Prueba a contárselo como se explican las cosas en el colegio: a través de lecciones y consejos, extraíbles de su incomparable vida.
Ante todo, sé curioso
Sobre todas las cosas, David Bowie era músico, pero no de esos endogámicos que solo piensan en escalas y acordes.
Fascinado por el cine, el arte, la moda y los libros, todas estas facetas le influyeron y formaron parte de su universo
. Un artículo de The Guardian recordaba su capacidad de leer ocho libros al día.
El peso de la moda en su obra es evidente; fue de los primeros músicos en encargar a un diseñador el vestuario de sus conciertos, como hizo con el japonés Kansai Yamamoto, responsable del famoso mono negro con perneras abultadas de la gira Aladdin sane, de 1972. Si Lady Gaga es como es, se debe básicamente a que Bowie lo hizo antes.
Sal de la zona de confort, no te estanques
Aprende a evolucionar como Bowie, que a lo largo de su carrera fue muchas cosas: fijándonos solamente en su pelo, lo tuvo de al menos 29 formas diferentes.
Fue hombre del espacio, payaso y hombre-elefante (en Broadway): genuino británico y neoyorquino de manual.
Incluso fue gay y hetero a la vez, si es que tal cosa es posible (estuvo 24 años casado con la modelo Imán). Con su constante transformación, nos enseñó a salir de la zona de confort y experimentar.
Vivir activo y despacio es compatible
Antes de que llegara la moda de lo slow, el Duque nos enseñó a tomarnos las cosas con tranquilidad. Prefería un largo y tranquilo viaje en tren o en barco a uno fugaz en avión (en parte por su pánico a volar).
Se dice que entre 1972 y 1977 no pisó un solo aeropuerto.
En 1973 afrontó así su gira mundial: cruzó el Atlántico en barco, recorrió Estados Unidos en bus o tren, surcó el Pacífico otra vez en barco para actuar en Japón y tomó el Transiberiano para volver a Europa.
Sé original y atrevido
Está bien copiar a los grandes, pero es mejor ser único
. Si Bowie es un mito del rock es porque no se parecía a nadie
. Perteneciente a la generación de músicos de los sesenta, los que dieron forma a esta revolución sonora, Bowie no se apuntó a modas imperantes sino que se adjudicó una personalidad y un estilo propios e inéditos hasta la fecha. Fue atrevido.
Y la osadía es, a fin de cuentas, lo que distingue a un genio, ya sea de la música o de cualquier otra faceta de la vida.
Aprende de tus errores
Equivocarse, aparte de inevitable cuando uno empieza en cualquier actividad, es necesario: de los errores se aprende
. El propio Bowie lo demostró, cuando después de algunos (pocos) pinchazos en su discografía, se rehizo y supo resurgir aún con más fuerza.
Después de los discos clásicos de los setenta como Ziggy Stardust, Aladdin Sane y Diamond dogs, terminó la década con algunos lanzamientos más oscuros; sin embargo inició los ochenta con fuerza, gracias a singles como Ashes to ashes, Under pressure (con Queen) y Let's dance (los tres, número 1 de ventas en Reino Unido).
Cuida a quienes te quieren
En contra de la opinión de sus mánagers, Bowie siempre procuraba dar lo mejor a sus fans, aunque eso implicara una fuerte inversión económica por su parte (a veces poco rentable).
Un ejemplo es su gira de 1987, The glass spider tour: uno de los montajes más ambiciosos de la historia del rock.
Cada escenario costaba 10 millones de dólares, y había dos
. Cuando se comprobó que los costes superaban los previstos (se necesitaban 43 camiones para mover aquello), no dudó en poner de su bolsillo 1 millón a la semana para pagar a los 150 empleados adicionales que tuvo que contratar.
Sé educado
Fueron sus exquisitos modales, y no su fama, los que sedujeron a Iman, según contó ella misma al Daily Express.
Así que si siendo educado uno puede ligarse a una supermodelo, habrá que cuidar las formas. También se comportaba como un perfecto gentleman con la prensa
. Los periodistas que le han entrevistado cuentan que cuando al final de la charla aparecía el mánager para anunciar, como es de rigor, que el tiempo se había acabado, Bowie decía: “No, cinco minutos más. Estoy muy cómodo”. Así se ganaba al periodista para los restos.
Haz buen uso de la tecnología
No sabemos qué teléfono móvil tenía el sexagenario Bowie, pero seguramente era de última generación.
Pese a crecer como músico en los sesenta y primeros setenta, no era de los que sentían una insana nostalgia por el pasado y estaba a la última en tecnología.
A mediados de los setenta se alió con el genio de las maquinitas Brian Eno para producir varios discos poco comerciales.
En 1999 se embarcó en la aventura de participar en el diseño de un videojuego (Omikron: Nomad soul), en el que incluso hacía un cameo. A tecnológico nunca le ganó nadie.
Aprende a bailar
Un hombre que baila bien es un hombre atractivo. Y Bowie no sólo cantaba bien, sino que se movía estupendamente.
De acuerdo, no era Michael Jackson, pero imprimía a sus movimientos su característica elegancia, como puede comprobarse en el vídeo de Dancing in the street, a dúo con Mick Jagger. Contemplándolo uno se pregunta por qué Maroon 5 titularon su canción Moves like Jagger y no Moves like Bowie.
Un estilo inconfundible (a la pata coja, ligeramente inclinado hacia un lado, un brazo arriba y el otro abajo) del que Miguel Bosé tomó buena nota.
Sé elegante
Décadas antes de que los expertos en coaching pregonaran que nuestro aspecto físico es nuestro escaparate, Bowie dejó clara la importancia de la elegancia.
El glam, corriente que él contribuyó a modelar, no era otra cosa que subir al escenario con las mejores galas. En 2013 protagonizó una campaña de Louis Vuitton, en cuyo spot (de 6 minutos) aparecía en medio de una fiesta palaciega con invitados vestidos de época.
Su buena percha —delgado hasta el final— también ayudó.
¿Tienes ya a tu hijo encandilado con las lecciones del maestro Bowie? Pues ahora es el momento de ponerle el vinilo de Ziggy Stardust.
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