Con los muy jóvenes tengo el peligro de verlos como alumnos y se acaba el feeling, como el actor del Niño.
Hugo Silva es muy atractivo, pero me gusta más Rubén Cortada, el poli enamorado de Fátima, Morey pues no, no me apetece nada.
José Coronado va más allá de chico guapo, que lo fue, ahora sigue siendo un hombre muy atractivo y fuera de los canones de la belleza varonil.
y me quedo con él y Hugo.......pero ellos no lo saben .
Hugo Silva se queda en blanco cuando se le pide que haga balance de su carrera ahora que se van a cumplir 10 años del inicio de Los hombres de Paco.
No porque sea de pocas palabras, sino porque le impacta pensar que ya ha pasado una década desde que se convirtiera en el policía Lucas Fernández, el personaje que le puso en las carpetas de las adolescentes y en el objetivo de los paparazis.
Tras permanecer unos instantes pensativo al otro lado del teléfono, lanza: “Lo único que puedo decir es que estoy muy contento de poder seguir dedicándome a lo que me gusta”.
Está claro que su balance es positivo, y que vive un buen momento profesional. Tras el estreno esta semana de la miniserie Los nuestros, graba la próxima película de Álex de la Iglesia y ultima un corto que él mismo ha escrito y dirigido.
Nacido en 1977 en el barrio madrileño de San Blas, fue al colegio como cualquier niño y luego siguió sus estudios.
En su caso, electricidad; “simplemente porque en el instituto de formación profesional de al lado de mi casa es lo que había”.
En cuanto se vio trabajando con cables supo que tenía que apostar por su pasión y ya en la veintena empezó a estudiar interpretación. “Siempre he querido ser actor, desde que empecé a ver películas”, recuerda.
Empezó en teatro y a los pocos años irrumpiría en la pequeña pantalla en Al salir de clase, esa serie sobre adolescentes —interpretados por veinteañeros— que se convirtió en una cantera de jóvenes promesas (en ella tuvieron su hueco Rodolfo Sancho, Pilar López de Ayala, Sergio Peris Mencheta o Elsa Pataky).
Luego vino El Comisario y su papel protagonista en Paco y Veva. No podía imaginarse que en octubre de 2005 su vida iba a dar un giro de 180 grados gracias a otra serie. “Los hombres de Paco fue un trabajo que mediáticamente me abrió muchas puertas”, reconoce
. Pero también le lanzó a la fama.
Al principio no llevó muy bien aparecer en las revistas o que se hablara de su familia. Algo comprensible cuando una publicación llegó a presentar como a su novia a una dependienta a la que pidió ayuda, recordaba el actor en una entrevista con este periódico en 2009. Hoy dice llevarlo mucho mejor. “Llevo unos años aceptando las circunstancias y me he acostumbrado a vivir con la fama. Lo de la fama es una cosa que tiene picos, crece sobre todo cuando estás muy presente en televisión, que para mí es el portal mediático más poderoso que hay. Pero lo llevo mejor porque me he acostumbrado y es parte de mí”.
Ha vuelto a la televisión con la miniserie de tres capítulos Los nuestros, donde coge de nuevo las armas, ahora como capitán de un grupo de Boinas Verdes que tiene que liberar a dos niños secuestrados en Malí. “Cuando me hablaron sobre una miniserie bélica me dijeron que iba a contar con la participación del Ejército [por primera vez en una serie], eso lo hizo más interesante y le iba a dar empaque al trabajo. Así que me embarqué en el proyecto”. Y, de paso, en un entrenamiento militar. El reparto pasó dos semanas en el Cuartel General del Mando de Artillería Antiaérea de Fuencarral, 48 horas en el Campo de Maniobras de San Gregorio de Zaragoza y tres días en la sede del Mando de Operaciones Especiales de Alicante. “Fue muy divertido e impactante, muy activo desde el principio. Aunque ni una décima parte de lo dura que es una instrucción del equipo de operaciones especiales”, dice consciente de que se lo hicieron bastante llevadero. Silva, que no ha hecho la mili, no tenía ninguna opinión preconcebida del Ejército, porque lo desconocía, asegura. Y se llevó una grata sorpresa. “España forma parte de la OTAN, y como parte de esa maquinaria aunque no estemos en guerra sí que hay soldados españoles que están ahí. Ha sido una oportunidad para darme cuenta de una realidad que nunca me había parado a pensar. Incluso las misiones humanitarias en zonas de conflicto también conllevan peligro”.
Blanca Suárez comparte protagonismo con él en esta serie de Telecinco, que en su primer capítulo lideró la audiencia del lunes por la noche, con casi cuatro millones de espectadores.
“Es una compañera excelente y una actriz brutal”, dice de la actriz. Con ella trabajó en Los amantes pasajeros de Pedro Almodóvar y hoy se encuentran en Mi gran noche, la película de Álex de la Iglesia que devolverá al cantante Raphael al cine, y para la que Silva ya está ensayando el número musical que protagoniza como maestro de ceremonias —junto a la actriz Carolina Bang— del programa especial de Nochevieja en el que se desarrolla el filme.
El actor es un defensor de la ficción nacional. “No entiendo cómo se pueden comparar series americanas y españolas, y no sólo por el presupuesto. Series como Breaking Bad, que a todos nos gustan, se hacen para la televisión por cable donde hay unas premisas distintas.
La ficción española, tanto en cine como en televisión, está en una situación valiente. No sé si es por la crisis, pero desde que las cosas se han puesto apretadas la creatividad se ha disparado”. También la suya.
El invierno pasado, “cuando estaba más ocioso de lo normal”, escribió el corto Supercool que gracias a sus amigos de la profesión está rodado y casi terminada su posproducción. A falta de buscar la manera de moverlo en festivales, en verano revolucionó las redes sociales al subir un vídeo, en el que aparecía también el actor Asier Etxendia, de una coreografía animando a la gente a participar en una flashmob para el proyecto.
Hugo Silva lleva años con la etiqueta de guapo colgada.
Pero él dice no sentir esa presión, o al menos es la misma que sufren tantos hombres y mujeres —dentro y fuera de su profesión—, reflexiona. “No me he encontrado ningún inconveniente por ser un chico guapo, sí que he visto que nos movemos por etiquetas y prejuicios en general. Si me han dado oportunidades es porque me han visto válido para cubrir los roles que buscaban”.
Y él ya lleva dos décadas ganándose su lugar en el panorama artístico español.
No porque sea de pocas palabras, sino porque le impacta pensar que ya ha pasado una década desde que se convirtiera en el policía Lucas Fernández, el personaje que le puso en las carpetas de las adolescentes y en el objetivo de los paparazis.
Tras permanecer unos instantes pensativo al otro lado del teléfono, lanza: “Lo único que puedo decir es que estoy muy contento de poder seguir dedicándome a lo que me gusta”.
Está claro que su balance es positivo, y que vive un buen momento profesional. Tras el estreno esta semana de la miniserie Los nuestros, graba la próxima película de Álex de la Iglesia y ultima un corto que él mismo ha escrito y dirigido.
Nacido en 1977 en el barrio madrileño de San Blas, fue al colegio como cualquier niño y luego siguió sus estudios.
En su caso, electricidad; “simplemente porque en el instituto de formación profesional de al lado de mi casa es lo que había”.
En cuanto se vio trabajando con cables supo que tenía que apostar por su pasión y ya en la veintena empezó a estudiar interpretación. “Siempre he querido ser actor, desde que empecé a ver películas”, recuerda.
Empezó en teatro y a los pocos años irrumpiría en la pequeña pantalla en Al salir de clase, esa serie sobre adolescentes —interpretados por veinteañeros— que se convirtió en una cantera de jóvenes promesas (en ella tuvieron su hueco Rodolfo Sancho, Pilar López de Ayala, Sergio Peris Mencheta o Elsa Pataky).
Luego vino El Comisario y su papel protagonista en Paco y Veva. No podía imaginarse que en octubre de 2005 su vida iba a dar un giro de 180 grados gracias a otra serie. “Los hombres de Paco fue un trabajo que mediáticamente me abrió muchas puertas”, reconoce
. Pero también le lanzó a la fama.
Al principio no llevó muy bien aparecer en las revistas o que se hablara de su familia. Algo comprensible cuando una publicación llegó a presentar como a su novia a una dependienta a la que pidió ayuda, recordaba el actor en una entrevista con este periódico en 2009. Hoy dice llevarlo mucho mejor. “Llevo unos años aceptando las circunstancias y me he acostumbrado a vivir con la fama. Lo de la fama es una cosa que tiene picos, crece sobre todo cuando estás muy presente en televisión, que para mí es el portal mediático más poderoso que hay. Pero lo llevo mejor porque me he acostumbrado y es parte de mí”.
Ha vuelto a la televisión con la miniserie de tres capítulos Los nuestros, donde coge de nuevo las armas, ahora como capitán de un grupo de Boinas Verdes que tiene que liberar a dos niños secuestrados en Malí. “Cuando me hablaron sobre una miniserie bélica me dijeron que iba a contar con la participación del Ejército [por primera vez en una serie], eso lo hizo más interesante y le iba a dar empaque al trabajo. Así que me embarqué en el proyecto”. Y, de paso, en un entrenamiento militar. El reparto pasó dos semanas en el Cuartel General del Mando de Artillería Antiaérea de Fuencarral, 48 horas en el Campo de Maniobras de San Gregorio de Zaragoza y tres días en la sede del Mando de Operaciones Especiales de Alicante. “Fue muy divertido e impactante, muy activo desde el principio. Aunque ni una décima parte de lo dura que es una instrucción del equipo de operaciones especiales”, dice consciente de que se lo hicieron bastante llevadero. Silva, que no ha hecho la mili, no tenía ninguna opinión preconcebida del Ejército, porque lo desconocía, asegura. Y se llevó una grata sorpresa. “España forma parte de la OTAN, y como parte de esa maquinaria aunque no estemos en guerra sí que hay soldados españoles que están ahí. Ha sido una oportunidad para darme cuenta de una realidad que nunca me había parado a pensar. Incluso las misiones humanitarias en zonas de conflicto también conllevan peligro”.
Blanca Suárez comparte protagonismo con él en esta serie de Telecinco, que en su primer capítulo lideró la audiencia del lunes por la noche, con casi cuatro millones de espectadores.
“Es una compañera excelente y una actriz brutal”, dice de la actriz. Con ella trabajó en Los amantes pasajeros de Pedro Almodóvar y hoy se encuentran en Mi gran noche, la película de Álex de la Iglesia que devolverá al cantante Raphael al cine, y para la que Silva ya está ensayando el número musical que protagoniza como maestro de ceremonias —junto a la actriz Carolina Bang— del programa especial de Nochevieja en el que se desarrolla el filme.
El actor es un defensor de la ficción nacional. “No entiendo cómo se pueden comparar series americanas y españolas, y no sólo por el presupuesto. Series como Breaking Bad, que a todos nos gustan, se hacen para la televisión por cable donde hay unas premisas distintas.
La ficción española, tanto en cine como en televisión, está en una situación valiente. No sé si es por la crisis, pero desde que las cosas se han puesto apretadas la creatividad se ha disparado”. También la suya.
El invierno pasado, “cuando estaba más ocioso de lo normal”, escribió el corto Supercool que gracias a sus amigos de la profesión está rodado y casi terminada su posproducción. A falta de buscar la manera de moverlo en festivales, en verano revolucionó las redes sociales al subir un vídeo, en el que aparecía también el actor Asier Etxendia, de una coreografía animando a la gente a participar en una flashmob para el proyecto.
Hugo Silva lleva años con la etiqueta de guapo colgada.
Pero él dice no sentir esa presión, o al menos es la misma que sufren tantos hombres y mujeres —dentro y fuera de su profesión—, reflexiona. “No me he encontrado ningún inconveniente por ser un chico guapo, sí que he visto que nos movemos por etiquetas y prejuicios en general. Si me han dado oportunidades es porque me han visto válido para cubrir los roles que buscaban”.
Y él ya lleva dos décadas ganándose su lugar en el panorama artístico español.
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