Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

1 abr 2016

Luz de cintura para abajo.............................................................. Jordi Costa

El espectador disfruta de una comedia eminentemente vitalista, luminosa, festiva y celebratoria de la diversidad.

Paco León, entre Belén Cuesta (izquierda) y Ana Katz, en el filme.
Resulta razonable ponerse un poco en guardia ante la perspectiva de ver una comedia erótica: tradicionalmente, el subgénero ha caído con demasiada frecuencia o bien en el registro grimoso / reprimido del onanista o el viejo verde, cuando no en el tono chusco del humor de despedida de soltero (o soltera).
Las reservas pueden incluso incrementarse si la película centra su atención en el tema de las parafilias, término que habla de una posición marginal con respecto a la norma, pero que, según desde la posición que se contemple, puede homologarse a una desviación de dicha norma o, directamente, a lo patológico. Kiki, el amor se hace, tercer largometraje dirigido por Paco León pero, también, su primer trabajo de encargo, diluye todos esos temores en tiempo récord
. El espectador va a estar en muy buenas manos durante los 90 minutos de esta comedia eminentemente vitalista, luminosa, festiva y celebratoria de la diversidad.
 El cineasta ha afrontado el proyecto con un exquisito buen gusto como norte estético –buen gusto, por cierto, que en ningún momento hay que confundir con pacatería en la representación- y con una gozosa sensualidad como credo ideológico: que nadie tema arcos dramáticos con personajes

 


 

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