Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

17 ene 2016

Los Pueblos más bonitos de Francia

 

La Roque-Gageac (Dordoña, Aquitania)

Guarnecida por un acantilado cortado a pico, La Roque-Gageac (en occitano, La Roca de Gajac) se contempla en las aguas del río Dordoña, por el que se deslizan perezosas las gabarras
. Es una de las 156 poblaciones que lucen el título de Les plus beaux villages de France (los pueblos más bellos de Francia), un distintivo que se otorga a localidades con menos de 2.000 habitantes que además de ser bonitas cuentan con un importante patrimonio y tienen una política municipal que impide nuevas construcciones. 

 

Gordes (Luberon, Provenza)

Pueblos extraordinarios como Gordes (en la foto, la abadía cisterciense de Sénanque) destilan el sabor de la comarca francesa del Luberon.
 Un lugar para los placeres sencillos entre campos de lavanda. 
La web www.les-plus-beaux-villages-de-france.org facilita información sobre fiestas, lugares de interés, rutas y ofertas de estancias en todos estos pueblos. 

 

Beynac-et-Cazenac (Dordoña)

En el corazón del Perigord Negro, aferrado a uno de los acantilados que bordean el río Dordoña, está el pueblo de Beynac-et-Cazenac.
 Su castillo, del siglo XIII, jugó un importante papel en la Guerra de los Cien Años. 

 

Cordes-sur-Ciel (Tarn, Midi-Pyrénées)

Envuelto por un aura mística, Cordes sur Ciel es uno de esos pueblos tan turísticos que cuesta verlos sin gente
. Se halla en lo alto de una loma, aunque su nombre lo sitúa sobre el cielo, al que hay que subir a pie. 

 

Barfleur (Normandía)

Este puerto pesquero en el canal de la Mancha encandiló a los impresionistas con sus casas de granito gris, sus relucientes tejados de pizarra y sus playas sometidas al dictado de la lluvia y las mareas. 

 

Ainhoa (Pyrenees Atlantiques, Aquitaine)

La antigua bastida de Ainhoa, fundada en el siglo XIII y parcialmente reconstruida en el XVII, cuenta con una única calle, jalonada de casas blancas con los típicos entramados de color rojo y verde que lucen los pueblos vascos. 
Algunas de las poblaciones de esta fotogalería se encuentran en regiones próximas a España, lo que facilita el viaje por carretera; además, en las afueras suele haber una parcela habilitada para dejar los coches.

 

Riquewihr (Alsacia)

Riquewhir ocupa una fértil llanura fluvial en las estribaciones de los Vosgos. Las viñas, con las que se elabora el suave y afrutado riesling, se extienden hasta los restos de las murallas que protegían a la población. 

 

Belcastel (Auvernia)

Un grupo de ocas en los alrededores de Belcastel, un pueblo de postal a orillas del río Aveyron. Su imponente castillo fue restaurado en los años setenta por el arquitecto Fernand Pouillon y convertido en galería de arte. 

 

Albi (Tarn Midi-Pyrénées)

Atravesada por el río Tarn, Albi parece proyectada para recorrerla a pie.
 Allí nació en 1864 el pintor Henri de Toulouse-Lautrec; su museo alberga una colección única de la obra del artista. 
 

Najac (Midi-Pyrénées)

La antigua bastida de Najac, del siglo XIII, parece suspendida de una larga cresta rocosa.
 En uno de sus extremos se alza el castillo, y a sus pies, los meandros del río Aveyron. 

 

Loubressac (Lot, Midi-Pyrénées)

En este pueblo medieval próximo a la fortaleza cátara de Rocamadur, sobre un cerro que domina los valles del Dordoña, del Bave y del Cère, estableció su residencia el maestro de la fotografía Robert Doisneau.

 

Rochefort-en-Terre (Bretaña)

A 35 kilometros al este de Vannes, sobre una colina rocosa abrazada por el valle de Gueuzon, Rochefort-en-Terre conserva un armonioso casco histórico donde se mezcla la arquitectura tradicional bretona con monumentos góticos, palacios renacentistas y edificios del siglo XIX.

 

Yvoire (Haute-Savoie Alps)

Yvoire se alza sobre un promontorio ribereño del lago Lemán, a dos pasos de la ciudad suiza de Ginebra. Casas de piedra, canales, pequeños puentes y balcones punteados de glicinas y geranios, con los Alpes de fondo.

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