Je t’aime, je t’aime, murmura con un tono tímido y quebradizo, sin llegar a creer ella misma, los susurros que salen de su propia boca.
El
objetivo del fotógrafo se acerca lenta y ruborosamente.
Ella se muestra
frágil, se arrincona y es incapaz de sentir las palabras que murmura.
El objetivo la alcanza, y ella lo observa… Se siente apresada, es una
rehén de sentimientos enjaulados
. No lo soporta. La cámara desnuda su
alma de forma ferviente e impulsiva. Ella busca piedad.
Su mirada busca
compasión más allá de la pantalla.
Busca un lazo de unión con el
espectador que ponga fin a su martirio.
Lo importante es amar es una película
vivaz, enérgica, exuberante, melancólica, trágica, llena de
sentimientos, una película de rostros imperecederos, de escenas
rebosantes de violencia etérea y volátil, una película, que como sus
personajes, rebosa vida, pasión, dolor y locura, pero sobre todo,
romanticismo.
« Si le pido que volvamos a vernos, ¿me diría que no? »
« Inmediatamente… ¿Cuándo? »
« Inmediatamente… ¿Cuándo? »
Andrzej Zulawski adapta la obra del novelista y director de cine francés Christopher Frank, La Nuit américaine.
Zulawski retrata en pantalla una atmósfera desgarradora, sombría y
onírica, un universo exótico y misterioso plagado de personajes
secundarios estrambóticos y peculiares entre los que destaca y encaja a
la perfección el grandísimo Klaus Kinski.
La cámara de Zulawski exhibe el
dramatismo emocional de los personajes. Deambula por el escenario
controlada por la personalidad de cada uno de ellos.
El director polaco
hace uso tanto del travelling óptico, para aumentar la expresividad de
las escenas con unos primeros planos rebosantes de pureza y pasión, como
de una maravillosa banda sonora compuesta por Georges Delerue, para
subrayar la expresividad narrativa y ensalzar los sentimientos de sus
personajes.
Sus corazones laten al ritmo de la música.
Los protagonistas llegan al borde de la
más cruel desesperación
. La cinta gira en torno a tres pilares: El
fotógrafo, la actriz y su marido, un coleccionista de fotografías.
El
fotógrafo, alto, esbelto, elegante y solitario, se siente fascinado por
el rostro atormentado de una Romy Schneider que exhibe todo su talento
en esta película.
Lo busca, lo persigue y anhela congelarlo en su
negativo fotográfico para no perderlo jamás. El cruce de miradas llena
la pantalla.
Se sienten perdidos. Y es que como dice el personaje de
Jacques Dutronc, en esta vida se puede hacer de todo, menos vivir.
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