El arte de la seducción
Dos diseños de la firma.
Pese a sus comienzos un tanto indies, ya no puede considerarse una marca de culto. Corré y Rees se divorciaron y él, hijo de las leyendas punk Malcolm McLaren y Vivienne Westwood,
vendió la empresa embolsándose 60 millones de libras (unos 75 millones
de euros).
Hoy constituye un negocio con 91 puntos de venta –de Pekín a
Dubái–, cuya web recibe 20.000 visitas al día. Han colaborado con
Penélope Cruz, diseñado para Beyoncé y contratado a Naomi Campbell como
imagen.
Hasta la celebrity Kim Kardashian es una de sus clientas habituales.
Shotton, de 41 años, es desde 2010 la encargada de diseñar tres líneas
actualizadas con dos colecciones al año, y prueba personalmente cada
modelo para asegurarse de que, además de atractivo, es cómodo.
“No hay
que ser Kate Moss para verse guapa”, asegura.
Aunque la firma nació con una marcada impronta erótica, pronto dejó los
confines de la alcoba.
Sus picardías empezaron a lucirse en la calle y
los sujetadores asomaban entre los escotes. “Se hizo hincapié en lo
lúdico del sexo”, apunta su diseñadora jefa.
“A nadie le amarga un
revolcón y la firma lo aceptó y lo celebró”.
Tan asimiladas están hoy
sus creaciones que la firma patrocina la exposición del museo londinense
Victoria & Albert Undressed: A Brief History of Underwear (desvestidos:
breve historia de la ropa interior). Shotton es ponente en los
simposios de la muestra, pero no parece interesada en entrar en
discusiones sesudas
. Lo suyo es pura observación de los deseos humanos:
“La buena lencería engancha, cada vez quieres más. ¡Nuestros modelos más
vendidos son muy morbosos!”.
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