Las
siguientes películas estuvieron marcadas por el descubrimiento de una
nueva actriz y musa particular, Tippi Hedren.
Con ella rodó dos
películas fundamentales en la evolución de su obra, Los pájaros (The Birds, 1963) y Marnie, la ladrona (Marnie,
1964)
. Parece que el interés a nivel personal del director por la
actriz llegó a tal extremo de insistencia, según pudo comprobar todo el
equipo del rodaje, que la relación acabó cortada por completo, porque
Hitchcock no pudo soportar el rechazo de Hedren y decidió no volver a
trabajar con ella.
En sus filmes siguientes supeditó su creatividad y su
bagaje acumulado a ciertos criterios comerciales y a la colaboración de
estrellas consagradas.
Así, filmó Cortina rasgada (Torn Curtain, 1966) con Paul Newman y Julie Andrews, y Topaz
(1969), películas ambas muy marcadas por el contexto de la guerra fría,
en las que se daba un mensaje propagandístico claramente prooccidental y
antisoviético.
En 1968, la Academia de Artes y
Ciencias Cinematográficas le concedió el Memorial Irving G. Thalberg, en
compensación del error tremendo de no haberle concedido nunca un Oscar,
a pesar de que había sido nominado en cinco ocasiones (por Rebeca, Náufragos, Recuerda, La ventana indiscreta y Psicosis).
Una vez más, uno de los mejores directores de la historia del cine se
había quedado sin la estatuilla. En el acto de entrega el director se
limitó a dar las gracias.
Mientras, en Europa, la obra de Hitchcock se
había convertido en referencia y guía de toda una nueva generación de
directores, entre los que destacaría Truffaut, de cuyas charlas con el
maestro surgió un largo libro en el que el cineasta hablaba extensamente
de su vida, del cine y de su obra.
En 1971, con motivo del rodaje de Frenesí
(Frenzy, 1972), permaneció en Europa una temporada, durante la cual se
le sumaron las dificultades: su salud empezó a empeorar y Alma sufrió un
ataque de apoplejía que le afectó el habla.
La posibilidad de perder a
su esposa aumentó la predisposición de Hitchcock hacia el alcohol.
Cuando en 1975 su esposa experimentó una mejoría, recuperó parte de su
antiguo vigor y rodó La trama (Family Plot, 1976), su última película.
La trama (1976)
Pero,
a sus setenta y seis años, Hitchcock padecía de artritis y su corazón
estaba delicado. En 1976 el director sufrió un colapso, y Alma un nuevo
ataque de apoplejía
. Durante los años siguientes sus colaboradores
trataban de mantenerle el ánimo alto y le visitaban con frecuencia,
intentando alejarlo de los rumores periodísticos sobre su alcoholismo y
su envejecimiento progresivo.
Llovían los homenajes: en 1978 recibió el
premio a la labor de una vida del American Film Institute; en 1979 fue
galardonado como el Hombre del Año por la Cámara de Comercio
británico-americana; el mismo año fue nombrado por real decreto
caballero comendador del Imperio británico.
Pocos
meses después, la mañana del 29 de abril de 1980, moría el maestro y el
genio del cine de terror, de suspense y de misterio, un hombre que creó
un estilo y un mundo propios como pocos directores lo lograron a lo
largo de la historia del cine.
Se hallaba preparando ansiosamente, con
su rigor y meticulosidad habituales, un nuevo guión de hierro para su
película número cincuenta y cuatro, adaptación de la novela de Ronald
Kirkbride titulada The short night.
Pero Hitchcock, que había dicho "mi amor por el cine es más fuerte que cualquier moral", ya no podía hacer cine.
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