Isabel Preysler ha celebrado esta semana en la más estricta intimidad
familiar el primer aniversario de la muerte de su tercer y último
marido, Miguel Boyer.
Después de haber sufrido un ictus en 2012, la lenta
recuperación del ex ministro dejó a Isabel en un segundo plano de la
vida pública.
La filipina ya no estaba para fiestas ni tan siquiera para
posar en las revistas del corazón, como era costumbre en ella. Isabel
quiso acompañar a su esposo hasta el mismo día de su muerte y estuvo
casi dos años sin apenas vida pública
. Cuando falleció Miguel, el 29 de
septiembre de 2014, los que más la conocían aseguraron que lo estaba
pasando realmente mal sin la presencia del que ella definía como el amor
de su vida, aunque lo cierto es que Isabel se supo reponer con relativa
rapidez a ese duro golpe.
Sólo un mes y medio después y acompañada por sus hijas, la
socialité dio una alegría a su hijo Enrique Iglesias cuando acudió a su
concierto de Madrid.
A partir de entonces y tras pasar las Navidades en
Estados Unidos en compañía de sus hijos, Isabel ha ido recuperando poco a
poco su vida social y ha vuelto a tener un sitio privilegiado en las
revistas del corazón.
Para recuperar la ilusión tras perder a Miguel, sus hijas le
hicieron retomar un proyecto que había comenzado hacía años y que dejó
estancado tras la enfermedad de Boyer: crear su propia línea de
cosméticos.
Fue eso lo que le dio ganas de seguir adelante y lo que
también le sirvió de acicate para volver a la vida pública, apareciendo
no sólo en portadas de revistas contando su proyecto empresarial sino
también en televisión.
A principios de abril y después de 20 años sin
conceder entrevistas a ninguna cadena, Isabel acudió a El Hormiguero
para dar a Pablo Motos una de sus entrevistas más sinceras.
En aquella
ocasión habló de su vida sin Miguel y subrayó que sería difícil
encontrarle un sustituto. Pero lo cierto es que éste no tardó mucho en
llegar.
Las revistas del corazón sorprendían a principios de junio con
la que sin duda ha sido la noticia del verano y del año: el romance
entre Isabel Preysler y el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, una
relación que ha tenido todos los ingredientes para ocupar grandes
titulares, incluido el despecho de la todavía mujer del escritor, que se
enteró del romance de su marido a través de las revistas.
Con su visita al cementerio de San Isidro coincidiendo con el
primer aniversario de la muerte de Miguel Boyer (donde acudió acompañada
por su madre, sus hijas Tamara y Ana, el novio de ésta, Fernando
Verdasco) Isabel Preysler demuestra que Miguel sigue ocupando una parte
importante de su corazón, aunque lleve meses sin soltarse de la mano del
Nobel, que dicen se quedó prendado de ella hace 30 años cuando la
filipina le hizo una entrevista para Hola
. Ella, por su parte, ha
encontrado en Mario al sustituto perfecto de Miguel: un hombre
extremadamente culto, con un gran sentido del humor y con una posición
social envidiable..(Esa tia es una Jeta)
Ayer mismo se conocía que el escritor se había ido a vivir a
casa de la filipina, dando así un nuevo paso para fortalecer la
relación.
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