Un Blues

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13 dic 2015

Marina Danko rehace su vida con un magnate suizo y se reencuentra con su hijo

Marina Danko rehace su vida con un magnate suizo y se reencuentra con su hijo


El pasado sábado hubo fiesta navideña en el piso madrileño de Marina Danko.
Poca gente pero bien avenidos. Unos amigos de Barranquilla (Marina nació en Colombia), su primo más cercano, Agustín Villalba, además de sus hijos Sebastián, Miguel y Andrés.
 Y alguien muy especial en su vida, Fabio Mantegazza.
Amenizó la velada el artista sevillano Tito Muñoz con unas rumbitas que animaron a todos a bailar unos con otros.
 Unas fotos en la red social de la hermosa colombiana anticipan la que puede ser la mejor Navidad para Marina y los suyos después de años de confrontaciones inesperadas en lo que parecía la familia perfecta.
La presencia en la fiesta de Miguel, el hijo de Sebastián Palomo Linares y Marina, confirma el acercamiento entre la madre y este hijo que tomó partido por el padre cuando el torero y su esposa se separaron en 2011, después de 34 años de matrimonio y tres hijos en común.
Miguel Palomo hizo causa común con su padre, muy cercano entonces a una antigua novia de juventud, la millonaria venezolana Lilia López, afincada por aquellas fechas en España.
 A su vez el hijo rompió su matrimonio con Marta González, la hija del matador Dámaso González y dejó a su esposa por Jimena, la hija de Lilia.
Todo quedaba en casa, tanto en los amores como en lo económico. Miguel Palomo empezó a colaborar en los negocios que Lilia y su hijo Alejandro Betancourt montaron en Madrid junto al poderoso lobby venezolano de jóvenes millonarios instalados en España.

Marina Danko y sus otros dos hijos, Sebastián y Andrés, apenas tenían contacto en estos últimos años con Miguel
. Hasta que este verano, el hijo pródigo y su novia Jimena visitaron a Marina de vacaciones en Marbella y recuperaron esa relación que nunca se había roto del todo.
Parece que esta cercanía entre madre e hijo coincidía con el distanciamiento entre Miguel y Palomo Linares su padre, unido ahora sentimentalmente a la magistrada Concha Azuara.
Sebastián Palomo ha rehecho su vida sentimental con esta jueza de Valdemoro, pero Marina también parece que ha encontrado al hombre de su vida.
Se trata de Fabio Mantegazza, un empresario multimillonario, que ya ha cumplido los 50, suizo de familia con raíces italianas y madre canaria, divorciado de una inglesa y padre de dos hijos.
Marina Danko está enamorada, es correspondida con entusiasmo y ya vive la mayor parte del tiempo en Lugano, donde tiene fijada su residencia y sus negocios este importante hombre de negocios de transporte y turismo.
Fabio Mantegazza es el heredero de un importante emprendedor conocido en toda Europa, Sergio Mantegazza, cuyo espectacular yate fondea a menudo en Puerto Banús. En los años 50, recorriendo Europa desde Suiza en automóvil, el fundador de Globus iba buscando destinos turísticos interesantes para trasportar allí a los viajeros suizos en los autobuses de su empresa.
Desde la Costa Brava atravesó toda España hasta llegar a Canarias.
 Y en aquel viaje de trabajo conoció en Tenerife a una bellísima isleña, Aristela, que ayudaba en la peluquería del lujoso hotel Mencey. Sergio se enamoró perdidamente de aquella joven y se casó con ella.
La familia Mantegazza aprobó el matrimonio pero se preocuparon de que la hermosa Aristela aprendiera en Suiza los usos y costumbres de la alta sociedad internacional.
Y lo consiguieron, porque la esposa de Sergio Mantegazza siempre estuvo a la altura, hizo un excelente papel en el ambiente en que se desenvolvía su marido y nunca olvidó sus raíces canarias y a la familia que siempre permaneció en la isla.

Esta pasada Semana Santa, Fabio Mantegazza estaba invitado a una fiesta en el barco de unos amigos en Marbella. De ahí, el grupo se fue a los toros en Sevilla y en una fiesta después de la Maestranza el empresario suizo conoció a Marina Danko.
 Cuentan testigos del encuentro que el flechazo fue recíproco .
Desde entonces están juntos, en verano en la casa de Fabio en Marbella, donde se produjo el acercamiento entre Marina y su hijo Miguel.
El resto del tiempo la pareja reside en Lugano.
 Una historia que empezó bien y que puede tener final feliz en 2016.

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