Alguien interesado en Villa Meona, la espectacular mansión que Isabel Preysler posee en Puerta de Hierro (Madrid), asegura a 'Vanitatis' que el hogar que la filipina compartió durante más de dos décadas con Miguel Boyer está en venta.
Los 1.370 metros construidos que en 1992 se convirtieron en el domicilio familiar de los Boyer Preysler no será 23 años después el de Isabel y Mario Vargas Llosa
. Mucho se ha especulado sobre que el Nobel dejó su provisional residencia en el hotel Eurobuilding de la capital para instalarse con su flamante novia en Villa Meona, pero lo cierto es que una vez el literato regrese de Estados Unidos, la pareja solo permanecerá en esta lujosa residencia hasta que Preysler consiga venderla
. Después la anfitriona pretende cambiar las inmensas estancias de esta mansión por algo más acogedor, más práctico y sobre todo más cómodo para Mario.
Después la anfitriona pretende cambiar las inmensas estancias de esta mansión por algo más acogedor, más práctico y sobre todo más cómodo para Mario.
Sin embargo, Isabel tampoco está dispuesta a malvender su actual residencia
. Para ella no es una prioridad venderla, aunque sí conveniente.
“Es una casa con muchos gastos. Isabel sabe que ella y Mario pueden vivir mejor en otra vivienda más pequeña y, por tanto, más económica”, explican a 'Vanitatis' fuentes del entorno de la 'socialite'. Para ello, para que la venta de esta casa tan llena de recuerdos se lleve a cabo con la máxima discreción,
Isabel está cuidando todos los detalles.
El primero que no se anuncie en ninguna inmobiliaria y el segundo, que su casa solo sea una opción para personas realmente interesadas en ella.
Nada de curiosos. “Tiene miedo a que alguien le tienda una trampa o a que incluso entren con una cámara oculta a lo 'Sálvame'”, deslizan a 'Vanitatis'.
Por eso, la casa solo se comercializa por canales exclusivos solo accesibles a grandes fortunas. De hecho, para Isabel es requisito indispensable que el futuro dueño aporte todo tipo de documentos antes de poder optar a la vivienda.
Según ha podido confirmar este medio, la persona que está gestionando la venta de la casa exige al comprador un POF (una prueba de fondos que certifique su capacidad financiera), un LOI (una carta de intenciones) y el pasaporte, este último para comprobar ante la policía o la Interpol cualquier posible antecedente penal del interesado.
Una casa retratada en las revistas
Hace justo ahora 23 años, el 30 de octubre de 1992, Isabel Preysler posaba orgullosa con sus hijas menores, Tamara y Ana, para una revista. Ni rastro de Miguel Boyer. El exministro y su esposa habían desembolsado 111 millones de las antiguas pesetas (667.000 euros) por el nuevo inmueble y Preysler quería hacer partícipes a los españoles de su espectacular adquisición
. El resultado fueron hasta 36 fotografías en las que se mostraban todos y cada uno de los detalles de la nueva vivienda del matrimonio más famoso de la década de los ochenta.
Sin duda, una de las portadas más emblemáticas de la publicación.
La primera tiene un vestíbulo con chimenea, un recibidor con lucernario en el techo, un salón principal, una biblioteca, un comedor grande y otro más pequeño para los niños; mientras que la segunda se reparte en 13 dormitorios, un cuarto de estar, un despacho, una sala de estar para los niños y un cuarto de juegos.
Todo ello con vistas al jardín, la pista de pádel y la piscina descubierta
Por cierto, que Villa Meona debe su nombre a su gran número de baños, 14 para ser exactos.
Tensión con su hija Ana
Aunque la relación entre Ana Boyer y Fernando Verdasco avanza con paso firme, resulta curioso que la joven haya decidido salir de Villa Meona justo cuando Mario Vargas Llosa prevé instalarse en ella. Hace apenas unos días 'ABC' informaba de que la pareja planeaba instalarse en un ático del centro de Madrid y parece que su decisión ha sido más precipitada de lo que se esperaba.'Vanitatis' ya adelantó que la menor del clan Preysler no había encajado del todo bien –a pesar de las apariencias– la nueva relación de su madre con el escritor peruano y esto habría desembocado en que el clima en el hogar familiar fuera cuanto menos tenso.
“Es que no había pasado ni un año del fallecimiento de su padre”, defienden a este medio quienes son conocedores del malestar de Ana.
Con la relación entre madre e hija más frágil que nunca, Ana ha decidido abandonar el chalet de Puerta de Hierro, y su ausencia deja a su madre y a su hermana Tamara 'atrapadas' entre los miles de metros de Villa Meona.
“Tamara terminará yéndose y esa casa es muy grande para dos personas. Isabel lo sabe”, sentencian.
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