Por si no tienes la suerte de contar con ese amigo “siempre
positivo, nunca negativo”, preguntamos a los expertos cómo dar una
vuelta a esas situaciones complejas pero comunes.
Estos consejos equivalen a una conversación con un amigo muy postivo.
Se dice que la felicidad son momentos, que no es posible estar feliz
todo el tiempo, y que hay que saber disfrutar de esos instantes en los
que la vida parece casi perfecta. ¿Pero y la tristeza?
A veces olvidamos
que los momentos tristes o complicados, son eso, también momentos, y
que no van a durar para siempre.
Y es que, pese a que no podemos cambiar
nuestras circunstancias, lo que sí podemos es afrontarlas desde
diferentes perspectivas. Ya se sabe, siempre es cuestión de si vemos el
vaso medio lleno, o medio vacío.
De hecho, a veces pasa, que en un mismo grupo, tienes a ese típico
amigo que todo lo ve negro, que de cualquier cosa hace un mundo, y que
ya se habría ahogado en lágrimas si no fuera por ese otro amigo, que
parece no verse afectado por nada, y que afronta cualquier situación
haciendo del drama una comedia.
Por si acaso no tienes la suerte de contar con ese amigo “siempre
positivo, nunca negativo”, preguntamos a los expertos cómo dar una
vuelta de rosca a esas situaciones complejas pero comunes, sobre las que
alguna vez hemos pedido consejo a nuestros amigos, para afrontarlas de
la mejor forma posible. El primer consejo va de regalo, recordar siempre
que “tras la tormenta, siempre llega la calma”.
1) Romper con tu pareja: Uno de los grandes dramas y
una de las experiencias para las que más pedimos auxilio a los demás es
cuando nos han dejado.
Por eso, el primer consejo que da la conocida
psicóloga Patricia Ramírez es
“no convertir la ruptura en tu monotema”, y en vez de eso “empezar a
aceptarlo, hay que dejar de buscar y perseguir a quién no desea estar
contigo, ¡así que prohibido mandarle mensajes!”.
Otra de las ideas a
tener en cuenta, como recuerda también el psicólogo Carlos Hermida,
desde la perspectiva masculina, es que “el tiempo es el mejor
desinfectante para curar las heridas del alma, así que no tengas prisa
ni te agarres a lo primero que pilles para olvidar, porque te estarás
humillando”. Ánimo y adelante.
2) Tener un conflicto con un amigo: En este caso no se
trata de olvidar, ni de pasar página (o sí, dependiendo de si se trata
de una relación tóxica, que en las amistades haberlas haylas), sino de
buscar apaciguar las cosas. “Olvida el orgullo, solo te separa más”,
prescribe Patricia Ramírez, que en lugar de despotricar en grupitos y
por detrás, y dejar que el rencor al final nos afecta a nosotros mismos,
recomienda “buscar un lugar tranquilo para hablar de lo que te ha
molestado sin hacer juicios de valor sobre su persona.
Explica también
cómo te has sentido y cómo te gustaría resolverlo, controlando controlando tu mirada, tu sonrisa y tu volumen de voz, para que no
resulten agresivos. Y permite que tu amigo también se exprese”, seguro
que así el conflicto se convierte sólo en un bache en el camino y no en
un adiós definitivo. Carlos Hermida, por su parte, recuerda aquello de
que “las relaciones de amistad son como una semilla, si no la cuidas lo
suficiente termina muriendo, todo es distinto cuando la riegas a diario,
sufrirá los cambios de estación, pero jamás parará de crecer”, y es que
a veces es más fácil quejarse que hacer algo por cambiar las cosas.
3) Afrontar el cambio a otra ciudad: Nada nos da más
miedo que los cambios, pero siempre olvidamos que los cambios pueden
traer muchas cosas buenas. “Nuevos amigos, nuevas actividades, lugares
que visitar, cultura, gastronomía.
Cambiar también es empezar, y la idea
de empezar de nuevo puede ser muy atractiva”, apunta la psicóloga. Su
homólogo masculino insiste en esta idea, “también hay seguridad en la
aventura y en lo excitante de la vida.
En el movimiento hay vida y en el
cambio reside tu poder”.
4) Perder tu trabajo: Algo que por desgracia se ha
hecho demasiado común en estos tiempos es enfrentarse a la pérdida del
empleo, pero ya se sabe, en los finales lo que hay que ver siempre son
nuevas oportunidades.
“Los problemas son grandes maestros que debes
saber aprovechar, toma esta etapa en tu vida como aprendizaje,
desarrollo y avance”, reflexiona Carlos Hermida.
A esto, la psicóloga
añade que lo mejor es aprovechar el momento para formarse, y por qué no
“para realizar esas actividades para las que nunca tienes tiempo. Pon en
orden tu casa, coge rutinas y nuevos hábitos de vida saludable.
Y en
cuanto hayas tomado un tiempo de relax y reflexión, vuelve a la carga de
la búsqueda activa de empleo”, algo acabará por surgir.
5) No disponer de tiempo ante una reciente paternidad:
Si hay momentos en los que tenemos más tiempo libre del que quisiéramos,
a veces el problema es precisamente la falta de tiempo para nosotros
mismos, o para compartirlo con quién queremos, como por ejemplo, cuando
acabamos de ser padres. La idea que deja en el tintero Hermida es que
“no por mucho tiempo que inviertas en un hijo, la atención es mejor”,
frase que aclara Ramírez, “el tiempo no se mide por la cantidad, sino
por la calidad. Puede ser que atravieses una punta de trabajo que te
impida disfrutar de tu pequeño todo lo que te gustaría, pero sí puedes
sacarle el jugo al poco tiempo que pases con él”.
6) La muerte de una mascota: Quién no ha tenido mascota, no lo
entiende, y por eso, no todos tus amigos comprenderán por qué estás tan
afectado, y es que como recuerda la psicóloga “la pérdida de una
mascota puede ser tan dolorosa como la pérdida de una persona querida,
llora y acepta el dolor que sientes”. Después de eso, su consejo es
sencillo, “no debes comprarte otra por sustituirla, solo si te apetece
volver a cuidar y tener un animal de compañía”. Y es que si las personas
no son sustituibles, los animales, en ocasiones, tampoco, pero eso no
quiere decir que el dolor no se vaya apaciguando.
7) Una enfermedad o lesión que ha provocado cambios en tu ritmo de vida:
“Hazte consciente de tus virtudes y limitaciones, saber que tener una
enfermedad no es el final, sino el principio. Aprende que lamentarte es
perder el tiempo, y por lo tanto, no disfrutarás de aquellas cosas tan
bonitas que nos tiene preparada la vida”, es el consejo que Carlos
Hermida apunta en una situación como esta. Quizás las cosas hayan
cambiado, y en este momento tengamos que hacer algunas renuncias, pero
seguro que hay otros aspectos de nuestra vida a los que podemos empezar a
sacarles más partido.
8) No te llevas bien con la familia de tu pareja: No
es que sea una situación triste, pero desde luego, sí que es complicada,
y es que ya se sabe, el amor no es todo, y nuestros entornos influyen
más de lo que quisiéramos en las relaciones de pareja.
Por eso, saber
afrontar de la mejor manera este contratiempo, puede resultar más
decisivo de lo que parece. “No hagas reproches sobre su familia, no los
comprenderá y te distanciarás de tu pareja”, deja claro Patricia
Ramírez, que continúa explicando que lo mejor es comentar que “tenéis
valores diferentes o pocos temas en común y que te gustaría compartir
menos tiempo con ellos”, aunque tampoco está de más, que busques algún
tema en común que sea menos conflictivo, porque está claro que parte de
tu vida van a formar.
9) No poder independizarse o tener que regresar a casa de tus padres:
“La vida son épocas y ahora toca vivir acompañado, hay tiempo para
todo”, y es que a veces en opinión de Carlos Hermida, resignarse y
buscar las cosas buenas a la situación es el mejor consejo.
Cosas
buenas, como por ejemplo, aprovechar para ahorrar, y es que como sugiere
Patricia Ramírez es un buen momento para “cultivar la paciencia y
empezar un plan de ahorro”.
10) Un enfrentamiento con tu familia: Cosas que
ocurren, precisamente, si volvéis a vivir todos juntos, ya sois adultos,
y os cuesta respetar vuestras opiniones y espacios.
Quizás esa sea la
clave “buscar un lugar neutral para hablar, fuera de casa”, opina la
psicóloga.
Por último, Hermida recuerda por su parte que un conflicto
con un familiar, no debe ser lo mismo que uno con un compañero de
trabajo, porque la familia es algo mucho más importante, y no debemos
centrarnos sólo en lo malo, sino en todo lo bueno que nos aporta.
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