Un Blues

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3 abr 2016

Juan Pablo Fusi: “En España la situación es seria y preocupante”.......................................... José Andrés Rojo

Formado en Oxford, es uno de los referentes de la historiografía española. Un nuevo libro disecciona su trayectoria.


El historiador Juan Pablo Fusi en Madrid.
El rigor académico, un inmenso caudal de lecturas, su larga experiencia como docente y una importante bibliografía, en la que se mezclan trabajos de investigación con brillantes ensayos de divulgación, han convertido a Juan Pablo Fusi (San Sebastián, 1945) en uno de los referentes indiscutibles de la actual historiografía española. Formado en Oxford con Raymond Carr, donde fue después director del Centro de Estudios Ibéricos del St Antony’s College, es catedrático emérito de la Universidad Complutense y enseñó también en las de Cantabria y el País Vasco. Fue director de la Biblioteca Nacional, del Instituto Universitario Ortega y Gasset y de la Fundación del mismo nombre.
“Mi generación ha estado ‘a la sombra de la democracia’, por servirme de una idea del británico David Cannadine, que dice de los historiadores de su país que han estado a la sombra de Churchill”, comenta. “Qué pasó para que fracasara la República y se produjera la Guerra Civil, y qué había que hacer para restablecer una democracia que fuera estable tras la dictadura: ésa ha sido la preocupación que nos define”.
 Fusi acaba de publicar Breve historia del mundo

El historiador Juan Pablo Fusi en Madrid.

¿Cuáles son sus credenciales como historiador?
Tengo que ver con lo que se llama empirismo británico: el horror a las generalizaciones y la exigencia de que las afirmaciones que sean verificables.
 No usar lenguajes aparatosos, no abusar de los conceptos de clase. Raymond Carr fue muy importante. Y también Isaiah Berlin
 Me interesa su crítica del determinismo: su idea de que la historia es azarosa e irrepetible amplía la libertad del individuo.
 Trabajé también muy intensamente con el grupo de historia social de Oxford.

 


Dedicó mucho tiempo al País Vasco y subraya su pluralismo. 
¿No es extraño con un nacionalismo tan fuerte?
A partir de 1880 la industrialización y la modernización rompen el País Vasco etnográfico. Hay una llegada masiva de trabajadores y una ruptura del tejido tradicional con la industrialización masiva de la ría de Bilbao, y empiezan a coexistir varias culturas y subculturas políticas. El pluralismo es lo que define a la sociedad vasca de entonces y conviven allí una cultura vasco española y una cultura euskaldun, hay liberales y conservadores, carlistas, socialistas, republicanos y nacionalistas.
¿Por qué entonces la irrupción de ETA?
Los historiadores no podemos contestar a los porqué sino a los cómo y cuándo, que a veces puede ser otra manera de explicar el porqué. ETA surge en los sesenta por la falta de libertades en España durante el franquismo y como una reacción generacional, pequeña, y minoritaria, en el interior del nacionalismo a la pasividad del PNV, desaparecido en la clandestinidad y el exilio
. Hay un temor evidente en sus primeros dirigentes a que el intenso desarrollismo de aquellos años fuera a acabar con cualquier conciencia de identidad vasca.

¿Eran muy fuertes esas señas de identidad?
Esa conciencia identitaria nunca desapareció: la mantuvo una parte de la Iglesia, estaba en los deportes rurales, en la vida de las localidades pequeñas, en el euskera, aunque fuera declinante.
 Ese sentimiento, que parecía dormido y anestesiado, está en el surgimiento de ETA. 
Y la dureza de la represión que se da entre 1970-1975 favorece su legitimación no sólo entre los nacionalistas, sino también entre los que luchaban contra la dictadura.
Su interés por el nacionalismo, ¿viene de ahí?
Influye la preocupación por el País Vasco y por “las circunstancias” de España, por utilizar términos de Ortega.
 Mi primer libro es de 1975, y el establecimiento de la democracia y la reorganización territorial del Estado español son en ese momento cuestiones insoslayables. 
Había una idea que pesaba mucho: el supuesto fracaso de España como nación durante el siglo XIX y XX, que se había traducido en la destrucción de la República y la Guerra Civil
. Toda mi generación se ha acercado a este asunto por diferentes caminos, estudiando la Restauración, el caciquismo, el movimiento obrero, la izquierda, la ultraderecha...
 La gran preocupación era conquistar una democracia estable.


 

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