El museo Jeu de Paume expone 300 imágenes tomadas por Philippe Halsman de artistas, políticos y empresarios por los aires.
De los bigotes de Dalí al mítico retrato de Marilyn Monroe saltando por los aires, pasando por el retrato de Alfred Hitchock con un puro para la promoción de la película Los Pájaros,
Philippe Halsman (Riga, 1906 – Nueva York, 1979) ha inmortalizado a los
grandes iconos del siglo XX.
Autor de 101 portadas para la revista estadounidense Life, Halsman fue también el inventor de lo que llamaba la jumpology: fotografiaba a los grandes artistas, políticos o empresarios dando un salto.
El parisino museo Jeu de Paume le consagra hasta finales de enero en una gran exposición en la que reúne más de 300 imágenes que abarcan de Winston Churchill a Pablo Picasso, o Grace Kelly.
Entre todos, destacan dos grandes protagonistas: Marilyn Monroe y Salvador Dalí.
Su encuentro con Marilyn se remonta a 1949, cuando la revista Life le encargó retratar a un grupo de ocho jóvenes maniquíes que se dirigían hacia la carrera de actrices.
Tres años después, fue el autor de su primera portada, donde mostraba a una sensual Marylin vestida de blanco y con los hombros descubiertos
. Acompañaba un reportaje de instantáneas en blanco y negro y en color, muchas de las cuales se convirtieron en míticas
. Las sesiones con la actriz se repitieron durante una década, durante la cual finalmente logró convencerla, a pesar de sus reticencias iniciales, a abandonarse a la jumpology.
Marilyn repitió la operación más de 200 veces hasta que logró el salto perfecto, inmortalizado en la famosa portada de Life de noviembre de 1959.
Halsman, que defendía un enfoque psicológico del retrato, consideraba que en esta pose desenfadada y natural captaba mejor la esencia del personaje.
"Cuando le pido a una persona que salte, su atención se focaliza en el acto de dar el salto, se quita la máscara, y así emerge su verdadera personalidad", explicaba.
Así lo deja patente en la selección expuesta en la muestra: del salto alegre e infantil, piernas y brazos abiertos, de una jovencita Audrey Hepburn, a la sensual pose de Brigitte Bardot, pasando por el tímido y rígido bote de Richard Nixon o el acrobático salto de Anthony Perkins. En total, más de 170 personalidades se prestaron al juego y conforman una sorprendente colección.
Halsman era también un maestro del arte de la puesta en escena y en este ámbito encontró en el genio de Salvador Dalí su mejor cómplice, con el que compartió tres décadas de amistad y trabajo.
"Cada vez que necesitaba a un protagonista impactante o célebre para una de mis ideas disparatadas, Dalí aceptaba con generosidad", decía.
"Cada vez que él pensaba en un fotografía tan extraña que parecía imposible hacerla, trataba de encontrar una solución".
En total, los archivos de Philippe Halsman conservan más de 550 imágenes tomadas en 47 sesiones con el artista.
Autor de 101 portadas para la revista estadounidense Life, Halsman fue también el inventor de lo que llamaba la jumpology: fotografiaba a los grandes artistas, políticos o empresarios dando un salto.
El parisino museo Jeu de Paume le consagra hasta finales de enero en una gran exposición en la que reúne más de 300 imágenes que abarcan de Winston Churchill a Pablo Picasso, o Grace Kelly.
Entre todos, destacan dos grandes protagonistas: Marilyn Monroe y Salvador Dalí.
Su encuentro con Marilyn se remonta a 1949, cuando la revista Life le encargó retratar a un grupo de ocho jóvenes maniquíes que se dirigían hacia la carrera de actrices.
Tres años después, fue el autor de su primera portada, donde mostraba a una sensual Marylin vestida de blanco y con los hombros descubiertos
. Acompañaba un reportaje de instantáneas en blanco y negro y en color, muchas de las cuales se convirtieron en míticas
. Las sesiones con la actriz se repitieron durante una década, durante la cual finalmente logró convencerla, a pesar de sus reticencias iniciales, a abandonarse a la jumpology.
Marilyn repitió la operación más de 200 veces hasta que logró el salto perfecto, inmortalizado en la famosa portada de Life de noviembre de 1959.
Halsman, que defendía un enfoque psicológico del retrato, consideraba que en esta pose desenfadada y natural captaba mejor la esencia del personaje.
"Cuando le pido a una persona que salte, su atención se focaliza en el acto de dar el salto, se quita la máscara, y así emerge su verdadera personalidad", explicaba.
Así lo deja patente en la selección expuesta en la muestra: del salto alegre e infantil, piernas y brazos abiertos, de una jovencita Audrey Hepburn, a la sensual pose de Brigitte Bardot, pasando por el tímido y rígido bote de Richard Nixon o el acrobático salto de Anthony Perkins. En total, más de 170 personalidades se prestaron al juego y conforman una sorprendente colección.
Halsman era también un maestro del arte de la puesta en escena y en este ámbito encontró en el genio de Salvador Dalí su mejor cómplice, con el que compartió tres décadas de amistad y trabajo.
"Cada vez que necesitaba a un protagonista impactante o célebre para una de mis ideas disparatadas, Dalí aceptaba con generosidad", decía.
"Cada vez que él pensaba en un fotografía tan extraña que parecía imposible hacerla, trataba de encontrar una solución".
En total, los archivos de Philippe Halsman conservan más de 550 imágenes tomadas en 47 sesiones con el artista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario