Pero ahora me gusta más.
Días después Hillary volvió a escribirme, solicitando otros 19 dólares extra para ayudarla a vencer en Carolina del Sur y acercarse así a lo que llaman el Supermartes.
Esta vez me escribió: “Quiero saber que estás conmigo.
Solo te cuesta 19 dólares y demostrarme que estás en esta pelea conmigo”.
Entonces decidí escribir sobre ello en esta columna.
¿Qué hago? De aquí a junio estaré pagándole a Hillary 19 dólares por semana.
Y, al final, no puedo ni votar por ella.
Pero sí quiero que sea presidenta.
Tengo la sensación de que pese a que este sistema de recaudación es muy transparente, igual te crea una falsa cercanía con una persona que puede llegar a ser muy encantadora pero muy poderosa.
Pero cuando eres presidente es difícil que tengas amistades reales.
Además, sinceramente, no quiero dejar de recibir sus e-mails.
Porque el mundo que va a encontrar Hillary si es elegida es como para tener amigos, aunque sean imaginarios.
La libra esterlina se hunde por “miedo al Brexit”
. La radio alerta de que no hay suficientes reservas de vacunas para enfrentar una epidemia de zika. El enfrentamiento entre Chiquetete y Raquel Bollo Dorado es brutal.
Y Belén Esteban pone en duda su propia biografía.
Resulta todo tan amenazante que podría ser un gran error no asegurarle a Hillary esos 19 dólares que me solicita todas las semanas.Como dice Rajoy: “Lo más urgente ahora es esperar”.
“Hola, Boris, soy
Hillary”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario