La modelo nacional con más proyección en todo el mundo se asoma al mañana con tendencias que inventan una nueva silueta.
Londres, Milan, París y Nueva York ya han visto desfilar a la joven jerezana.
Foto: Satoshi Saikusa
Se nota que Mayka Merino (de 19 años) es muy joven, porque todavía
cuenta su vida por veranos, como lo hacen los niños y los estudiantes.
Este lo ha tenido muy ocupado –en cuanto acabó de desfilar en la
pasarela 080 de Barcelona viajó a París para cumplir con sus compromisos
profesionales en la semana de la alta costura–.
Pero el verano pasado
fue incluso más ajetreado.
«Me quedé sin ir a las playas de Cádiz por
viajar a Londres, y al final me cambió la vida», cuenta.
Mayka Merino viste pantalón de lino
con espejos (2.900 €) y pendientes (295 €), todo de LOEWE; y zapatos de
piel de becerro de CÉLINE (920 €).
Se marchó a la capital británica con ropa para dos semanas y todavía no
ha vuelto
. Aunque el trabajo que sí giró su carrera del revés le llegó
en Milán, el pasado mes de septiembre. Ashley Brokaw, la directora de
casting a la que el diario The New York Times llama «la power player
definitiva de la industria de la moda» y la responsable de que en las
últimas temporadas las pasarelas se hayan llenado de caras interesantes,
de narices bulbosas, de diastemas y de marcas de nacimiento sin
corregir, le echó el ojo y la incluyó en el desfile de Prada
. Abriendo. «La modelo que arranca en Prada se considera la revelación del año, pero yo esto entonces no lo sabía», dice.
Les ocurrió antes a Daria Werbowy, Sasha Pivovarova o Karolina Kurkova. En el backstage,
Merino cruzó su mirada con la de la imponente Miuccia y le entró la
risa. «Es que estaba nerviosísima, solo quería hacerlo bien»
. No le dio
tiempo ni a avisar por WhatsApp a su familia, que la seguía por streaming
desde Jerez de la Frontera.
Su padre, funcionario jubilado, es quien le
lleva ahora la gestión de los contratos –«No sé por qué tiene una fama
rara el mundo de la moda, es como cualquier otro», dice– y también ha
aprendido latín en un año.
Ahora maneja con soltura nombres como el de
J.W. Anderson, otro que también apostó enseguida por Merino, o Proenza
Schouler.
El dúo la fichó en exclusiva para su primera New York Fashion
Week.
La modelo española revelación del año lleva camisa (945 €) y falda (725 €) de STELLA MCCARTNEY.
Vista de cerca, la modelo no se parece mucho a la criatura ligeramente
alienígena de las fotos ni a la maniquí que desfiló para Prada con un
traje de chaqueta –«El más bonito de todos, pero me veía muy señora»–,
maxipendientes y el flequillo aplastado con gel sobre la frente.
Para la
pasarela de Carlotaoms, en el 080, le han hecho una trenza de colegiala
y de golpe solo recuerda a lo que es, una chica de Jerez que comparte
piso en Londres (se ha cansado de las casas de modelos y ahora vive en
una colonia española) y que viste «muy sencilla, casi siempre de negro y
con mi rollo teen: zapatillas, petos…».
En otro tiempo, se
tapaba las orejas algo separadas con el pelo
. «Pero hoy las valoro.
Entiendo que tengo suerte de haber empezado a trabajar ahora que se
lleva el estilo weird (rarito) y otros cánones estéticos».
Aun
así, su modelo preferida y en quien se fija no es, por ejemplo, una
Molly Blair, con la que se la compara, sino la nada weird Karlie Kloss: «Me gusta que tenga sus negocios y sea más que una cara bonita».
Chaqueta metalizada de lamé (720 €) y pantalón (304 €), ambos de ISABEL MARANT; y zapatos de piel de becerro de CÉLINE (920 €).
Foto: Satoshi Saikusa
Top y falda de seda, ambos de MARNI (c. p. v.); y pendientes de espejo de LOEWE (290 €).
Foto: Satoshi Saikusa
A sus 19 años, Merino ya es una realidad de las pasarelas. En la imagen, en una red de PRADA (c. p. v.)
Foto: Satoshi Saikusa
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