe.
Son el 36,2% frente al 33,3% de rendimiento medio y el 30,5% de rendimiento bajo.
Pero el estudio alerta de que sufrir ciberacoso "desmotiva en alto grado el esfuerzo escolar de quienes lo sufren".
"Que se de en uno de cada cuatro casos es un porcentaje alto, muchos siguen con la idea de que es algo novedoso, pero no es un fenómeno nuevo, se da cada vez más", explica al teléfono Benjamín Ballesteros, director de programas de la Fundación ANAR.
La explicación de que sea un fenómeno que se produce más en alumnos más mayores (el acoso en general comienza a los 11 años) está relacionado con la "incorporación" de las nuevas tecnologías a la vida de los adolescentes.
"Normalmente reciben su primer móvil a los 12 años y es entonces cuando empiezan a formar parte de su vida", añade Ballesteros.
Sobre la mejor edad para tener un teléfono móvil, Ballesteros recomienda a los padres: "Deberían entregarlo en el momento en el que consideren que ya están preparados para ir solos a la calle, el peligro es similar.
Y deberían alertarles de forma parecida a como les cuentan los problemas que puede traer salir solo".
A quién acudir
Las víctimas de ciberbullying suele pasar una media de nueve meses antes de que atreverse a contarlo.
Acuden más a los padres (81,3%) que en otros tipos de acoso en las escuelas (62,1%). A Ballesteros les llama la atención que lo cuenten: "Es cierto que tardan casi un curso, pero lo cuentan, se lo dicen a todo el mundo pero no siempre las reacciones son adecuadas, las familias tienden a aminorarlo".
El responsable de la fundación recomienda a los padres "que le den la importancia que tiene, profundicen en ello con sus hijos y lo cuenten en el centro escolar".
El informe destaca que en en este tipo de casos "es más habitual" que los profesores tomen medidas respecto al acoso tradicional.
El 28% de los docentes no hizo "nada especial, solo escuchar el caso del adolescente".
La mayoría de las familias afectadas (59,3%) consideraron que la actuación de los profesores no había sido la adecuada.
Las dos fundaciones autoras del trabajo consideran "esencial" adoptar un protocolo de actuación unificado para toda España con las medidas a adoptar en los centros escolares.
Los protocolos actuales son, en la mayoría de los casos, de ámbito regional.
Las llamadas y mensajes con insultos y amenazas le llegan sobre todo desde el Whatsapp.
Las hacen sus propias compañeras de clase, también chicas.
Le escriben casi siempre por la tarde, cuando ya está en casa.
Ella es la víctima estándar del ciberbullying, una forma de acoso escolar que supone intimidar o humillar de forma reiterada en el tiempo a través de las redes sociales, por el correo electrónico, en un chat o con el móvil.
Uno de cada cuatro casos de acoso es de este tipo, según un estudio publicado este martes.
Y de nuevo, la víctima más común suele ser una chica.
Madrid
El hostigamiento es diario para un 71,8% de las víctimas.
Nueve de cada 10 víctimas tienen alguna secuela psicológica. Sobre todo sufren ansiedad (79,5%), seguida de tristeza, soledad y baja autoestima.
Uno (o una) de cada diez ha tenido pensamientos suicidas o ha llegado a intentar acabar con su vida.
Uno de cada tres casos se considera de "alta gravedad" porque la víctima recibe golpes o patadas, lleva más de un año sufriendo a diario y la violencia aumenta conforme pasa el tiempo.
Una familia normal
La mayoría de las víctimas de esta lacra son de nacionalidad española y proceden de familias "convencionales" y sin problemas económicos en el 86% de los casos, según refleja el Estudio sobre ciberbullying según los afectados, elaborado por la fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) y la fundación Mutua Madrileña a partir de la base de datos de los teléfonos de ayuda a niños y adolescentes y a los adultos y la familia de ANAR que ha atendido 60.408 llamadas relacionadas con acoso escolar, de entre los que se han seguido 1.363 casos de bullying.
Los ciberacosadores pertenecen normalmente al mismo centro escolar que la víctima y actúan en grupo (de dos a cinco personas) del mismo sexo que la víctima y que, en ocasiones, fueron sus amigos previamente.
También son adolescentes "y les mueve la agresividad o la venganza", según el estudio.
La mayoría de los acosados tiene un "alto rendimiento escolar", según el informe.
Son el 36,2% frente al 33,3% de rendimiento medio y el 30,5% de rendimiento bajo.
Pero el estudio alerta de que sufrir ciberacoso "desmotiva en alto grado el esfuerzo escolar de quienes lo sufren".
"Que se de en uno de cada cuatro casos es un porcentaje alto, muchos siguen con la idea de que es algo novedoso, pero no es un fenómeno nuevo, se da cada vez más", explica al teléfono Benjamín Ballesteros, director de programas de la Fundación ANAR.
La explicación de que sea un fenómeno que se produce más en alumnos más mayores (el acoso en general comienza a los 11 años) está relacionado con la "incorporación" de las nuevas tecnologías a la vida de los adolescentes.
"Normalmente reciben su primer móvil a los 12 años y es entonces cuando empiezan a formar parte de su vida", añade Ballesteros.
Sobre la mejor edad para tener un teléfono móvil, Ballesteros recomienda a los padres: "Deberían entregarlo en el momento en el que consideren que ya están preparados para ir solos a la calle, el peligro es similar.
Y deberían alertarles de forma parecida a como les cuentan los problemas que puede traer salir solo".
A quién acudir
Las víctimas de ciberbullying suele pasar una media de nueve meses antes de que atreverse a contarlo.
Acuden más a los padres (81,3%) que en otros tipos de acoso en las escuelas (62,1%). A Ballesteros les llama la atención que lo cuenten: "Es cierto que tardan casi un curso, pero lo cuentan, se lo dicen a todo el mundo pero no siempre las reacciones son adecuadas, las familias tienden a aminorarlo".
El responsable de la fundación recomienda a los padres "que le den la importancia que tiene, profundicen en ello con sus hijos y lo cuenten en el centro escolar".
El informe destaca que en en este tipo de casos "es más habitual" que los profesores tomen medidas respecto al acoso tradicional.
El 28% de los docentes no hizo "nada especial, solo escuchar el caso del adolescente".
La mayoría de las familias afectadas (59,3%) consideraron que la actuación de los profesores no había sido la adecuada.
Las dos fundaciones autoras del trabajo consideran "esencial" adoptar un protocolo de actuación unificado para toda España con las medidas a adoptar en los centros escolares.
Los protocolos actuales son, en la mayoría de los casos, de ámbito regional.
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