El nieto del fundador de la firma fallece a los 103 años. Uno de sus grandes hitos fue la apertura en 1939 de una gran tienda en la Gran Vía.
Madrid
Era la tercera generación al frente de la firma de lujo y presidió la compañía durante cerca de medio siglo, durante el que fue uno de los principales artífices de la consolidación internacional de la marca. “Durante su etapa al frente de Loewe se podrían destacar multitud de elementos que conformaron los cimientos de lo que hoy es la marca”,
destacó la firma en la nota emitida para anunciar su fallecimiento.
Cuando Enrique Loewe Knappe asumió en 1934 la dirección de la firma de marroquinería madrileña que había fundado su abuelo (Enrique Loewe Roessberg) en 1846, la empresa vivía un momento crucial para su expansión.
Con solo 22 años el joven empresario tomó el relevo de la firma tras la muerte repentina de su padre, haciéndose con las riendas de una compañía que había surgido en un pequeño taller de la calle Echegaray de Madrid, pero que pronto había sumado méritos, como convertirse en empresa proveedora de la Casa del Rey (1905) o abrir puntos de venta propios en Madrid y Barcelona.
El primer gran hito bajo la dirección de Loewe Knappe fue la apertura en 1939, recién concluida la Guerra Civil, de una gran tienda en la Gran Vía madrileña. Hoy este local sigue siendo su establecimiento más reconocible y el más antiguo de los que siguen en activo.
Dos décadas después, en 1959, una nueva tienda en la calle Serrano marcaba el compromiso de la firma con el diseño contemporáneo y con las nuevas tendencias comerciales que irrumpirían con fuerza en la década siguiente
. Precisamente en los años sesenta, y bajo su dirección, Loewe comenzaría su expansión internacional con puntos de venta en Londres, el primero abierto en 1963, y 10 años después en Japón, mercado clave desde entonces para la empresa.
“Su huella en la compañía sigue presente en la pasión por la artesanía y la creatividad, y la revolución que impulsó en el mundo del escaparatismo”, ponía de relieve la firma en su comunicado. En su última entrevista, concedida a Loewe World, la revista interna, preguntaron a Enrique Loewe Knappe cuál fue el secreto del éxito de la casa durante su etapa y qué consejo daría a los empleados.
“Ser honesto con lo que se hace, trabajar duro, evitar la rutina y renovarse constantemente”, fue su respuesta.
Padre de Enrique Loewe Lynch, su hijo fundó en 1988 la Fundación Loewe, una organización cultural privada que en 2002 recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y que hoy está dirigida por Sheila Loewe, quinta generación de la familia.
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