La Roque-Gageac (Dordoña, Aquitania)
Guarnecida por un acantilado cortado a pico, La
Roque-Gageac (en occitano, La Roca de Gajac) se contempla en las aguas
del río Dordoña, por el que se deslizan perezosas las gabarras
. Es una
de las 156 poblaciones que lucen el título de Les plus beaux villages de
France (los pueblos más bellos de Francia), un distintivo que se otorga
a localidades con menos de 2.000 habitantes que además de ser bonitas
cuentan con un importante patrimonio y tienen una política municipal que
impide nuevas construcciones.
Gordes (Luberon, Provenza)
Pueblos extraordinarios como Gordes (en la foto,
la abadía cisterciense de Sénanque) destilan el sabor de la comarca
francesa del Luberon.
Un lugar para los placeres sencillos entre campos
de lavanda.
La web www.les-plus-beaux-villages-de-france.org facilita
información sobre fiestas, lugares de interés, rutas y ofertas de
estancias en todos estos pueblos.
Beynac-et-Cazenac (Dordoña)
En el corazón del Perigord Negro, aferrado a uno
de los acantilados que bordean el río Dordoña, está el pueblo de
Beynac-et-Cazenac.
Su castillo, del siglo XIII, jugó un importante papel
en la Guerra de los Cien Años.
Cordes-sur-Ciel (Tarn, Midi-Pyrénées)
Envuelto por un aura mística, Cordes sur Ciel es
uno de esos pueblos tan turísticos que cuesta verlos sin gente
. Se halla
en lo alto de una loma, aunque su nombre lo sitúa sobre el cielo, al
que hay que subir a pie.
Barfleur (Normandía)
Este puerto pesquero en el canal de la Mancha
encandiló a los impresionistas con sus casas de granito gris, sus
relucientes tejados de pizarra y sus playas sometidas al dictado de la
lluvia y las mareas.
Ainhoa (Pyrenees Atlantiques, Aquitaine)
La antigua bastida de Ainhoa, fundada en el siglo
XIII y parcialmente reconstruida en el XVII, cuenta con una única
calle, jalonada de casas blancas con los típicos entramados de color
rojo y verde que lucen los pueblos vascos.
Algunas de las poblaciones de
esta fotogalería se encuentran en regiones próximas a España, lo que
facilita el viaje por carretera; además, en las afueras suele haber una
parcela habilitada para dejar los coches.
Riquewihr (Alsacia)
Riquewhir ocupa una fértil llanura fluvial en las
estribaciones de los Vosgos. Las viñas, con las que se elabora el suave
y afrutado riesling, se extienden hasta los restos de las murallas que
protegían a la población.
Albi (Tarn Midi-Pyrénées)
Atravesada por el río Tarn, Albi parece
proyectada para recorrerla a pie.
Allí nació en 1864 el pintor Henri de
Toulouse-Lautrec; su museo alberga una colección única de la obra del
artista.
Najac (Midi-Pyrénées)
La antigua bastida de Najac, del siglo XIII,
parece suspendida de una larga cresta rocosa.
En uno de sus extremos se
alza el castillo, y a sus pies, los meandros del río Aveyron.
Loubressac (Lot, Midi-Pyrénées)
En este pueblo medieval próximo a la fortaleza
cátara de Rocamadur, sobre un cerro que domina los valles del Dordoña,
del Bave y del Cère, estableció su residencia el maestro de la
fotografía Robert Doisneau.
Rochefort-en-Terre (Bretaña)
A 35 kilometros al este de Vannes, sobre una
colina rocosa abrazada por el valle de Gueuzon, Rochefort-en-Terre
conserva un armonioso casco histórico donde se mezcla la arquitectura
tradicional bretona con monumentos góticos, palacios renacentistas y
edificios del siglo XIX.
Yvoire (Haute-Savoie Alps)
Yvoire se alza sobre un promontorio ribereño del
lago Lemán, a dos pasos de la ciudad suiza de Ginebra. Casas de piedra,
canales, pequeños puentes y balcones punteados de glicinas y geranios,
con los Alpes de fondo.
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