Atenas propone un plan de ayuda de dos años con el mecanismo de estabilidad europeo. Detrás de Grecia irá Portugal y detrás España.
Los acontecimientos se precipitan a escasas horas de que expire el
segundo rescate, el tiempo para pagar al FMI y una reunión del BCE que,
en caso de ser negativa para Grecia, sería una especie de fin del
partido
. Atenas ha enviado una propuesta de tercer rescate a las autoridades europeas. Tras romper la negociación el pasado viernes, convocar un referéndum sobre la propuesta europea y situar al país con un pie en el abismo con el corralito y los controles de capital, el Gobierno de Alexis Tsipras acaba de pedir un tercer rescate en toda regla que alimenta el dramatismo de la saga.
La propuesta, enviada al fondo de rescate europeo (Mede) y al Eurogrupo, que ha convocado una reunión urgente para esta tarde, persigue evitar una suspensión de pagos que dejaría a Grecia muy cerca de la salida del euro e incluso de la Unión Europea.
El Gobierno griego pide, además, que se extienda el actual rescate, que expira esta noche, "durante un corto periodo de tiempo" que evite una quiebra técnica mientras se cierre un posible acuerdo, informa Reuters.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, habló anoche con el primer ministro Alexis Tsipras para hacerle una última propuesta: alguna concesión adicional, un plan de inversiones de 35.000 millones y una promesa en firme de restructuración de deuda
. Tsipras conversó con el jefe del BCE, Mario Draghi, esta mañana.
A mediodía, el ministro Yanis Varoufakis aseguró que Grecia no pagará al FMI esta noche.
Y a primera hora de la tarde Atenas ha salido con el plan de dejar expirar el segundo programa y poner en marcha un tercer rescate acompañado de una reestructuración de deuda, que asciende al 180% del PIB. “El Gobierno griego sigue buscando un acuerdo con los acreedores”, ha dicho el Ejecutivo en un comunicado.
El Gobierno alemán ya dejó claro que se mantiene abierto al diálogo, pero solo tras ver el resultado del referéndum del próximo domingo.
Por eso, según diversos medios, la canciller Angela Merkel ha rebajado las expectativas de cerrar un acuerdo in extremis que permita alargar el actual programa, algo para lo que ya es demasiado tarde, informa Luis Doncel desde Berlín.
En una reunión de diez minutos con el número dos de su Gobierno, Sigmar Gabriel, y con los jefes de los grupos parlamentarios democristianos y socialdemócratas, Merkel habría reiterado que “la puerta está abierta para nuevas conversaciones”, pero ya ligadas a lo que exprese la mayoría del pueblo griego el domingo.
El gobierno alemán ha mantenido en estos últimos meses que no veía “imaginable” un nuevo programa de ayuda sin la participación del FMI.
Cualquier acuerdo de alargar el programa que esta noche acaba requeriría el visto bueno previo del Bundestag (la Cámara Baja del Parlamento alemán).
Y, dado que tan solo quedan unas horas para el vencimiento del programa, este paso imprescindible parece poco menos que imposible.
La oferta está poca detallada
. Se trata de un rescate por un plazo de dos años “para cubrir las necesidades financieras de Grecia y, en paralelo, una reestructuración de deuda”, según el mismo comunicado.
Atenas apuesta por ampliar el programa actual hasta que se firme el tercer rescate, en el que en principio no participaría el FMI.
“De momento no hay acuerdo”, ha asegurado a este diario una fuente europea en medio de rumores de un viaje de Tsipras a Bruselas, de convocatoria de un Eurogrupo urgente y de todo tipo de movimientos diplomáticos para evitar llegar al final del día sin acuerdo.
Por su parte, la última oferta europea incorpora varias concesiones.
Por un lado, un IVA del 13% (y no del 23%) para los hoteles, tal como pedían los griegos para no perjudicar su sector turístico, y un impuesto a los armadores, como solicitaba también el Gobierno de Syriza.
Además, Bruselas propone un difuso paquete de crecimiento e inversión de 35.000 millones de euros para contribuir al despegue de la economía griega, de nuevo en recesión y camino de la depresión con los controles de capital, el corralito y la espada de Damocles que pende sobre el maltrecho sistema financiero, que mañana podría tener que declararse en bancarrota si el BCE le corta el grifo.
Por último, Juncker habló este lunes de una promesa en firme para el próximo otoño sobre reestructuración de deuda, que incluiría una ampliación de los plazos de devolución y quizá alguna rebaja o moratoria de intereses.
Las advertencias a Tsipras no cesan.
El ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, ha explicado hoy que en caso de que gane el no Grecia y Europa se adentrarían en territorio desconocido, y no cabe descartar un impago y la posterior salida del euro e incluso de la UE.
Las agencias de calificación han empezado a rebajar el ‘rating’ de los bancos.
Pero quizá el aviso de más calibre procede del BCE. Benoit Coeuré, consejero ejecutivo del Eurobanco, ha asegurado en una entrevista a Les Echos que la salida de Grecia del euro “ya no puede excluirse”.
Los griegos ya han dado muestras de que usarán todos los frentes judiciales para impedir que eso ocurra, incluida la apelación al Tribunal Europeo de Justicia, y han asegurado al Gobierno chino esta mañana que no tienen ninguna intención de salir del euro.
Grecia podría quedarse en un limbo jurídico, según las fuentes consultadas, con el euro como moneda oficial y una segunda moneda para los pagos internos, como hicieron los argentinos con los denominados patacones.
Tsipras ya sugirió anoche que no pagará los 1.500 millones que vencen hoy al FMI. La ministra adjunta de Finanzas, Nadia Valavani, ha asegurado que ese pago todavía es posible si Grecia obtuviera los 1.800 millones procedentes de los beneficios obtenidos con las operaciones con deuda griega realizadas por los bancos centrales.
Pero ese desembolso está sujeto a la aprobación del Eurogrupo, el consejo de ministros de Finanzas del euro.
Y para ello lo primordial sería un improbable gesto por parte de Tsipras a la oferta de Juncker de último minuto.
Varoufakis acaba de descartar ese pago.
A pesar de las declaraciones optimistas de los líderes del euro, las primas de riesgo seguían al alza esta mañana.
La diferencia entre los intereses que paga Portugal y los que paga Alemania (el país más fiable) supera de nuevo los 200 puntos. España e Italia vuelven a acercarse a toda velocidad hacia esa cota. Incluso en Francia y en Bélgica hay subidas notables
. La incertidumbre en Europa siempre tiene un beneficiario: Alemania pagaba ayer el 0,92% por su bono a 10 años; hoy paga el 0,79%.
. Atenas ha enviado una propuesta de tercer rescate a las autoridades europeas. Tras romper la negociación el pasado viernes, convocar un referéndum sobre la propuesta europea y situar al país con un pie en el abismo con el corralito y los controles de capital, el Gobierno de Alexis Tsipras acaba de pedir un tercer rescate en toda regla que alimenta el dramatismo de la saga.
La propuesta, enviada al fondo de rescate europeo (Mede) y al Eurogrupo, que ha convocado una reunión urgente para esta tarde, persigue evitar una suspensión de pagos que dejaría a Grecia muy cerca de la salida del euro e incluso de la Unión Europea.
El Gobierno griego pide, además, que se extienda el actual rescate, que expira esta noche, "durante un corto periodo de tiempo" que evite una quiebra técnica mientras se cierre un posible acuerdo, informa Reuters.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, habló anoche con el primer ministro Alexis Tsipras para hacerle una última propuesta: alguna concesión adicional, un plan de inversiones de 35.000 millones y una promesa en firme de restructuración de deuda
. Tsipras conversó con el jefe del BCE, Mario Draghi, esta mañana.
A mediodía, el ministro Yanis Varoufakis aseguró que Grecia no pagará al FMI esta noche.
Y a primera hora de la tarde Atenas ha salido con el plan de dejar expirar el segundo programa y poner en marcha un tercer rescate acompañado de una reestructuración de deuda, que asciende al 180% del PIB. “El Gobierno griego sigue buscando un acuerdo con los acreedores”, ha dicho el Ejecutivo en un comunicado.
El Gobierno alemán ya dejó claro que se mantiene abierto al diálogo, pero solo tras ver el resultado del referéndum del próximo domingo.
Por eso, según diversos medios, la canciller Angela Merkel ha rebajado las expectativas de cerrar un acuerdo in extremis que permita alargar el actual programa, algo para lo que ya es demasiado tarde, informa Luis Doncel desde Berlín.
En una reunión de diez minutos con el número dos de su Gobierno, Sigmar Gabriel, y con los jefes de los grupos parlamentarios democristianos y socialdemócratas, Merkel habría reiterado que “la puerta está abierta para nuevas conversaciones”, pero ya ligadas a lo que exprese la mayoría del pueblo griego el domingo.
El gobierno alemán ha mantenido en estos últimos meses que no veía “imaginable” un nuevo programa de ayuda sin la participación del FMI.
Cualquier acuerdo de alargar el programa que esta noche acaba requeriría el visto bueno previo del Bundestag (la Cámara Baja del Parlamento alemán).
Y, dado que tan solo quedan unas horas para el vencimiento del programa, este paso imprescindible parece poco menos que imposible.
La oferta está poca detallada
. Se trata de un rescate por un plazo de dos años “para cubrir las necesidades financieras de Grecia y, en paralelo, una reestructuración de deuda”, según el mismo comunicado.
Atenas apuesta por ampliar el programa actual hasta que se firme el tercer rescate, en el que en principio no participaría el FMI.
“De momento no hay acuerdo”, ha asegurado a este diario una fuente europea en medio de rumores de un viaje de Tsipras a Bruselas, de convocatoria de un Eurogrupo urgente y de todo tipo de movimientos diplomáticos para evitar llegar al final del día sin acuerdo.
Por su parte, la última oferta europea incorpora varias concesiones.
Por un lado, un IVA del 13% (y no del 23%) para los hoteles, tal como pedían los griegos para no perjudicar su sector turístico, y un impuesto a los armadores, como solicitaba también el Gobierno de Syriza.
Además, Bruselas propone un difuso paquete de crecimiento e inversión de 35.000 millones de euros para contribuir al despegue de la economía griega, de nuevo en recesión y camino de la depresión con los controles de capital, el corralito y la espada de Damocles que pende sobre el maltrecho sistema financiero, que mañana podría tener que declararse en bancarrota si el BCE le corta el grifo.
Por último, Juncker habló este lunes de una promesa en firme para el próximo otoño sobre reestructuración de deuda, que incluiría una ampliación de los plazos de devolución y quizá alguna rebaja o moratoria de intereses.
Las advertencias a Tsipras no cesan.
El ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, ha explicado hoy que en caso de que gane el no Grecia y Europa se adentrarían en territorio desconocido, y no cabe descartar un impago y la posterior salida del euro e incluso de la UE.
Las agencias de calificación han empezado a rebajar el ‘rating’ de los bancos.
Pero quizá el aviso de más calibre procede del BCE. Benoit Coeuré, consejero ejecutivo del Eurobanco, ha asegurado en una entrevista a Les Echos que la salida de Grecia del euro “ya no puede excluirse”.
Los griegos ya han dado muestras de que usarán todos los frentes judiciales para impedir que eso ocurra, incluida la apelación al Tribunal Europeo de Justicia, y han asegurado al Gobierno chino esta mañana que no tienen ninguna intención de salir del euro.
Grecia podría quedarse en un limbo jurídico, según las fuentes consultadas, con el euro como moneda oficial y una segunda moneda para los pagos internos, como hicieron los argentinos con los denominados patacones.
Tsipras ya sugirió anoche que no pagará los 1.500 millones que vencen hoy al FMI. La ministra adjunta de Finanzas, Nadia Valavani, ha asegurado que ese pago todavía es posible si Grecia obtuviera los 1.800 millones procedentes de los beneficios obtenidos con las operaciones con deuda griega realizadas por los bancos centrales.
Pero ese desembolso está sujeto a la aprobación del Eurogrupo, el consejo de ministros de Finanzas del euro.
Y para ello lo primordial sería un improbable gesto por parte de Tsipras a la oferta de Juncker de último minuto.
Varoufakis acaba de descartar ese pago.
A pesar de las declaraciones optimistas de los líderes del euro, las primas de riesgo seguían al alza esta mañana.
La diferencia entre los intereses que paga Portugal y los que paga Alemania (el país más fiable) supera de nuevo los 200 puntos. España e Italia vuelven a acercarse a toda velocidad hacia esa cota. Incluso en Francia y en Bélgica hay subidas notables
. La incertidumbre en Europa siempre tiene un beneficiario: Alemania pagaba ayer el 0,92% por su bono a 10 años; hoy paga el 0,79%.
No hay comentarios:
Publicar un comentario