El músico, que formó pareja sentimental y artística con Lole Montoya, se negó a recibir tratamiento del cáncer que padecía.
. Los restos del cantaor serán traslados a mediodía al Teatro Romero de San Juan, en San Juan de Aznalfarache (Sevilla).
El cantaor, al que le habían diagnosticado un cáncer hace apenas unos meses, se negó a recibir ningún tipo de tratamiento.
Su última voluntad fue cantar y morir en un teatro.
Hace apenas una semana su hija la cantante Alba Molina, con la que también formó pareja artística, preparó un concierto homenaje en el que estaba previsto que participara lo más granado del flamenco gitano, incluida su exesposa la cantaora Lole Montoya, pero tuvo que suspenderse al agravarse el estado de salud del músico.
Con su muerte, desaparece una de las figuras fundamentales del flamenco.
El productor de Manuel Molina en los numerosos trabajos que realizaron Lole y Manuel o el cantaor en Smasch, Ricardo Pachón, señala: "Escuchar al Tío Manuel es aprender las claves más misteriosas del modo gitano de entender la vida y vivir la música.
Sutiles mensajes de apertura pero, como dijo Paco de Lucía, sin apartarse del viejo tronco flamenco. Haber creado un “toque” personal por bulerías, como los Parrilla o los Moraos.
Haber incorporado una nueva poesía al flamenco. Componer para la voz más sublime. Y sigue siendo una humilde fuente de verdad y sabiduría.
Un ser querido dentro y fuera de la música".
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