Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
6 jul 2016
A ver quién traduce esto (2): 14 expresiones que solo entendemos los españoles................................ Elena Horrillo
¿Quiénes
eran los mangas verdes? ¿Cuánto tiempo pasa entre un higo y una breva?
Si conocemos la historia quizá se la podamos contar a nuestro amigo
guiri.
De izquierda a derecha:
José Luis López Vázquez, Cassen, Manuel Alexandre, Alfredo Landa y
Gracita Morales en la película de José María Forqué 'Atraco a las 3'
(1962).¿Por qué en casi todas las frases hechas en español referirse a la
izquierda es algo negativo salvo en la expresión “tener mano izquierda”?
Esa lógica pregunta se hacía una de las alumnas francesas de Alberto Buitrago, autor del libroDiccionario de dichos y frases hechas
y profesor de español para extranjeros en la Universidad de Salamanca. A
pesar, y precisamente por, el altísimo nivel de la estudiante, que
conocía otros muchos modismos que señalan la izquierda como la mano
mala, se le escapaba la excepción de esta locución que nace del toreo,
donde el diestro toma el capote con la zurda.
De izquierda a derecha:
José Luis López Vázquez, Cassen, Manuel Alexandre, Alfredo Landa y
Gracita Morales en la película de José María Forqué 'Atraco a las 3'
(1962).
¿Por qué en casi todas las frases hechas en español referirse a la
izquierda es algo negativo salvo en la expresión “tener mano izquierda”?
Esa lógica pregunta se hacía una de las alumnas francesas de Alberto Buitrago, autor del libroDiccionario de dichos y frases hechas
y profesor de español para extranjeros en la Universidad de Salamanca. A
pesar, y precisamente por, el altísimo nivel de la estudiante, que
conocía otros muchos modismos que señalan la izquierda como la mano
mala, se le escapaba la excepción de esta locución que nace del toreo,
donde el diestro toma el capote con la zurda. “En
el fondo este tipo de expresiones son las que distinguen a un buen
hablante de una lengua, el hecho de que sepas utilizarlas y sobre todo
que seas capaz de encajarlas en el contexto adecuado”, asegura Buitrago
que, además de recogerlas en su libro, las enseña en sus clases por
considerarlas fundamentales. Para hacerlo, es imprescindible ponerlas
“siempre en contexto y muchas veces jugando con el sentido literal”. Las
confusiones, cuenta, son muy habituales; no es lo mismo estar hecho
polvo que echar un polvo, y es que encajar estas frases correctamente es
un verdadero reto que hay que tomarse con paciencia y humor.
Este tipo de expresiones son las que distinguen a un buen hablante de
una lengua: el hecho de que sepas utilizarlas y sobre todo que seas
capaz de encajarlas en el contexto adecuado
Alberto Buitrago, autor de 'Diccionario de dichos y frases hechas'
Estos modismos beben del acervo cultural, se alimentan de la
tradición marítima, religiosa o popular. “La fraseología es la
demostración incuestionable y el reflejo de la idiosincrasia de los
españoles así como de sus peculiaridades culturales”, define Margarita
Koszla-Szymanska, del Instituto de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos
de la Universidad de Varsovia, que insiste en la dificultad del
estudiante extranjero para discernir, en este tipo de modismos, si son
correctos o no sin comprender, no solo la norma lingüística, sino
primordialmente el contexto.
De izquierda a derecha:
José Luis López Vázquez, Cassen, Manuel Alexandre, Alfredo Landa y
Gracita Morales en la película de José María Forqué 'Atraco a las 3'
(1962).
Sin embargo, ¿conocemos nosotros, los españoles, todo el contexto?
Sabemos usarlas con maestría y estamos acostumbrados a incluirlas en
todo tipo de conversaciones, pero ¿sabemos quienes eran los mangas
verdes? ¿Y cuanto tiempo pasa entre un higo y una breva? O ¿quiénes
cargan al muerto y a dónde le llevan? Por petición popular, afrontamos el capítulo 2 (pinchar aquí para leer el primero)
sobre la procedencia de expresiones de complicada traducción que solo
entendemos los españoles. Así ayudamos a los guiris, y a los no tan
guiris.
A buenas horas, mangas verdes
Es una de las expresiones más oídas por los impuntuales, vistan del
color que vistan. Se utiliza para decirle a alguien, no solo que llega
tarde, sino que lo hace completamente a destiempo, cuando la película ya
ha empezado, el bar ha cerrado o cualquiera que sea el propósito de la
cita ya no tiene ningún sentido. Para averiguar su origen hay que
remontarse a tiempos de los Reyes Católicos y conocer a los cuadrilleros
de la Santa Hermandad, considerados uno de los primeros cuerpos
policiales organizados de Europa. Su uniforme se componía de un chaleco
de piel y una camisa verde por lo que se les conocía como mangas verdes y
su fuerte no era precisamente llegar y pillar a los delincuentes in fraganti.
Cada palo que aguante su vela
Si un extranjero escuchase esta frase de boca de María Dolores de Cospedal, allá por 2013, cuando decía aquello de que “en el PP, quien la hace la paga y cada uno aguanta su vela”,
posiblemente no entendiese de qué estaba hablando . Y no nos referimos a
las declaraciones peregrinas de la secretaria general del PP -intentar
explicar a un extranjero qué es una "indemnización en diferido" en forma
de simulación queda completamente fuera de nuestra capacidad- sino a
nivel literal. Según la definición de un Diccionario Marítimo Español de
1861, este modismo se refiere a “que cada uno desempeñe su encargo, por
grave que sea, sin querer echarlo a hombros ajenos”. A eso se refería
Cospedal, no hay duda. En lenguaje marítimo, señalaba que los distintos
palos que hay en una embarcación deben sujetar sus correspondientes
tipos de vela y no otros.
De izquierda a derecha:
José Luis López Vázquez, Cassen, Manuel Alexandre, Alfredo Landa y
Gracita Morales en la película de José María Forqué 'Atraco a las 3'
(1962).
¿Por qué en casi todas las frases hechas en español referirse a la
izquierda es algo negativo salvo en la expresión “tener mano izquierda”?
Esa lógica pregunta se hacía una de las alumnas francesas de Alberto Buitrago, autor del libroDiccionario de dichos y frases hechas
y profesor de español para extranjeros en la Universidad de Salamanca. A
pesar, y precisamente por, el altísimo nivel de la estudiante, que
conocía otros muchos modismos que señalan la izquierda como la mano
mala, se le escapaba la excepción de esta locución que nace del toreo,
donde el diestro toma el capote con la zurda.
“En
el fondo este tipo de expresiones son las que distinguen a un buen
hablante de una lengua, el hecho de que sepas utilizarlas y sobre todo
que seas capaz de encajarlas en el contexto adecuado”, asegura Buitrago
que, además de recogerlas en su libro, las enseña en sus clases por
considerarlas fundamentales. Para hacerlo, es imprescindible ponerlas
“siempre en contexto y muchas veces jugando con el sentido literal”. Las
confusiones, cuenta, son muy habituales; no es lo mismo estar hecho
polvo que echar un polvo, y es que encajar estas frases correctamente es
un verdadero reto que hay que tomarse con paciencia y humor.
Este tipo de expresiones son las que distinguen a un buen hablante de
una lengua: el hecho de que sepas utilizarlas y sobre todo que seas
capaz de encajarlas en el contexto adecuado
Alberto Buitrago, autor de 'Diccionario de dichos y frases hechas'
Estos modismos beben del acervo cultural, se alimentan de la
tradición marítima, religiosa o popular. “La fraseología es la
demostración incuestionable y el reflejo de la idiosincrasia de los
españoles así como de sus peculiaridades culturales”, define Margarita
Koszla-Szymanska, del Instituto de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos
de la Universidad de Varsovia, que insiste en la dificultad del
estudiante extranjero para discernir, en este tipo de modismos, si son
correctos o no sin comprender, no solo la norma lingüística, sino
primordialmente el contexto.
Sin embargo, ¿conocemos nosotros, los españoles, todo el contexto?
Sabemos usarlas con maestría y estamos acostumbrados a incluirlas en
todo tipo de conversaciones, pero ¿sabemos quienes eran los mangas
verdes? ¿Y cuanto tiempo pasa entre un higo y una breva? O ¿quiénes
cargan al muerto y a dónde le llevan?
Por petición popular, afrontamos el capítulo 2 (pinchar aquí para leer el primero)
sobre la procedencia de expresiones de complicada traducción que solo
entendemos los españoles. Así ayudamos a los guiris, y a los no tan
guiris.
A buenas horas, mangas verdes
Es una de las expresiones más oídas por los impuntuales, vistan del
color que vistan. Se utiliza para decirle a alguien, no solo que llega
tarde, sino que lo hace completamente a destiempo, cuando la película ya
ha empezado, el bar ha cerrado o cualquiera que sea el propósito de la
cita ya no tiene ningún sentido. Para averiguar su origen hay que
remontarse a tiempos de los Reyes Católicos y conocer a los cuadrilleros
de la Santa Hermandad, considerados uno de los primeros cuerpos
policiales organizados de Europa. Su uniforme se componía de un chaleco
de piel y una camisa verde por lo que se les conocía como mangas verdes y
su fuerte no era precisamente llegar y pillar a los delincuentes in fraganti.
Cada palo que aguante su vela
Si un extranjero escuchase esta frase de boca de María Dolores de Cospedal, allá por 2013, cuando decía aquello de que “en el PP, quien la hace la paga y cada uno aguanta su vela”,
posiblemente no entendiese de qué estaba hablando. Y no nos referimos a
las declaraciones peregrinas de la secretaria general del PP -intentar
explicar a un extranjero qué es una "indemnización en diferido" en forma
de simulación queda completamente fuera de nuestra capacidad- sino a
nivel literal. Según la definición de un Diccionario Marítimo Español de
1861, este modismo se refiere a “que cada uno desempeñe su encargo, por
grave que sea, sin querer echarlo a hombros ajenos”. A eso se refería
Cospedal, no hay duda. En lenguaje marítimo, señalaba que los distintos
palos que hay en una embarcación deben sujetar sus correspondientes
tipos de vela y no otros.
De higos a brevas
Esta expresión es la forma frutícola y un poco enrevesada de decir de
tarde en tarde, apuntando al tiempo que pasa entre que una higuera dé
brevas -finales de junio- y que ofrezca higos -finales de agosto-.
Porque sí, ambos frutos salen del mismo árbol solo que en diferentes
cosechas; la breva son higos que no llegaron a madurar la temporada
anterior y se mantuvieron aguardando los primeros calores del año.
Ir de punta en blanco
Nada tiene que ver con bodas, bautizos o comuniones y la blancura
exigida en las vestimentas de los protagonistas sino más bien con el
porqué llamamos a un cuchillo arma blanca.
El Diccionario de refranes
de Gonzalo Correas recogía ya en 1627 que cuando los caballeros acudían
a la batalla llevaban sus armas de punta en blanco, que se
diferenciaban de las de entrenamiento por la punta afilada y porque el
acero pulido brillaba al sol con destellos blancos.
El modismo se fue
adaptando a la forma actual, que no requiere arma alguna -por el bien de
las bodas, bautizos y comuniones- sino más bien de una correcta
etiqueta.
Cargar con el muerto
La picaresca española ha dado para libros, películas, canciones,
casos de corrupción en cada provincia y expresiones populares como esta
.
En la Edad Media, si aparecía el cadáver de un hombre -muerto
violentamente- dentro de los límites de un pueblo y su asesinato no se
resolvía, el pueblo debía pagar una multa.
Así que, por si acaso llegaba
el momento de tener que pagar, los habitantes cargaban con el muerto y
lo dejaban en otro pueblo vecino, dejándoles a ellos la responsabilidad
Irse de picos pardos
Aunque con el tiempo el significado se ha dulcificado entendiéndose
como forma genérica de irse de fiesta, originariamente se refería simple
y llanamente a irse de putas
. En tiempos de Carlos III, las prostitutas
estaban obligadas por ley a vestir unas faldas de color pardo cortadas
de tal manera que formasen picos en los bajos.
Y de ahí surge la
expresión.
Estar sin blanca
Esta era una expresión literal, aunque para ello habría que
remontarse al Antiguo Régimen
. La blanca era una moneda de vellón
-aleación de plata y cobre- cuyo valor equivalía a medio maravedí.
Con
el tiempo se fue devaluando tanto que se popularizó la frase hecha de
estar sin blanca para querer decir que no se tenía dinero.
Si la blanca
era el equivalente a nuestra actual moneda de cinco céntimos, en tiempos
de Felipe III también hubo el que sería similar a nuestros billetes de
500, conocidos solo por unos cuantos elegidos.
Se trataba del centén
-valía 100 escudos de oro-, una moneda de más de 350 gramos de oro cuyo
nombre popular era "el tejo", porque su gran tamaño recordaba al disco
empleado en el juego del mismo nombre.
Esta moneda parece ser el germen
de la expresión "pagar a tocateja" para referirse a abonar una gran
cantidad en efectivo.
Quedarse en cuadro
Visualícese en ese momento en la vida de todo trabajador en el que,
por imprevistas razones, se encuentra completa y exclusivamente rodeado
de jefes; estaría completamente en cuadro.
Esta expresión, que bebe del
vocabulario militar, se usa para quien se ha quedado solo, sin familia,
amigos o compañeros.
En lenguaje castrense el cuadro es el conjunto de
oficiales de un batallón.
Así pues, cuando se referían a que una unidad
militar se quedaba en cuadro, quería decir que había perdido a todos los
soldados, quedando solo los superiores.
Y que a ver cómo iba a
funcionar aquello, vamos.
Tener muchos humos
Cuando aún no era habitual la hilera de apellidos compuestos que
denotasen un alto estatus, la costumbre romana conllevaba que las
familias, para mostrar su linaje y el valor de sus ancestros, exhibían
en el atrio -o sala principal- de sus casas los bustos de sus
ascendentes
. Les honraban con velas encendidas por lo que las efigies se
iban oscureciendo con el tiempo; cuanto más humo tuviera un busto más
antiguo era y mayor motivo de orgullo.
Por ello, a aquellos que actuaban
con altivez y vanidad, haciendo valer de mala manera la nobleza de su
alcurnia, se les decía que tenían muchos humos.
Cantar las cuarenta
En esta lista faltaba un modismo que se relacionase con los naipes,
afición tan querida por los españoles, y con, concretamente, el tute
. En
este juego gana quien más puntos acumula y los canta.
Al principio de
la partida se elige al azar un palo -oros, copas, espadas o bastos-
cuyas cartas tendrán más valor
. Cantaría las 40 aquel que lograse las
cuatro figuras del palo elegido por lo que la amenaza continua de “a ver
si te voy a cantar las 40” terminó por salir de los tapetes y se
convirtió en una advertencia mucho más universal y más referida a que
alguien va a decirle un montón de cosas que seguramente no quiera
escuchar.
Mantenerse en sus trece
Ya que hemos sacado la baraja, aprovechemos para hablar de otra
locución que tiene que ver con las cartas, según una de las
interpretaciones hecha por algunos autores.
Este juego era parecido al
de las siete y media, es decir, ganaba el que se quedase más cerca, en
este caso, de los 15 puntos.
Por ello, había muchos jugadores que se
quedaban aguantando los 13 puntos por miedo a pasarse.
La otra
explicación que se baraja se refiere a la obstinación del antipapa
español Pedro de Luna -también llamado Papa Luna-
que mantuvo su derecho al pontificado bajo el nombre de Benedicto XIII
hasta su muerte.
Fue el llamado cisma de Occidente en el que hubo hasta
tres aspirantes a papa en disputa.
Se le ve el plumero
Más que un plumero era un penacho de plumas, el que llevaban en su
uniforme los integrantes de la Milicia Nacional que allá por principios
del siglo XIX defendían las ideas liberales de la Constitución de Cádiz.
En aquel entonces, cuando en un debate político se aludía a que a
alguien "se le veía el plumero", se referían a que asomaban a sus
argumentaciones sus ideas progresistas.
Hoy en día, en las tertulias
políticas los plumeros ideológicos están tan aireados que la expresión
se suele referir a otros ámbitos cotidianos.
Ser más chulo que un ocho
Que los madrileños son unos chulos es uno de esos tópicos universales
con los que todos tenemos que cargar, sean ciertos o no.
Así que esta
expresión tenía que tener su origen en la capital, concretamente en un
lugar lleno de chulos y chulas: los madrileños ataviados con el vestido
típico, que tomaban el tranvía número 8 cuyo recorrido iba desde la
Puerta del Sol hasta San Antonio de La Florida.
Allí, cada 13 de junio se celebraba la verbena de San Antonio de La
Florida, una tradición en la que las modistas madrileñas vertían 13
alfileres -imitando a las arras- en la pila bautismal invocando al santo
para buscar marido.
Ser un chaquetero
Aunque hay diversas opiniones con respecto a la época exacta en la
que nació esta expresión, sí es unánime su significado.
En toda guerra,
las facciones en lucha solían diferenciarse por su vestimenta y era ésta
la que les identificaba, por lo que si alguien quería pasarse al bando
contrario, ya fuera de forma definitiva o simplemente para salir de un
apuro en territorio enemigo, daba la vuelta a su chaqueta
. Según el Diccionario de frases célebres
de Vicente Vega, en las guerras que desataron la Reforma, entre
papistas y luteranos, a este acto de deserción tan gráfico se le llamaba
"volver la casaca".
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