Visita a la casa de Julia Margaret Cameron, fotógrafa británica maestra del retrato.
En aquellas noches de verano los invitados se abandonaban a las
sombras para cantar y bailar bajo las estrellas.
En una ocasión la señora Cameron y sus huéspedes se acercaron con antorchas hasta Farringford, el hogar del poeta Alfred Tennyson y su mujer Emily.
“Era el tiempo —contaba Hester Fuller, la nieta de William Thackeray— en que a Freshwater se la comparaba con la Atenas de Pericles, porque era el lugar donde gravitaban todos los intelectuales famosos durante el reinado de la Reina Victoria”.
Pero quien recibía, quien ejercía de salonnière, que eso lo aprendió de su aristócrata madre francesa, era una mujer apasionada y algo excéntrica, la fotógrafa Julia Margaret Cameron (1815–1879), de la que se celebra este año el 200 aniversario de su nacimiento.
A lo largo del año diversas exposiciones se suceden en Dimbola Lodge, la casa de la Cameron en Freshwater Bay, Isla de Wight, hoy un museo y biblioteca dedicado a su figura que conserva parte del artesonado original, sobre todo en la gran escalera, y detalles de la época.
Vidrieras, mampostería y molduras fueron inspiradas en el país en que nació, India, y en el que murió, Ceilán, hoy Sri Lanka.
El propio nombre del lugar, Dimbola, fue elegido en memoria de la plantación de té y después de café que la familia poseía en las tierras altas de Sri Lanka.
Cameron acude por primera vez a Wight en 1855 para visitar al poeta Alfred Tennyson, al que había conocido en el corto periodo en que vivió en Londres tras su boda y sus años pasados en Calcuta, donde nació
. Dos años después compra a un pescador dos pequeños cottages que une con una torre y que serán su hogar durante los 15 años en los que realiza casi toda su producción fotográfica, entre 1864 y 1874. Sabido es que fue su hija quien le regaló una cámara cuando ya tenía 48 años —“puede divertirle, madre, tratar de hacer algunas fotografías durante su soledad en Freshwater”— para mitigar las ausencias de su marido en Ceilán y la de sus hijos, que acabaron por residir también allí.
El gallinero de la casa fue convertido en estudio y el depósito de carbón en cuarto oscuro.
Familia, criados, visitantes y pescadores de la bahía y sus hijos aprendieron a posar durante el largo proceso que exigía la técnica del colodión húmedo.
Convencida de que una cámara era un instrumento para crear y no para documentar, trató de elaborar una obra alegórica de influencia dispar (el prerrafaelismo, la Biblia, el Renacimiento...) y poco cuidada en lo relativo a la técnica (raspaduras, manchas, negativos sucio y demás descuidos) lo que le acarreaba críticas demoledoras.
Pero pasó el tiempo y los pictorialistas comenzaron a evaluar sus méritos: el desenfoque deliberado y el flou, los primeros y medios planos, la expresividad de sus modelos, su imaginación y su inventiva, que para eso su familia la llamaba “la talentosa”.
Su cámara expresaba el mundo estético de los personajes que la rodeaban. A poca distancia vivía su gran amigo y mentor Alfred Tennyson.
No se conserva la casa original pero sí un cottage de sus características en el mismo lugar, que ahora da cobijo a visitantes y escritores
. Lo que sí se conserva es la puerta trasera en Dimbola Lodge, que Cameron hizo abrir para que su amigo acortase el camino a casa.
Ambos eran los pilares de lo que luego se llamó el Círculo de Freshwater, esa Atenas victoriana en la que se mezclaba la ciencia. Charles Darwin la eligió como su fotógrafa y la visitaba en su casa de Freshwater; y el astrónomo, químico y matemático John Herschel, a quién conoció en Ciudad del Cabo; Thomas Carlyle y Charles Kingsley; el poeta e ilustrador Edward Lear; el pintor George Frederic Watts, el más conocido de la era victoriana y al que se bautizó como el Miguel Ángel inglés; el escritor Lewis Carroll, que pasaba sus vacaciones en Sandown, al sureste de la isla, gran fotógrafo él mismo y profesor de Julia Cameron, y hasta la niña Alice Liddell, que había inspirado a Carroll su Alicia en el país de las maravillas y que pasó algunos veranos de su niñez en la bahía, lo que aprovechó Cameron para retratarla también.
Y qué casualidad: una de las modelos preferidas de la fotógrafa era su sobrina Julia Jackson, hija de una de sus hermanas
. Julia se casó más tarde con Sir Leslie Stephen, editor muy conocido y frecuente visitante de Dimbola.
Serán después los padres de Virginia Woolf y Vanessa Bell, que, otra vuelta de tuerca del destino, se convertirán, como su famosa tía, en dos grandes salonnières, las instigadoras del Círculo de Bloomsbury.
Virginia dedicó a su tía y sus ilustres contertulios su única obra de teatro, Freshwater, que transcurre en Dimbola Lodge, con una breve excursión a los cercanos Needles, los acantilados que son otra de las maravillas naturales de la isla.
Es una obra de teatro concebida para la familia, humorística y desenfadada, pero transmite la determinación de su tía abuela por crear un mundo estético propio, como hará ella misma y el resto del grupo de Bloomsbury
. La historia se repite.
En una ocasión la señora Cameron y sus huéspedes se acercaron con antorchas hasta Farringford, el hogar del poeta Alfred Tennyson y su mujer Emily.
“Era el tiempo —contaba Hester Fuller, la nieta de William Thackeray— en que a Freshwater se la comparaba con la Atenas de Pericles, porque era el lugar donde gravitaban todos los intelectuales famosos durante el reinado de la Reina Victoria”.
Pero quien recibía, quien ejercía de salonnière, que eso lo aprendió de su aristócrata madre francesa, era una mujer apasionada y algo excéntrica, la fotógrafa Julia Margaret Cameron (1815–1879), de la que se celebra este año el 200 aniversario de su nacimiento.
A lo largo del año diversas exposiciones se suceden en Dimbola Lodge, la casa de la Cameron en Freshwater Bay, Isla de Wight, hoy un museo y biblioteca dedicado a su figura que conserva parte del artesonado original, sobre todo en la gran escalera, y detalles de la época.
Vidrieras, mampostería y molduras fueron inspiradas en el país en que nació, India, y en el que murió, Ceilán, hoy Sri Lanka.
El propio nombre del lugar, Dimbola, fue elegido en memoria de la plantación de té y después de café que la familia poseía en las tierras altas de Sri Lanka.
Cameron acude por primera vez a Wight en 1855 para visitar al poeta Alfred Tennyson, al que había conocido en el corto periodo en que vivió en Londres tras su boda y sus años pasados en Calcuta, donde nació
. Dos años después compra a un pescador dos pequeños cottages que une con una torre y que serán su hogar durante los 15 años en los que realiza casi toda su producción fotográfica, entre 1864 y 1874. Sabido es que fue su hija quien le regaló una cámara cuando ya tenía 48 años —“puede divertirle, madre, tratar de hacer algunas fotografías durante su soledad en Freshwater”— para mitigar las ausencias de su marido en Ceilán y la de sus hijos, que acabaron por residir también allí.
El gallinero de la casa fue convertido en estudio y el depósito de carbón en cuarto oscuro.
Familia, criados, visitantes y pescadores de la bahía y sus hijos aprendieron a posar durante el largo proceso que exigía la técnica del colodión húmedo.
Convencida de que una cámara era un instrumento para crear y no para documentar, trató de elaborar una obra alegórica de influencia dispar (el prerrafaelismo, la Biblia, el Renacimiento...) y poco cuidada en lo relativo a la técnica (raspaduras, manchas, negativos sucio y demás descuidos) lo que le acarreaba críticas demoledoras.
Pero pasó el tiempo y los pictorialistas comenzaron a evaluar sus méritos: el desenfoque deliberado y el flou, los primeros y medios planos, la expresividad de sus modelos, su imaginación y su inventiva, que para eso su familia la llamaba “la talentosa”.
Su cámara expresaba el mundo estético de los personajes que la rodeaban. A poca distancia vivía su gran amigo y mentor Alfred Tennyson.
No se conserva la casa original pero sí un cottage de sus características en el mismo lugar, que ahora da cobijo a visitantes y escritores
. Lo que sí se conserva es la puerta trasera en Dimbola Lodge, que Cameron hizo abrir para que su amigo acortase el camino a casa.
Ambos eran los pilares de lo que luego se llamó el Círculo de Freshwater, esa Atenas victoriana en la que se mezclaba la ciencia. Charles Darwin la eligió como su fotógrafa y la visitaba en su casa de Freshwater; y el astrónomo, químico y matemático John Herschel, a quién conoció en Ciudad del Cabo; Thomas Carlyle y Charles Kingsley; el poeta e ilustrador Edward Lear; el pintor George Frederic Watts, el más conocido de la era victoriana y al que se bautizó como el Miguel Ángel inglés; el escritor Lewis Carroll, que pasaba sus vacaciones en Sandown, al sureste de la isla, gran fotógrafo él mismo y profesor de Julia Cameron, y hasta la niña Alice Liddell, que había inspirado a Carroll su Alicia en el país de las maravillas y que pasó algunos veranos de su niñez en la bahía, lo que aprovechó Cameron para retratarla también.
Y qué casualidad: una de las modelos preferidas de la fotógrafa era su sobrina Julia Jackson, hija de una de sus hermanas
. Julia se casó más tarde con Sir Leslie Stephen, editor muy conocido y frecuente visitante de Dimbola.
Serán después los padres de Virginia Woolf y Vanessa Bell, que, otra vuelta de tuerca del destino, se convertirán, como su famosa tía, en dos grandes salonnières, las instigadoras del Círculo de Bloomsbury.
Virginia dedicó a su tía y sus ilustres contertulios su única obra de teatro, Freshwater, que transcurre en Dimbola Lodge, con una breve excursión a los cercanos Needles, los acantilados que son otra de las maravillas naturales de la isla.
Es una obra de teatro concebida para la familia, humorística y desenfadada, pero transmite la determinación de su tía abuela por crear un mundo estético propio, como hará ella misma y el resto del grupo de Bloomsbury
. La historia se repite.
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