Tríos con David Bowie, intercambios de pareja con Rod Stewart, líos con las novias de sus colegas... El biógrafo de Mick asegura que el rockero ha practicado el sexo con más de 4.000 mujeres (y algún señor).
"A Mick no le gusta que hable con sus mujeres, siempre acaban
llorando en mi hombro porque se han enterado de que él anda por ahí de
conquista otra vez.
¡La de lágrimas que han vertido sobre este hombro Jerry Hall, Bianca, Marianne, Chrissie Shrimpton!
Me han arruinado un montón de camisas".
Es Keith Richards (72 años), guitarrista y compinche en el amor y el odio de Mick Jagger en los Rolling Stones.
Richads pone en negro sobre blanco esta confesión en las páginas de sus memorias, editadas hace poco más de un lustro, que nos presentan a un Mick sexualmente insaciable, de voracidad infinita e irremediablemente mujeriego.
Y algo de eso debe haber, pues acabamos de saber que el cantante británico, que este próximo 26 de julio cumple 73 años, espera para principios de 2017 su octavo hijo.
La madre en esta ocasión es Melanie Harmick, bailarina de 29 años del American Ballet Theatre, con la que Jagger mantiene una 'relación abierta' desde poco después del suicidio en 2014 de la diseñadora L'Wren Scott, su anterior pareja durante trece años.
Echando cuentas, los números hablan
por sí solos, con un balance de ocho hijos con cinco mujeres distintas,
de edades comprendidas entre 45 y 17 años: Karis (de su relación con
Marsha Hunt), Jade (con Bianca Jagger), Georgia,
James, Elizabeth, Gabriel (con Jerry Hall) y Lucas (con Luciana
Gimenez).
El infatigable músico también tiene dos nietos y una bisnieta de dos años como colofón para un árbol genealógico tan intrincado como ciertamente variopinto.
Pero no vamos a centrarnos en ese frondoso ramaje, sino en la fecunda y abundante fuente de la que todo nace, es decir, la opípara fogosidad del bisabuelo más sexualmente activo (que se sepa) del rock.
Repasemos algunas cuestiones que dibujan una semblanza tan certera como indudablemente juguetona de Mick, un pequeño gran vanidoso al que no le hizo ninguna gracia que en sus memorias Keith ridiculizara su dotación amatoria: "Marianne no tenía cómo divertirse con su pequeño amiguito.
Sé que tiene un par de bolas enormes, pero no puede llenar el vacío entre ellas".
. Debían tener dieciséis años, diecisiete como mucho -nos situamos a finales de los cincuenta, por tanto-. Mick estaba más aburrido que una ostra. 'Es que no hay tías, no hay tías', se quejaba. La verdad es que no había nadie".
¡La de lágrimas que han vertido sobre este hombro Jerry Hall, Bianca, Marianne, Chrissie Shrimpton!
Me han arruinado un montón de camisas".
Es Keith Richards (72 años), guitarrista y compinche en el amor y el odio de Mick Jagger en los Rolling Stones.
Richads pone en negro sobre blanco esta confesión en las páginas de sus memorias, editadas hace poco más de un lustro, que nos presentan a un Mick sexualmente insaciable, de voracidad infinita e irremediablemente mujeriego.
Y algo de eso debe haber, pues acabamos de saber que el cantante británico, que este próximo 26 de julio cumple 73 años, espera para principios de 2017 su octavo hijo.
La madre en esta ocasión es Melanie Harmick, bailarina de 29 años del American Ballet Theatre, con la que Jagger mantiene una 'relación abierta' desde poco después del suicidio en 2014 de la diseñadora L'Wren Scott, su anterior pareja durante trece años.
El infatigable músico también tiene dos nietos y una bisnieta de dos años como colofón para un árbol genealógico tan intrincado como ciertamente variopinto.
Pero no vamos a centrarnos en ese frondoso ramaje, sino en la fecunda y abundante fuente de la que todo nace, es decir, la opípara fogosidad del bisabuelo más sexualmente activo (que se sepa) del rock.
Repasemos algunas cuestiones que dibujan una semblanza tan certera como indudablemente juguetona de Mick, un pequeño gran vanidoso al que no le hizo ninguna gracia que en sus memorias Keith ridiculizara su dotación amatoria: "Marianne no tenía cómo divertirse con su pequeño amiguito.
Sé que tiene un par de bolas enormes, pero no puede llenar el vacío entre ellas".
El adolescente Mick ya sabía lo que buscaba
La madre de Keith Richards, Doris Dupree Richards, dejó esta perla escrita en las mencionadas memorias de su hijo, en las que ya queda claro que desde adolescente el futuro cantante tenía claras sus apetencias: "Un verano nos llevamos a Keith y Mick a Beesands, en Devon, a pasar un fin de semana. Debían tener dieciséis años, diecisiete como mucho -nos situamos a finales de los cincuenta, por tanto-. Mick estaba más aburrido que una ostra. 'Es que no hay tías, no hay tías', se quejaba. La verdad es que no había nadie".
Sabía lo que quería y lo encontró
Cleo Sylvestre fue la primera novia más o menos oficial de Mick a principios de los sesenta, pero la relación no se consolidó
. En 1963 sí
lo logró con Chrissie Shrimpton, una muchacha de 17 años que acompañó a
la futura estrella durante los cruciales años en los que los Stones
empezaron a tener éxito y a ser perseguidos por las chicas
. "Íbamos por
la calle y si veía a unas fans me soltaba la mano rápidamente y seguía
andando como si no fuéramos juntos", recuerda ella en el libro Mick Jagger de Philip NormanLa relación entre ambos terminó rompiéndose cuando en 1966 entró en
escena la próxima pareja de Mick, Marianne Faithfull, cuya primera
aparición fue entrando en una concurrida fiesta, tal y como se describe
en el citado libro de Norman:
"Cuando llegó Mick y Andrew (Loog Oldham, mánager del grupo) dijeron al unísono: 'Me la quiero follar'. Sus novias no entendieron bien y preguntaron qué habían dicho, a lo que respondieron que la querían grabar".
Pero una noche de 1962 probó su propia medicina cuando Mick tuvo una relación con su pareja de entonces, tal y como Keith Richards relata en sus memorias: "Mick había ido a buscar a Brian una noche, completamente borracho.
Se encontró con que éste no estaba y se tiró a su parienta. Aquello provocó un terremoto, Brian se cabreó de verdad y al final ella le dejó.
A él, además, le echaron del piso. Mick, que se sentía responsable, le encontró otro en una casa destartalada en Beckenham".
"Cuando llegó Mick y Andrew (Loog Oldham, mánager del grupo) dijeron al unísono: 'Me la quiero follar'. Sus novias no entendieron bien y preguntaron qué habían dicho, a lo que respondieron que la querían grabar".
Se acostó con la mujer de Brian Jones
Muerto a los 27 años en 1969, Brian Jones dejó tras de sí una buena ristra de líos de faldas y un reguero de hijos, seis de ellos reconocidos.Pero una noche de 1962 probó su propia medicina cuando Mick tuvo una relación con su pareja de entonces, tal y como Keith Richards relata en sus memorias: "Mick había ido a buscar a Brian una noche, completamente borracho.
Se encontró con que éste no estaba y se tiró a su parienta. Aquello provocó un terremoto, Brian se cabreó de verdad y al final ella le dejó.
A él, además, le echaron del piso. Mick, que se sentía responsable, le encontró otro en una casa destartalada en Beckenham".
"A Mick no le gusta que hable con sus mujeres, siempre acaban
llorando en mi hombro porque se han enterado de que él anda por ahí de
conquista otra vez. ¡La de lágrimas que han vertido sobre este hombro
Jerry Hall, Bianca, Marianne, Chrissie Shrimpton! Me han arruinado un
montón de camisas".
Es Keith Richards (72 años), guitarrista y compinche en el amor y el odio de Mick Jagger en los Rolling Stones. Richads pone en negro sobre blanco esta confesión en las páginas de sus memorias, editadas hace poco más de un lustro, que nos presentan a un Mick sexualmente insaciable, de voracidad infinita e irremediablemente mujeriego.Y algo de eso debe haber, pues acabamos de saber que el cantante británico, que este próximo 26 de julio cumple 73 años, espera para principios de 2017 su octavo hijo. La madre en esta ocasión es Melanie Harmick, bailarina de 29 años del American Ballet Theatre, con la que Jagger mantiene una 'relación abierta' desde poco después del suicidio en 2014 de la diseñadora L'Wren Scott, su anterior pareja durante trece años.
Echando cuentas, los números hablan
por sí solos, con un balance de ocho hijos con cinco mujeres distintas,
de edades comprendidas entre 45 y 17 años: Karis (de su relación con
Marsha Hunt), Jade (con Bianca Jagger), Georgia,
James, Elizabeth, Gabriel (con Jerry Hall) y Lucas (con Luciana
Gimenez). El infatigable músico también tiene dos nietos y una bisnieta
de dos años como colofón para un árbol genealógico tan intrincado como
ciertamente variopinto.Pero no vamos a centrarnos en ese frondoso
ramaje, sino en la fecunda y abundante fuente de la que todo nace, es
decir, la opípara fogosidad del bisabuelo más sexualmente activo (que se
sepa) del rock.
Repasemos algunas cuestiones que dibujan una semblanza tan certera como indudablemente juguetona de Mick, un pequeño gran vanidoso al que no le hizo ninguna gracia que en sus memorias Keith ridiculizara su dotación amatoria: "Marianne no tenía cómo divertirse con su pequeño amiguito. Sé que tiene un par de bolas enormes, pero no puede llenar el vacío entre ellas".
Pero allá por 1968 el cineasta Donald Cammell (expareja de ella) la escogió para protagonizar la película Performance junto a Mick Jagger y ahí llegaron los problemas
. "Tardé tiempo en enterarme, pero me lo olía. A Mick no le dije nada, pero aquello abrió una brecha considerable entre nosotros
. No era la primera vez que competíamos por una mujer. Pero ¿sabes? Yo mientras tanto me estaba tirando a Marianne Faithfull.
Vaya lo uno por lo otro. De hecho, un día tuve que abandonar la casa de forma bastante abrupta cuando apareció Mick", rememora como de costumbre con sorna el pirata-guitarrista.
. Iniciaron una relación en paralelo hasta que Marianne abandonó al músico en 1970, momento en el que él le propuso a Marsha tener un hijo (el primero de su cuenta).
Ella aceptó como si una madre de alquiler se tratara, pues Mick mantenía relaciones con otras e incluso en esa época se enamoró de su futura esposa Bianca.
El entusiasmo inicial de Mick se fue diluyendo cuanto más se enamoraba de Bianca, llegando al extremo de desatender las necesidades de Marsha y su hija, Karis, que nació el 4 de noviembre de 1970
. Aunque ella inicialmente no le pidió nunca nada, tanto desdén terminó cabreando a la madre, que desveló el secreto de la paternidad de Jagger y todo derivó en el clásico embrollo de abogados hasta que lograron llegar a un acuerdo meses después.
Es Keith Richards (72 años), guitarrista y compinche en el amor y el odio de Mick Jagger en los Rolling Stones. Richads pone en negro sobre blanco esta confesión en las páginas de sus memorias, editadas hace poco más de un lustro, que nos presentan a un Mick sexualmente insaciable, de voracidad infinita e irremediablemente mujeriego.Y algo de eso debe haber, pues acabamos de saber que el cantante británico, que este próximo 26 de julio cumple 73 años, espera para principios de 2017 su octavo hijo. La madre en esta ocasión es Melanie Harmick, bailarina de 29 años del American Ballet Theatre, con la que Jagger mantiene una 'relación abierta' desde poco después del suicidio en 2014 de la diseñadora L'Wren Scott, su anterior pareja durante trece años.
Repasemos algunas cuestiones que dibujan una semblanza tan certera como indudablemente juguetona de Mick, un pequeño gran vanidoso al que no le hizo ninguna gracia que en sus memorias Keith ridiculizara su dotación amatoria: "Marianne no tenía cómo divertirse con su pequeño amiguito. Sé que tiene un par de bolas enormes, pero no puede llenar el vacío entre ellas".
El adolescente Mick ya sabía lo que buscaba
La madre de Keith Richards, Doris Dupree Richards, dejó esta perla escrita en las mencionadas memorias de su hijo, en las que ya queda claro que desde adolescente el futuro cantante tenía claras sus apetencias: "Un verano nos llevamos a Keith y Mick a Beesands, en Devon, a pasar un fin de semana. Debían tener dieciséis años, diecisiete como mucho -nos situamos a finales de los cincuenta, por tanto-. Mick estaba más aburrido que una ostra. 'Es que no hay tías, no hay tías', se quejaba. La verdad es que no había nadie".Sabía lo que quería y lo encontró
Cleo Sylvestre fue la primera novia más o menos oficial de Mick a principios de los sesenta, pero la relación no se consolidó. En 1963 sí lo logró con Chrissie Shrimpton, una muchacha de 17 años que acompañó a la futura estrella durante los cruciales años en los que los Stones empezaron a tener éxito y a ser perseguidos por las chicas. "Íbamos por la calle y si veía a unas fans me soltaba la mano rápidamente y seguía andando como si no fuéramos juntos", recuerda ella en el libro Mick Jagger de Philip Norman. La relación entre ambos terminó rompiéndose cuando en 1966 entró en escena la próxima pareja de Mick, Marianne Faithfull, cuya primera aparición fue entrando en una concurrida fiesta, tal y como se describe en el citado libro de Norman: "Cuando llegó Mick y Andrew (Loog Oldham, mánager del grupo) dijeron al unísono: 'Me la quiero follar'. Sus novias no entendieron bien y preguntaron qué habían dicho, a lo que respondieron que la querían grabar".Se acostó con la mujer de Brian Jones
Muerto a los 27 años en 1969, Brian Jones dejó tras de sí una buena ristra de líos de faldas y un reguero de hijos, seis de ellos reconocidos. Pero una noche de 1962 probó su propia medicina cuando Mick tuvo una relación con su pareja de entonces, tal y como Keith Richards relata en sus memorias: "Mick había ido a buscar a Brian una noche, completamente borracho. Se encontró con que éste no estaba y se tiró a su parienta. Aquello provocó un terremoto, Brian se cabreó de verdad y al final ella le dejó. A él, además, le echaron del piso. Mick, que se sentía responsable, le encontró otro en una casa destartalada en Beckenham".Juegos peligrosos con la chica de Keith
Anita Pallenberg fue novia de Brian Jones hasta que comenzó en 1967 una relación con Keith que duraría hasta 1980.Pero allá por 1968 el cineasta Donald Cammell (expareja de ella) la escogió para protagonizar la película Performance junto a Mick Jagger y ahí llegaron los problemas
. "Tardé tiempo en enterarme, pero me lo olía. A Mick no le dije nada, pero aquello abrió una brecha considerable entre nosotros
. No era la primera vez que competíamos por una mujer. Pero ¿sabes? Yo mientras tanto me estaba tirando a Marianne Faithfull.
Vaya lo uno por lo otro. De hecho, un día tuve que abandonar la casa de forma bastante abrupta cuando apareció Mick", rememora como de costumbre con sorna el pirata-guitarrista.
Le pidió a una amante que tuviera su primer hijo
Mientras Mick estaba con Marianne Faithfull, el cantante se encaprichó en 1968 de Marsha Hunt, actriz y cantante afroamericana de la versión londinense del musical Hair. Iniciaron una relación en paralelo hasta que Marianne abandonó al músico en 1970, momento en el que él le propuso a Marsha tener un hijo (el primero de su cuenta).
Ella aceptó como si una madre de alquiler se tratara, pues Mick mantenía relaciones con otras e incluso en esa época se enamoró de su futura esposa Bianca.
El entusiasmo inicial de Mick se fue diluyendo cuanto más se enamoraba de Bianca, llegando al extremo de desatender las necesidades de Marsha y su hija, Karis, que nació el 4 de noviembre de 1970
. Aunque ella inicialmente no le pidió nunca nada, tanto desdén terminó cabreando a la madre, que desveló el secreto de la paternidad de Jagger y todo derivó en el clásico embrollo de abogados hasta que lograron llegar a un acuerdo meses después.
"A Mick no le gusta que hable con sus mujeres, siempre acaban
llorando en mi hombro porque se han enterado de que él anda por ahí de
conquista otra vez. ¡La de lágrimas que han vertido sobre este hombro
Jerry Hall, Bianca, Marianne, Chrissie Shrimpton! Me han arruinado un
montón de camisas".
Es Keith Richards (72 años), guitarrista y compinche en el amor y el odio de Mick Jagger en los Rolling Stones. Richads pone en negro sobre blanco esta confesión en las páginas de sus memorias, editadas hace poco más de un lustro, que nos presentan a un Mick sexualmente insaciable, de voracidad infinita e irremediablemente mujeriego.Y algo de eso debe haber, pues acabamos de saber que el cantante británico, que este próximo 26 de julio cumple 73 años, espera para principios de 2017 su octavo hijo. La madre en esta ocasión es Melanie Harmick, bailarina de 29 años del American Ballet Theatre, con la que Jagger mantiene una 'relación abierta' desde poco después del suicidio en 2014 de la diseñadora L'Wren Scott, su anterior pareja durante trece años.
Echando cuentas, los números hablan
por sí solos, con un balance de ocho hijos con cinco mujeres distintas,
de edades comprendidas entre 45 y 17 años: Karis (de su relación con
Marsha Hunt), Jade (con Bianca Jagger), Georgia,
James, Elizabeth, Gabriel (con Jerry Hall) y Lucas (con Luciana
Gimenez). El infatigable músico también tiene dos nietos y una bisnieta
de dos años como colofón para un árbol genealógico tan intrincado como
ciertamente variopinto.Pero no vamos a centrarnos en ese frondoso
ramaje, sino en la fecunda y abundante fuente de la que todo nace, es
decir, la opípara fogosidad del bisabuelo más sexualmente activo (que se
sepa) del rock.
Repasemos algunas cuestiones que dibujan una semblanza tan certera como indudablemente juguetona de Mick, un pequeño gran vanidoso al que no le hizo ninguna gracia que en sus memorias Keith ridiculizara su dotación amatoria: "Marianne no tenía cómo divertirse con su pequeño amiguito. Sé que tiene un par de bolas enormes, pero no puede llenar el vacío entre ellas".
Durante todo aquel verano, igual que antes del final de su relación con Marianne, una interminable sucesión de mujeres pasó por su vida.
"Unas se quedaron una sola noche, o menos. Otras un fin de semana.
Y alguna encontró la manera de formar parte del personal sobre todo femenino de Mick. Solían ser norteamericanas, normalmente de California, de unos 22 años años y con una conducta sexual libre y desinhibida que las británicas aún no habían aprendido", relata el libro Mick Jagger escrito por Philip Morris, en el que también se afirma que, la situación continuó así de promiscua a pesar de su matrimonio con Bianca.
. Ella no sabía nada de rock y le parecía un mundo bastante infantil.
Para Mick, al principio, eso formaba parte de su irresistible atractivo, con el que tenía engatusado al rockero.
Es Keith Richards (72 años), guitarrista y compinche en el amor y el odio de Mick Jagger en los Rolling Stones. Richads pone en negro sobre blanco esta confesión en las páginas de sus memorias, editadas hace poco más de un lustro, que nos presentan a un Mick sexualmente insaciable, de voracidad infinita e irremediablemente mujeriego.Y algo de eso debe haber, pues acabamos de saber que el cantante británico, que este próximo 26 de julio cumple 73 años, espera para principios de 2017 su octavo hijo. La madre en esta ocasión es Melanie Harmick, bailarina de 29 años del American Ballet Theatre, con la que Jagger mantiene una 'relación abierta' desde poco después del suicidio en 2014 de la diseñadora L'Wren Scott, su anterior pareja durante trece años.
Repasemos algunas cuestiones que dibujan una semblanza tan certera como indudablemente juguetona de Mick, un pequeño gran vanidoso al que no le hizo ninguna gracia que en sus memorias Keith ridiculizara su dotación amatoria: "Marianne no tenía cómo divertirse con su pequeño amiguito. Sé que tiene un par de bolas enormes, pero no puede llenar el vacío entre ellas".
El adolescente Mick ya sabía lo que buscaba
La madre de Keith Richards, Doris Dupree Richards, dejó esta perla escrita en las mencionadas memorias de su hijo, en las que ya queda claro que desde adolescente el futuro cantante tenía claras sus apetencias: "Un verano nos llevamos a Keith y Mick a Beesands, en Devon, a pasar un fin de semana. Debían tener dieciséis años, diecisiete como mucho -nos situamos a finales de los cincuenta, por tanto-. Mick estaba más aburrido que una ostra. 'Es que no hay tías, no hay tías', se quejaba. La verdad es que no había nadie".Sabía lo que quería y lo encontró
Cleo Sylvestre fue la primera novia más o menos oficial de Mick a principios de los sesenta, pero la relación no se consolidó. En 1963 sí lo logró con Chrissie Shrimpton, una muchacha de 17 años que acompañó a la futura estrella durante los cruciales años en los que los Stones empezaron a tener éxito y a ser perseguidos por las chicas. "Íbamos por la calle y si veía a unas fans me soltaba la mano rápidamente y seguía andando como si no fuéramos juntos", recuerda ella en el libro Mick Jagger de Philip Norman. La relación entre ambos terminó rompiéndose cuando en 1966 entró en escena la próxima pareja de Mick, Marianne Faithfull, cuya primera aparición fue entrando en una concurrida fiesta, tal y como se describe en el citado libro de Norman: "Cuando llegó Mick y Andrew (Loog Oldham, mánager del grupo) dijeron al unísono: 'Me la quiero follar'. Sus novias no entendieron bien y preguntaron qué habían dicho, a lo que respondieron que la querían grabar".Se acostó con la mujer de Brian Jones
Muerto a los 27 años en 1969, Brian Jones dejó tras de sí una buena ristra de líos de faldas y un reguero de hijos, seis de ellos reconocidos. Pero una noche de 1962 probó su propia medicina cuando Mick tuvo una relación con su pareja de entonces, tal y como Keith Richards relata en sus memorias: "Mick había ido a buscar a Brian una noche, completamente borracho. Se encontró con que éste no estaba y se tiró a su parienta. Aquello provocó un terremoto, Brian se cabreó de verdad y al final ella le dejó. A él, además, le echaron del piso. Mick, que se sentía responsable, le encontró otro en una casa destartalada en Beckenham".Juegos peligrosos con la chica de Keith
Anita Pallenberg fue novia de Brian Jones hasta que comenzó en 1967 una relación con Keith que duraría hasta 1980. Pero allá por 1968 el cineasta Donald Cammell (expareja de ella) la escogió para protagonizar la película Performance junto a Mick Jagger y ahí llegaron los problemas. "Tardé tiempo en enterarme, pero me lo olía. A Mick no le dije nada, pero aquello abrió una brecha considerable entre nosotros. No era la primera vez que competíamos por una mujer. Pero ¿sabes? Yo mientras tanto me estaba tirando a Marianne Faithfull. Vaya lo uno por lo otro. De hecho, un día tuve que abandonar la casa de forma bastante abrupta cuando apareció Mick", rememora como de costumbre con sorna el pirata-guitarrista.Le pidió a una amante que tuviera su primer hijo
Mientras Mick estaba con Marianne Faithfull, el cantante se encaprichó en 1968 de Marsha Hunt, actriz y cantante afroamericana de la versión londinense del musical Hair. Iniciaron una relación en paralelo hasta que Marianne abandonó al músico en 1970, momento en el que él le propuso a Marsha tener un hijo (el primero de su cuenta). Ella aceptó como si una madre de alquiler se tratara, pues Mick mantenía relaciones con otras e incluso en esa época se enamoró de su futura esposa Bianca. El entusiasmo inicial de Mick se fue diluyendo cuanto más se enamoraba de Bianca, llegando al extremo de desatender las necesidades de Marsha y su hija, Karis, que nació el 4 de noviembre de 1970. Aunque ella inicialmente no le pidió nunca nada, tanto desdén terminó cabreando a la madre, que desveló el secreto de la paternidad de Jagger y todo derivó en el clásico embrollo de abogados hasta que lograron llegar a un acuerdo meses después.Polígamo de manual
Ni siquiera mientras esperaba su primer hijo Mick fue monógamo.Durante todo aquel verano, igual que antes del final de su relación con Marianne, una interminable sucesión de mujeres pasó por su vida.
"Unas se quedaron una sola noche, o menos. Otras un fin de semana.
Y alguna encontró la manera de formar parte del personal sobre todo femenino de Mick. Solían ser norteamericanas, normalmente de California, de unos 22 años años y con una conducta sexual libre y desinhibida que las británicas aún no habían aprendido", relata el libro Mick Jagger escrito por Philip Morris, en el que también se afirma que, la situación continuó así de promiscua a pesar de su matrimonio con Bianca.
Su atracción intelectual por Bianca Jagger
Al conocerla, Mick vio en Bianca una joven enigmática y hermosa, muy distinta de todas aquellas blandas californianas. Ella no sabía nada de rock y le parecía un mundo bastante infantil.
Para Mick, al principio, eso formaba parte de su irresistible atractivo, con el que tenía engatusado al rockero.
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