Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

7 sept 2016

Isabel Preysler, la amante de sus maridos

Isabel junto a Mario Vargas Llosa, quien se convertirá en su cuarto marido GTRES

Habiendo, como hay, tantos y buenos libros sobre ella -El peso de la fama, Ed. Aguilar; Secretos confesables, Ed. Peninsular; Isabel y Miguel, 50 años de historia de España, Ed. La Esfera de los Libros; Isabel Preysler, el triunfo de una mujer, Ed. Plaza y Janés; El club de las Santas , Ed.
 Temas de Hoy y Reina de Corazones, Ediciones B-, amén de 47.200 referencias en Google sobre Isabel, me resistí durante un año a escribir este libro.
 ¿Qué podía yo decir que no se hubiera dicho y escrito ya? Porque no existe en España una mujer a la que no se le haya diseccionado tanto y tan profundamente.
 Todo dios conoce su vida, sus amores, sus amoríos, sus bodas, sus divorcios, sus hijos, sus casas. Incluso el derecho a la intimidad de todo ser humano que, a veces, no se ha respetado.
Aunque uno vale más por lo que calla que por lo que cuenta, llegué a la conclusión, después de mucho pensar, que, dado mi bagaje de conocimiento sobre Isabel, podía escribir un buen libro sobre ella, sin traspasar las líneas rojas de su vida.
Para ello, decidí emplear el mismo sistema que utilizo para los artículos y columnas en La Otra Crónica: buscar un buen titular y desarrollarlo.
 Tras mucho pensar y meditar, ¡eureka! apareció: Isabel, la amante de sus maridos.
 Se trata de un título que, así, a bote pronto, puede parecer agresivo y hasta insultante. Pero no lo es.


Tras analizar la vida sentimental de Isabel a fondo, llegué a la conclusión de que ella no es mujer de amantes, aunque algunos piensen lo contrario, sino de maridos, de quienes se convierte en esposa amante. 
 A diferencia de otras muchas que, no sólo no han sabido o querido serlo sino que, con el paso del tiempo, se han convertido en "madres" de sus maridos, con el riesgo que ello conlleva.
 Como escribió Julia Urquidi, la primera esposa de Mario: "Nunca he sido una mujer de aventuras, por eso he cometido el error de casarme tres veces, para no tener amantes". 

Madre o secretaria

Analizando profundamente esta cuestión, en la persona de Patricia Llosa, la que fuera mujer legal de Mario Vargas Llosa, encuentro que actuó siempre, por un lado, como madre y, por otro, como secretaria.
Si ustedes leen y releen con atención el discurso de Mario Vargas Llosa, el día que recibió el Premio Nobel y que incluyo en el libro, descubrirán un pasaje en el que intenta rendir homenaje a su esposa y tal parece lo hace, no ya a la madre, sino a la secretaria.
"Ella hace todo y todo lo hace bien. Resuelve los problemas, administra la economía, pone orden en el caos, mantiene a raya a los periodistas y a los intrusos, defiende mi tiempo, decide las citas y los viajes, hace y deshace las maletas y es tan generosa que hasta cuando cree que me riñe, me hace el mejor de los elogios".
Lo que digo, Patricia era la perfecta secretaria.
 Recuerdo en el libro el verano en el que coincidí con ellos en el hotel Meliá Sancti Petri de la costa gaditana. Pude comprobarlo.

Patricia y Varguitas

Sólo faltó que dijera a Patricia lo que Don Juan Carlos a Doña Sofía: "Eres una gran profesional".
 Pero lo más sorprendente de aquel discurso fue cuando Mario recordó lo que su esposa le decía: "Para lo único que sirves es para escribir".
 Mario habría podido decirle: "Eso será contigo". Porque Patricia habrá podido comprobar por todo lo sucedido que el nobel sirve para mucho más.
 Entre otras cosas, para haber enamorado a la mujer más deseada de España. ¡Y de qué manera!
De todas formas, no puedo por menos que preguntar en el libro: ¿Cuándo se rompió la magia de aquel amor entre Varguitas y su prima Patricia que, casi una niña, se presentó en París para arrancar a su primo de los brazos de su mujer, la tía Julia, para convertirse, contra toda la opinión familiar, en su jovencísima esposa?

Hace treinta años

Analizando profundamente la entrevista que Isabel le hizo a Mario hace treinta años en los Estados Unidos, como enviada especial de la revista ¡Hola! y que reproducimos en su totalidad, uno se sorprende y hasta se estremece cuando se encuentra con la siguiente pregunta 24 años antes de que se convirtiera en realidad el 7 de octubre de 2010.
-¿Te gustaría que algún día te concedieran el Premio Nobel?
-Un escritor debe trata de evitar pensar en el Premio Nobel, porque es un pensamiento corruptor. 
He conocido a algunos escritores a los que la ambición, la tentación del Nobel, llegó a estropearles la vocación.
No importa si tuvieron contacto durante estos treinta años. 
Lo que vale es el sentimiento que transmiten. 
Hay personas que llevan juntas toda su vida y no son capaces de mirarse como ellos se miran hoy.
 Me gustaría preguntarles qué sintieron cuando se abrazaron después de 30 años. 
Lo importante aquí, en esta historia, que he escrito con mucha honestidad, es que ese reencuentro, después de 30 años, puede generar este tipo de sentimientos.
Obviamente, los cuerpos de ambos no son los mismos que los de aquel día.
 Mario ha cumplido 80 años
 Tiene el cabello blanco aunque conserva un cuerpo medianamente atlético, por lo que se vislumbra. 
Isabel, a pesar de todos los retoques, tampoco es igual que aquella reportera que le entrevistaba en Missouri, aunque siga igual de hermosa pero más madura.
Cuando se reencuentran, ella era viuda o a punto de serlo.
 Él estaba, más o menos, mal casado con una mujer que se había convertido en "madre".
Ella se sentía feliz por el reencuentro y, aunque había perdido al hombre que amaba y él a punto de celebrar sus bodas de oro matrimoniales, había tomado la decisión de dejarlo todo y a todos para recuperar los 30 años perdidos.
 Una hermosa historia de amor. De lo que no hay duda, es que Isabel nunca se convertirá en la madre de Mario sino en la amante de su marido
. Para toda la vida. Una vida un poco desigual.
 Ella tiene todavía muchos para amarle. Él unos pocos menos para ser amado.

No hay comentarios: