El sol, la sal y el cloro dañan el frágil equilibrio de la piel del rostro
Una experta de la firma Olay explica, paso a paso, cómo volver a ponerla a punto.
Durante las vacaciones el sol, los baños en el mar o en la piscina,
nos recargan de energía, pero también producen daños en la piel del
rostro.
Natalia Gómez, experta en cuidado facial de Olay, explica paso a paso el tratamiento para reequilibrar la dermis.
Es importante realizar como gesto previo una limpieza profunda del rostro.
Utilizar agua tibia -no caliente, porque reseca más la piel- como primer paso para preparar la piel antes de extender sutilmente el producto limpiador.
Usar preferiblemente un sistema rotacional para aplicar el producto en pasadas laterales desde el centro al exterior.
Con este acto, que se prolongará durante un minuto con especial incidencia en la parte superior del labio y el surco nasogeniano, se conseguirá activar la microcirculación cutánea y que los tratamientos posteriores resulten más efectivos
. Conviene grabarse a fuego que la limpieza de la piel debe ser un gesto diario imprescindible.
Tras retirar el producto de limpieza con agua tibia, llega el momento de aplicar el serúm.
Se debe hacer con movimientos suaves y ascendentes y apoyando las manos sobre las distintas zonas del escote, cuello y rostro para transferir su calor y ayudar a que el producto penetre.
Finalmente aplicar la crema de tratamiento.
Este productos sí se debe masajear y se puede utilizar también en el área del contorno de ojos, según la crema que se elija.
En esta zona masajear el producto con el dedo anular que es el que menos presión ejerce y por tanto el más adecuado dada la delicadeza de la piel en esta área.
Proceder a abrir con suavidad el área exterior del ojo para postrar las líneas de expresión y realizar movimientos circulares para que penetre el producto.
Natalia Gómez, experta en cuidado facial de Olay, explica paso a paso el tratamiento para reequilibrar la dermis.
Es importante realizar como gesto previo una limpieza profunda del rostro.
Utilizar agua tibia -no caliente, porque reseca más la piel- como primer paso para preparar la piel antes de extender sutilmente el producto limpiador.
Usar preferiblemente un sistema rotacional para aplicar el producto en pasadas laterales desde el centro al exterior.
Con este acto, que se prolongará durante un minuto con especial incidencia en la parte superior del labio y el surco nasogeniano, se conseguirá activar la microcirculación cutánea y que los tratamientos posteriores resulten más efectivos
. Conviene grabarse a fuego que la limpieza de la piel debe ser un gesto diario imprescindible.
Tras retirar el producto de limpieza con agua tibia, llega el momento de aplicar el serúm.
Se debe hacer con movimientos suaves y ascendentes y apoyando las manos sobre las distintas zonas del escote, cuello y rostro para transferir su calor y ayudar a que el producto penetre.
Finalmente aplicar la crema de tratamiento.
Este productos sí se debe masajear y se puede utilizar también en el área del contorno de ojos, según la crema que se elija.
En esta zona masajear el producto con el dedo anular que es el que menos presión ejerce y por tanto el más adecuado dada la delicadeza de la piel en esta área.
Proceder a abrir con suavidad el área exterior del ojo para postrar las líneas de expresión y realizar movimientos circulares para que penetre el producto.
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