El estilo de vida es el causante de gran parte del deterioro físico. El objetivo del 'proaging' es una madurez llena de vitalidad, sin achaques.
Hoy, ser nonagenario ya no es excepcional; y dentro de 30 años será habitual. Alentada por la necesidad psicológica y física de llegar a viejos sin ser decrépitos y avalada por nuevas disciplinas científicas, la medicina antiaging es sin duda la reina de las terapies del nuevo siglo. Pero: ¿funciona? ¿Conseguiremos ser jóvenes con 80 años, frenar el envejecimiento?
A lo largo de los siglos, la búsqueda de la eterna juventud ha sido una constante en todas las civilizaciones pero todos los recursos han sido en vano.
La inmortalidad no es humana.
Hoy, el realismo científico ha suplido a la magia de antaño, pero la búsqueda continúa. Investigadores de todos los ámbitos se afanan por encontrar al gen o genes de la longevidad, desvelar el porqué del deterioro físico y mental, descifrar la bioquímica hormonal o explicar las razones que irremediablemente nos conducen a la muerte.
Envejecer, de momento, no tiene cura; sin embargo, como dijo el actor Martin Held, "todo el mundo quiere llegar a viejo, pero nadie quiere serlo"
. Y ante la halagüeña perspectiva de sobrepasar los 80 años que nos depara la esperanza de vida occidental, todas las disciplinas implicadas han abierto una nueva vía de investigación en la que el estudio del envejecimiento es el rey.
Para que los años se noten menos
1. Controlar el consumo de alcohol. Deshidrata y aumenta la producción de radicales libres.2. No fumar. Según la Sociedad Española de Medicina Estética, los fumadores envejecen 2,5 años más por cada 10.
3. Tener pareja estable. El sexo libera hormona del crecimiento que ayuda a mantener la elasticidad de la piel, según el doctor David Weeks.
4. Ejercitarse con moderación. Comprobado por los investigadores de la Universidad McMaster (Ontario).
5. Reírse con los amigos. Reduce el estrés, que acelera el acortamiento de los telómeros.
6. Protegerse del sol. Es el principal agente externo de envejecimiento.
"No es una medicina contra el envejecimiento, sino del envejecimiento, pensada para personas que desean cuidarse y envejecer con salud".
O lo que es lo mismo, no sirve para quitarse arrugas o ir contra el paso del tiempo.
La idea de las terapias antiaging es estudiar todos los factores que intervienen en el proceso de envejecimiento y que afectan a la salud y la calidad de vida para controlar posibles males, amortiguarlos o evitar que aparezcan.
"Es una disciplina preventiva, predictiva y regenerativa", añaden, "no estudia el envejecimiento en abstracto, sino en cada persona".
Edad cronológica y biológica
No todos nos marchitamos igual.Las huellas del tiempo cambian según el individuo, su herencia genética, hábitos y condiciones ambientales.
De ahí que todos tengamos dos edades: la que marca el DNI o edad cronológica, y la que nos dicta el estado de nuestro organismo o edad biológica
. Hay quien supera los 50 años sin necesidad de usar gafas y quien se las tiene que colocar a los 20. Quien tiene problemas motores con 60 y quien cumple su sueño de tirarse en paracaídas con 70 porque su cuerpo se lo permite.
La vejez es una compañera inexorable de los años, pero no a todos nos ataca igual: que una persona tenga una presbicia temprana no significa que los demás órganos vitales hayan envejecido del mismo modo.
No hay una fórmula infalible para calcular la edad biológica, pero la medicina antiaging, a través de diferentes mediciones y análisis, es capaz de averiguar el estado real de la mente y el cuerpo.
"Cuantos más parámetros podamos medir", afirman Mañero y Sánchez, "mejor idea nos podremos hacer de si una persona está mejor o peor en comparación con la población de la misma edad cronológica y aplicar el adecuado tratamiento antiaging".
Según la OMS, los azares biológicos o la genética que influyen en el envejecimiento y condicionan nuestra salud se elevan a un 27%, el estilo de vida un 43%, el sistema sanitario un 10% y los factores culturales y psicosociales un 20%.
Así, nuestra forma de envejecer está sometida casi en un 70% a la tiranía de acontecimientos aleatorios, al azar.
Aleatorio o programado, el proceso de envejecer es imparable, pero sus consecuencias se pueden prevenir y paliar, o al enos es lo que preconiza la medicina antiaging o medicina del envejecimiento, cuyos argumentos de actuación se basan en ambos criterios y las teorías que la sustentan.
Nunca es tarde para cuidarse
¿A qué edad conviene realizar este tipo de tratamientos para que ser viejo no sea un lastre personal y ajeno? Es la pregunta del millón. "Entre 40 y 50 años es perfecto, pero también se obtienen muy buenos resultados en edades posteriores", afirma Jesús Benito, de Antiaging Group Barcelona.
Someterse a una terapia antiaging no es comprar una píldora de la eterna juventud.
Aunque cada clínica tiene un proceder diferente, en todos los centros notables lo dejan claro desde el principio: hacerse un tratamiento de este tipo no significa quitarse 15 años ni que a uno le den las coordenadas para viajar a la juventud.
Esta terapis no es más que un estudio profundo del estado físico y mental y del funcionamiento del organismo, que servirá para prevenir males en el futuro, corregir los presentes y ponerse en plan para toda la vida.
Para conocer el estado de los órganos vitales se estudian la sangre, la saliva y la orina. Son los denominados biomarcadores objetivos.
Por otro lado, se miden los subjetivos como los síntomas externos -digestivos, cardíacos, psicológicos, motores o sociales-.
Toda esta información, junto con un exhaustivo historial familiar y personal realizado por médicos de distintas disciplinas, forman el conjunto de datos para establecer un plan de actuación absolutamente personalizado que incluye: dieta, programa de ejercicios mentales y físicos, y receta de las vitaminas y minerales que sean adecuados.
Además, todas las clínicas proponen un plan de seguimiento que irá cambiando según las necesidades que se planteen.
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