La Infanta y La Zarzuela barajaban que la 'doctrina Botín' iba a librarla del banquillo
Ese convencimiento se transmitía en voz baja, ya que oficialmente el mensaje que llegaba desde La Zarzuela era que había que "dejar actuar a la justicia". El pasado 11 de enero, cuando Cristina de Borbón y Grecia abandonaba con su marido el juzgado tras analizarse las cuestiones previas del juicio, iba más convencida que nunca de que su supuesta responsabilidad se solventaría con una multa.
. De ahí esa media sonrisa que esbozó al abandonar la sala. El alegato de sus abogados, de la fiscalía y de la Abogacía del Estado jugaban a su favor.
Cristina de Borbón ha permanecido en Ginebra desde que abandonó Palma de Mallorca en un avión camino de Zúrich, primera escala antes de llegar a su casa.En ese vuelo tuvo un pequeño altercado con unos periodistas que intentaron fotografiarla. Ella mandó actuar a sus escoltas. Desde entonces no se ha dejado ver
. Solo ha salido para trabajar. Tampoco ha hecho declaraciones. El silencio preside su vida desde hace meses por consejo de sus abogados y por el rechazo que tiene a la prensa.
La Infanta se siente sometida a un juicio público del que responsabiliza en gran parte a los medios de comunicación. Sus íntimos hablan de la hermana de Felipe VI como una mujer deprimida que, al igual que su marido, ha tenido que recurrir a ayuda profesional para sobrellevar su imputación.
Sigue creyéndose inocente y se siente abandonada por La Zarzuela.
En la residencia real conviven dos bandos: el que conforman doña Sofía y la infanta Elena, que han cerrado filas con la infanta Cristina; y el resto, que ha marcado una línea roja con los Urdangarin.
Si al principio del proceso don Felipe y don Juan Carlos mantuvieron viva la relación familiar, con el paso del tiempo el deterioro de la relación ha llegado a tal punto que casi no hay comunicación. Solo doña Sofía y su hija Elena hacen de intermediarias.
Y cada vez con menos éxito.
Aun así, la noticia de que Cristina de Borbón continuará en el banquillo de los acusados y será juzgada como cooperadora necesaria de dos delitos fiscales en el marco del caso Nóos ha sido toda una sorpresa en La Zarzuela
. Miquel Roca, su abogado, estaba convencido, y así lo transmitió, de que a la hermana de Felipe VI se le iba a aplicar la llamada doctrina Botín —que establece que no se puede llevar a nadie a juicio por delito fiscal solo con la acción de la acusación popular—. La Casa del Rey se ha limitado a expresar "su absoluto respeto a la independencia del Poder Judicial".
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