Si el pasado verano Ibiza se coronaba como el punto de reunión de
modelos y diseñadores, ahora es el turno del lujo cálido del emirato.
Las modelos Kendall Jenner y Gigi Hadid celebraron la Nochevieja en Dubái.
El pasado mes de agosto Riccardo Tisci, director creativo de Givenchy,
convirtió Ibiza en el epicentro festivo de la industria de la moda
. Allí
celebró su cuarenta cumpleaños rodeado de modelos, artistas y
celebridades de todo pelaje.
A la isla llegaron, entre otros, Naomi
Campbell y Kate Moss, Anna Dello Russo y Natasha Polly, Kim Kardashian y
Kanye West.
Meses después, la brújula festiva de la moda ha fijado otras coordenadas.
Dubái, uno de los siete emiratos que forman Emiratos Árabes Unidos,
vuelve a rugir con fuerza
tras un lustro de esplendor languideciente y crisis económica. Los
efectos de la gran recesión han alumbrado una nueva realidad en la que
el lujo reverdece de manera menos ostentosa. Los amigos que nunca lo
abandonaron y los nuevos visitantes han vuelto a poner Dubái en órbita.
Los últimos días de diciembre diversos perfiles en redes sociales confirmaron la buena nueva a golpe de
geolocalización.
El diseñador Olivier Rousteing, director creativo de Balmain y responsable del
último triunfo de Kimye en la moda, viajó al emirato dubaití para pasar el fin de año.
Le siguieron un numeroso ejército de modelos
liderado por Gigi Hadid y Kendall Jenner, dos de las profesionales que más éxitos cosecharon el año pasado.
La primera fue la estrella del último especial de baño de
Sports Illustrated y en octubre protagonizó una de las portadas
de nuestra revista.
En 2014 desfiló para decenas de firmas y
Guess la fichó
para su campaña de la próxima primavera. Kendall Jenner, la última
sorpresa mediática y profesional del clan más famoso de Estados Unidos,
se ha ganado un puesto en la moda por derecho propio.
En febrero debutó
en las pasarelas de la mano de Marc Jacobs y pronto se hizo con las
portadas de
Love o
Dazed & Confused
En otoño pocas fueron las firmas que prescindieron de ella para presentar sus colecciones estivales de 2015.
Gigi Hadid y Kendall Jenner no estuvieron solas en Dubái.
En las últimas semanas modelos como
Josephine Skriver, Dev Windsor o Chanel Iman
se han unido a la fiesta sin fin del Golfo Pérsico.
También pasaron por
allí la cantante Selena Gómez o la actriz Shay Mitchell (
Pretty little liars).
Muchas de ellas coincidieron en el lugar para celebrar la Nochevieja,
aunque también tuvieron tiempo para visitar mezquitas, practicar
deportes acuáticos o posar ataviadas con el
hiyab (pañuelo) y la
abaya, la túnica que visten las mujeres en algunos países árabes.
La elección de Dubái como nuevo lugar de recreo no es casual. En 2008
el emirato despertó del dulce fulgor que propiciaron los yacimientos
petrolíferos encontrados en 1966, una nimiedad si los comparamos con los
del vecino Catar.
Tras varias décadas en las que el desarrollo de
infraestructuras y la apertura comercial tuvieron un papel dominante,
los primeros años del siglo XXI fueron decisivos para apuntalar su
identidad: los rascacielos y las islas artificiales permitieron a Dubái
apoyarse en el turismo para triunfar.
Sin embargo, la crisis mundial
evidenció la fragilidad de una economía
demasiado dependiente de las ganas de juerga de Occidente.
Un suculento préstamo del jeque de Abu Dabi y la llegada de inversores extranjeros volvieron a engrasar la maquinaria en 2011.
Según la compañía Emaar Properties, el 15% de la facturación
mundial de la industria del lujo proviene de las ventas que generan las
tiendas del centro comercial The Dubai Mall, el más grande del mundo.
Desde entonces Dubái ha recobrado su prestigio y ha conseguido corregir sus deficiencias.
La moda,
una industria entregada a los fuegos de artificio que
motivan las segundas oportunidades, ha depositado su confianza en este
paraíso –una tendencia que probablemente suscribirán otros sectores
económicos–.
A la fiesta de fin de año se suman otras circunstancias que
en los últimos meses han ratificado la resurrección del emirato, como
la celebración del último desfile
resort de Chanel o la
Vogue Fashion Dubai Experience 2014, la segunda edición de una iniciativa amadrinada por Franca Sozzani, directora de
Vogue Italia, para favorecer talentos emergentes y apoyar la industria local.
Quien nunca ha dudado del potencial de Dubái es Paris Hilton.
La
heredera más famosa del mundo –quien más tarde devino en cantante,
diseñadora,
DJ y empresaria de éxito–
cuenta con varios negocios en el territorio y lo visita con frecuencia. Pero de ahora en adelante los ciudadanos del emirato tendrán dónde elegir: las últimas visitas y
la
creciente popularidad del lugar presagian la inminente llegada de más
caras conocidas.
La crisis en Dubái ha terminado, y muchos ya lo están
celebrando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario