Un Blues

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14 ago 2016

Carmen Machi: “Esperaba más de la izquierda. Hemos retrocedido mucho..............................María Guerra

Juntamos a Carmen Machi y a Terele Pávez, que interpetran a dos prostitutas madre e hija en La puerta abierta, para hablar de cine y política. 

Ninguna de las dos tienen pelos en la lengua. Así que prepárense.

Carmen Machi: “Esperaba más de la izquierda. Hemos retrocedido mucho”
Terele Pávez viste quimono de ESSENTIEL, pantalón de COUCHEL y pendientes de ISIDORO HERNÁNDEZ. Carmen Machi lleva vestido de SPORTMAX, sandalias de JIMMY CHOO y pendientes de ISIDORO HERNÁNDEZ.
Foto: Javier Tomás Biosca 
 
Con la misma dignidad que Machi y Pávez posan ante la cámara, interpretan a dos meretrices en la película de Marina Seresesky. Machi estuvo implicada desde el principio de este proyecto que no habla de la prostitución en la calle, sino de la vida en casa y en bata.
 «Me parece que este trabajo encierra una autodefensa de negarte a sentir y eso me deja demolida», asegura. También habla de la nobleza de estas mujeres, a las que une un nexo común de bondad, de alma regalada.
A las dos actrices las separan 25 años.
 Han nacido en épocas diferentes, pero coinciden en su estilo profesional. «Carmen es de las mías, de las que cuando trabajamos lo hacemos a tope; y te digo que hemos acabado agotadas. A nosotras no se nos caen los anillos por currar.
 Somos trabajadoras como un taxista», asegura Terele Pávez. Machi dice que recuerda con angustia las condiciones de trabajo de La puerta abierta:
 «En enero, en un piso de 60 metros nos metimos un equipo de 70 personas. Yo acabé contaminándome de la cara de asco de mi personaje. 
 Ha sido un rodaje muy intenso. Terele y yo nos teníamos que sostener la una a la otra. 
Y la temperatura de lo que la directora quería me la dio Terele, que es una mujer fuerte y valiente».
No siempre los actores hablan con esa franqueza.
 Es fácil que se lancen piropos entre sí, pero Machi se distancia de las palabras huecas: «Aunque mis personajes sean aguerridos, yo no lo soy»
. Carmen es una mujer tremendamente tímida y pudorosa
. Me he puesto una coraza de persona fuerte, pero soy muy pava. Ahora he cambiado y en parte ha sido por mis personajes.
 He aprendido mucho de todos ellos»
. En una sociedad que sigue penalizando a las féminas por su edad y apariencia física, ambas actrices exhiben su personalidad y su físico con rotundidad. 
 Carmen Machi se irrita ante el yugo –a veces– autoimpuesto:
 «Me enfado porque me doy cuenta de que todavía hay una resistencia en nuestro país para aceptar que las mujeres pueden tener poder, ser contundentes y hablar sin resignación ni miedos.
 He tenido la fortuna de meterme en el pellejo de personajes duros, incluso de líderes políticos como en el caso de Creonte, en Antígona
. Pero muchas espectadoras aseguraban que el Creonte que yo interpretaba era un hombre que se iba convirtiendo en mujer
. Y yo me pregunto: ¿cómo estamos las mujeres? Estamos avanzando mucho, pero nos falta valentía y empuje para atrevernos a tomar el poder que todavía consideramos patrimonio masculino».

Sin desmaquillarse, se cambian de ropa y se lanzan a las calles achicharradas de Madrid.

 Supuestamente están en una muy mala edad para conseguir trabajo, pero ambas tienen varios proyectos por delante.

 Machi reconoce que nunca ha padecido la angustia del paro, y matiza: «Pero también creo que no he perdido la humildad de saber que cada trabajo tienes que hacerlo bien. 

Y tampoco me engaño, que en este oficio la suerte es fundamental». Terele Pávez, en cambio, ha pasado unos malos años profesionales, pero recuerda a diario las palabras lapidarias de su madre: «Una cosa es ser pobre y otra, no tener dinero».

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