El fin de la moratoria para los alquileres antiguos de locales comerciales amenaza a unos 200.000 establecimientos españoles con valor patrimonial e identidad urbana.
Tiendas centenarias y dignas de estar en el patrimonio urbanístico nacional desaparecerán tras finalizar por ley los contratos de alquileres de negocios el próximo uno de enero.
El Bazar Victoria está a la vera del Ayuntamiento de Sevilla desde 1914, y se convertirá en “la entrada de las exposiciones que Fundación La Caixa tiene en el mismo edificio.
Dicen que lo necesitan, y no han negociado. Me dan seis meses para buscar local. Ni el Ayuntamiento de Sevilla ni la Junta de Andalucía han respondido a mi problema”, asegura Rafael Sainz, la tercera generación que dirige el emblemático establecimiento.
La Camisería Hernando —un negocio de 1857, instalado hace más de 50 años en la Gran Vía de Madrid— cierra porque le suben el alquiler de “3.000 a casi 30.000 euros mensuales, es inviable y despido a cuatro empleados.
La aseguradora Allianz, dueña del edificio, no ha dado opción”, cuenta Ángel García, cuarta generación de camiseros.
El histórico local fue concebido por el arquitecto Teodoro Anasagasti, el mismo que colaboró en el diseño de la arteria más comercial de Madrid.
Los dueños del emblemático Café Central de Madrid resistirán “hasta que lo diga un juez”. Y Almacenes San Carlos, una castiza tienda de 1931, ha recibido por burofax una subida innegociable de 900 a 2.900 euros.
La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) de 1964 daba el poder a los
inquilinos de locales con la prórroga forzosa de sus contratos, dejando
unos precios simbólicos de por vida.
Miguel Boyer, al frente de Economía, reformó la LAU en 1985 para eliminar la prórroga forzosa de los contratos anteriores a 1985.
En 1994, Josep Borrell, como ministro de Fomento, reformó la LAU para dar 20 años de prórroga a estos alquileres que se cumple el 31 de diciembre de 2014.
El problema afecta a unos 200.000 locales
en toda España y en algunas urbes, como Granada por ejemplo, es más
agudo.
“Unos 2.000 comercios —de los 22.000 de la provincia— están afectados.
Hemos pedido al Gobierno una moratoria de cinco años para actualizar la renta de los alquileres de forma gradual.
Hay propietarios que han echado a los inquilinos para cobrar 7.000 euros al mes a cadenas de franquicias por un local de 100 metros cuadrados
. Eso es inasumible por las micropymes, y desaparecerán una veintena de los comerciantes centenarios [muchos anticuarios del centro histórico de Granada], que le cambiará la cara”, asegura Enrique Oviedo Martín, presidente de la Federación Provincial de Comercio de Granada.
Dos ejemplos, la Librería Estudios y la Espartería el Santísimo —la única artesanía de este tipo en la ciudad— cerrarán unas puertas abiertas a finales del siglo XIX.
El cierre de los comercios históricos de Barcelona ha llegado a las páginas de The New York Times gracias al presidente de la Asociación de Establecimientos Emblemáticos de Barcelona. Es Josep María Roig, de una saga de pasteleros que ha podido aceptar la subida del alquiler — de 1.100 a 7.500 euros— de su tienda La Colmena (1849) porque también es fabricante.
Le preocupa salvar a Filatelia el Monge, “una joya modernista de 1904. Si la tiran para hacer la entrada de una galería comercial ¿qué alegaremos en los demás casos?”
. El caso está en los juzgados y Roig recaba el apoyo entre intelectuales y artistas.
“El comercio tradicional cierra al culminar su arrendamiento, es el principal coste del gasto fijo, junto con la nómina.
Hay un centenar de tiendas emblemáticas en Barcelona, y solo se pueden mantener las grandes marcas, Raimon Blasi, el concejal de comercio de la ciudad, nos ha dicho que nos cambia por ellos”, denuncia Roig, que lleva ocho meses de espera para la introducción de la actividad comercial en la Ley de Patrimonio Catalán.
El Indio deja su local, sito en Barcelona desde 1870, igual que Musical Emporium (1900) y Colmado Quilez (1908).
Hay muchos más
. El grueso de los comercios centenarios de Valencia. sin embargo, ha podido solucionar la cuestión.
El problema de los negocios centenarios es la punta del iceberg de un drama mayor. “Casi el 10% del comercio minorista español en alquiler deberá cerrar
. Algunos locales pertenecen a entidades bancarias, fondos buitre o grandes corporaciones, sin cara para negociar
. Un 60% de los 200.000 comercios afectados por el cese de contratos han negociado con éxito, los dueños de los locales han aceptado una subida del 35% que es lo razonable”, cuenta César García, secretario de Política Institucional de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA).
Desde principios de año, el sindicato apela a todas las instancias oficiales.
El 90% de los parlamentos autonómicos han aprobado su proposición no de ley para instar al gobierno a solucionar el problema.
“Presentada el pasado mes de octubre, y sin respuesta
. Unos comerciantes han recibido por burofax la orden de desalojo, a otra mayoría les multiplican alquileres hasta de miles de euros mensuales de forma innegociable”, denuncia Cesar García.
El último cartucho de 2014 será una pregunta parlamentaria a la ministra de Fomento.
“La solución solo es política
. El 31 de diciembre terminan los contratos, el siguiente paso es el desahucio o un proceso judicial
. El casero se podrá llevar el género que los inquilinos no hayan sacado en esa fecha”.
Esta crónica de muerte anunciada es callada por muchos comerciantes que temen el desalojo en plena campaña de Reyes, y buscan local para mudarse. Susana Esnarriega, la dueña de la preciosa tienda de muñecas
Así, de Gran Vía, no tiene pelos en la lengua. “Cerramos tras 72 años, el casero nos deja hasta la campaña de Reyes pero ni nos hizo oferta.
Y pagamos 9.000 euros por 200 metros cuadrados”.
La dueña de Bisutería Otero apura la negociación con los propietariosde su local, está en la madrileña calle Mayor desde 1908.
“Me indigna el que las autoridades no frenen el cierre de comercios que atraen al turismo de calidad. Vendo bisutería vintage, de mis abuelos".
Carlos Osorio, miembro de la Asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, teme la uniformidad de los centros históricos de las ciudades.
“Se llenarán de grandes marcas, franquicias y tiendas de souvenirs”.
El problema es otro en las tiendas ubicadas en el edificio de la residencia de ancianos de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, en el centro de Sevilla. “Quieren hacer la entrada de ambulancias en la tienda de mi familia desde 1927. Pago 500 euros, y acepto cualquier subida pero no quieren negociar”, asegura el heredero de Cerería El Salvador.
La relojería Torner será la recepción de la residencia, lo cuenta Rafael Torner, tercera generación al frente de una tienda abierta en 1877.
El problema es añadido a "la liberalización de los horarios comerciales, la exigencia de una normativa más dura a la tenida por la venta ambulante, el estrangulamiento del crédito bancario o las tiendas eventuales para sacar estocaje antiguo", resume Guillermo González, director general de la Confederación de Comercio de Madrid.
La tienda más antigua de España data de 1871 y es Ultramarinos La Confianza.
Está en Huesca y no cierra porque tienen el local en propiedad.
El Bazar Victoria está a la vera del Ayuntamiento de Sevilla desde 1914, y se convertirá en “la entrada de las exposiciones que Fundación La Caixa tiene en el mismo edificio.
Dicen que lo necesitan, y no han negociado. Me dan seis meses para buscar local. Ni el Ayuntamiento de Sevilla ni la Junta de Andalucía han respondido a mi problema”, asegura Rafael Sainz, la tercera generación que dirige el emblemático establecimiento.
La Camisería Hernando —un negocio de 1857, instalado hace más de 50 años en la Gran Vía de Madrid— cierra porque le suben el alquiler de “3.000 a casi 30.000 euros mensuales, es inviable y despido a cuatro empleados.
La aseguradora Allianz, dueña del edificio, no ha dado opción”, cuenta Ángel García, cuarta generación de camiseros.
El histórico local fue concebido por el arquitecto Teodoro Anasagasti, el mismo que colaboró en el diseño de la arteria más comercial de Madrid.
Los dueños del emblemático Café Central de Madrid resistirán “hasta que lo diga un juez”. Y Almacenes San Carlos, una castiza tienda de 1931, ha recibido por burofax una subida innegociable de 900 a 2.900 euros.
Cronología
Miguel Boyer, al frente de Economía, reformó la LAU en 1985 para eliminar la prórroga forzosa de los contratos anteriores a 1985.
En 1994, Josep Borrell, como ministro de Fomento, reformó la LAU para dar 20 años de prórroga a estos alquileres que se cumple el 31 de diciembre de 2014.
“Unos 2.000 comercios —de los 22.000 de la provincia— están afectados.
Hemos pedido al Gobierno una moratoria de cinco años para actualizar la renta de los alquileres de forma gradual.
Hay propietarios que han echado a los inquilinos para cobrar 7.000 euros al mes a cadenas de franquicias por un local de 100 metros cuadrados
. Eso es inasumible por las micropymes, y desaparecerán una veintena de los comerciantes centenarios [muchos anticuarios del centro histórico de Granada], que le cambiará la cara”, asegura Enrique Oviedo Martín, presidente de la Federación Provincial de Comercio de Granada.
Dos ejemplos, la Librería Estudios y la Espartería el Santísimo —la única artesanía de este tipo en la ciudad— cerrarán unas puertas abiertas a finales del siglo XIX.
El cierre de los comercios históricos de Barcelona ha llegado a las páginas de The New York Times gracias al presidente de la Asociación de Establecimientos Emblemáticos de Barcelona. Es Josep María Roig, de una saga de pasteleros que ha podido aceptar la subida del alquiler — de 1.100 a 7.500 euros— de su tienda La Colmena (1849) porque también es fabricante.
Le preocupa salvar a Filatelia el Monge, “una joya modernista de 1904. Si la tiran para hacer la entrada de una galería comercial ¿qué alegaremos en los demás casos?”
. El caso está en los juzgados y Roig recaba el apoyo entre intelectuales y artistas.
“El comercio tradicional cierra al culminar su arrendamiento, es el principal coste del gasto fijo, junto con la nómina.
Hay un centenar de tiendas emblemáticas en Barcelona, y solo se pueden mantener las grandes marcas, Raimon Blasi, el concejal de comercio de la ciudad, nos ha dicho que nos cambia por ellos”, denuncia Roig, que lleva ocho meses de espera para la introducción de la actividad comercial en la Ley de Patrimonio Catalán.
El Indio deja su local, sito en Barcelona desde 1870, igual que Musical Emporium (1900) y Colmado Quilez (1908).
Hay muchos más
. El grueso de los comercios centenarios de Valencia. sin embargo, ha podido solucionar la cuestión.
El problema de los negocios centenarios es la punta del iceberg de un drama mayor. “Casi el 10% del comercio minorista español en alquiler deberá cerrar
. Algunos locales pertenecen a entidades bancarias, fondos buitre o grandes corporaciones, sin cara para negociar
. Un 60% de los 200.000 comercios afectados por el cese de contratos han negociado con éxito, los dueños de los locales han aceptado una subida del 35% que es lo razonable”, cuenta César García, secretario de Política Institucional de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA).
Desde principios de año, el sindicato apela a todas las instancias oficiales.
El 90% de los parlamentos autonómicos han aprobado su proposición no de ley para instar al gobierno a solucionar el problema.
“Presentada el pasado mes de octubre, y sin respuesta
. Unos comerciantes han recibido por burofax la orden de desalojo, a otra mayoría les multiplican alquileres hasta de miles de euros mensuales de forma innegociable”, denuncia Cesar García.
El último cartucho de 2014 será una pregunta parlamentaria a la ministra de Fomento.
“La solución solo es política
. El 31 de diciembre terminan los contratos, el siguiente paso es el desahucio o un proceso judicial
. El casero se podrá llevar el género que los inquilinos no hayan sacado en esa fecha”.
Esta crónica de muerte anunciada es callada por muchos comerciantes que temen el desalojo en plena campaña de Reyes, y buscan local para mudarse. Susana Esnarriega, la dueña de la preciosa tienda de muñecas
Así, de Gran Vía, no tiene pelos en la lengua. “Cerramos tras 72 años, el casero nos deja hasta la campaña de Reyes pero ni nos hizo oferta.
Y pagamos 9.000 euros por 200 metros cuadrados”.
La dueña de Bisutería Otero apura la negociación con los propietariosde su local, está en la madrileña calle Mayor desde 1908.
“Me indigna el que las autoridades no frenen el cierre de comercios que atraen al turismo de calidad. Vendo bisutería vintage, de mis abuelos".
Carlos Osorio, miembro de la Asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, teme la uniformidad de los centros históricos de las ciudades.
“Se llenarán de grandes marcas, franquicias y tiendas de souvenirs”.
El problema es otro en las tiendas ubicadas en el edificio de la residencia de ancianos de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, en el centro de Sevilla. “Quieren hacer la entrada de ambulancias en la tienda de mi familia desde 1927. Pago 500 euros, y acepto cualquier subida pero no quieren negociar”, asegura el heredero de Cerería El Salvador.
La relojería Torner será la recepción de la residencia, lo cuenta Rafael Torner, tercera generación al frente de una tienda abierta en 1877.
El problema es añadido a "la liberalización de los horarios comerciales, la exigencia de una normativa más dura a la tenida por la venta ambulante, el estrangulamiento del crédito bancario o las tiendas eventuales para sacar estocaje antiguo", resume Guillermo González, director general de la Confederación de Comercio de Madrid.
La tienda más antigua de España data de 1871 y es Ultramarinos La Confianza.
Está en Huesca y no cierra porque tienen el local en propiedad.
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