Llega el final de la Eurocopa, y a falta de su
desenlace final (dentro de todo sólo un partido, frente a los 50 ya
jugados) una conclusión se puede sacar: vuelven los malos tiempos para
la lírica. España, Croacia, Alemania, Inglaterra...
Los equipos cuidadosos con el balón han quedado por debajo de sus expectativas., por unas causas u otras. España, por dos melonadas de Sergio Ramos y otra colectiva; Croacia, porque un remate de Perisic dio en el palo y el contraataque fue gol; Alemania, porque el día decisivo le faltaron Mario Gómez, Khedira y Hummels. Inglaterra, porque le faltó algo mejor arriba.
Ha ganado el fútbol a lo Simeone: cautela, intensidad, salida rápida y alguien bueno arriba, para penalizar los errores del rival.
Francia, hablo de lo más reciente, castigó dos errores de Alemania y eso fue todo.
A lo mismo han ido muchos.
Esa es la explicación de la bonita aventura de varios modestos (Albania, Islandia y Gales) porque un fútbol así, tan trabajado, acerca a los que tienen menos a los que tienen más.
Como en España, donde Simeone ha colocado al Atlético junto al Madrid y el Barça. Yo doy mérito a eso, pero me gusta menos.
Y me temo que ahora gane adeptos. Se imita al que gana.
En lo individual, hemos visto consagrarse a Bale y a Griezmann. Cristiano ha seguido en su plano. Estos tres nombres amenazan a Messi para el próximo Balón de Oro
. Entre los fracasos llaman la atención los de Müller e Ibrahimovic, que se van sin vender una escoba, y me atrevo a colocar a su misma altura a Sergio Ramos,
que ya dije antes que tuvo mucho que ver con nuestra desgracia.
Por lo
demás, asistimos a un rebrote del ‘hooliganismo’, que felizmente se
marchó cuando se marcharon rusos, ingleses y croatas
. Y, ojo: en dos
años habrá Mundial en Rusia.
Una perspectiva inquietante.
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