Hay tantas Navidades como sensibilidades. La antología 'Cuentos de Navidad' las tiene todas.
Ya están aquí: los comerciales navideños llenos de
niños felices. Las fotos de las familias reales disfrutando su vida de
cuento de hadas.
Las películas estilo Qué bello es vivir.
Con tanta gente alegre por todas partes, no es extraño que en estas fechas aumenten las depresiones y los suicidios.
Por suerte, también están los libros.
Cuando los
medios de información nos saturan con imágenes irreales, solo la ficción
nos recuerda cómo es la realidad... En realidad.
La antología Cuentos de Navidad (Editorial
Alba, selección de Marta Salís), no recoge cuentos para niños sino para
adultos, firmados por grandes autores de los últimos dos siglos.
Recorren sus páginas viejos conocidos de los lectores, como el amargado
Scrooge de Charles Dickens.
O la tristísima niña de los fósforos de Hans
Christian Andersen, aquella chica que enciende cerillos mientras
agoniza bajo la nieve, un relato que, por su propio bien, ningún
melancólico debe leer cerca de una navaja u objeto punzo-cortante.
Pero también ocupan el libro tesoros menos conocidos:
delicias de humor, como el cuento de Dino Buzzati, o terroríficas
pesadillas como las de E.T.A. Hoffmann y Guy de Maupassant.
Un policial
de Sherlock Holmes.
Una historia llena de magia cotidiana por Paul
Auster. Otra sobre familias destrozadas a cargo de Truman Capote.
Hay tantas Navidades como sensibilidades. Este libro las tiene todas. Pasar las fiestas solo puede sumir a cualquiera en la más negra noche. Es mucho más placentero pasarlas con Chéjov, Dostoievski, Joyce o Bradbury. Así que apague usted el televisor. No lo necesita: este libro lo salvará de la Navidad.
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