Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

7 dic 2014

Diferencias, indiferencias, por Eva Hache..............................................Eva Hache

Me aterra la visión, en pleno siglo XXI, de las plantas de juguetes separadas en rosas y azules.

 

Niños 
 
La herencia cultural que se deja a los ma?s pequen?os au?n divide por sexos
Hace poco conocí en persona a alguien.
 Gracias al anonimato y al juego que nos da Twitter, resultó ser del sexo contrario al que todos creíamos que era. Pasado el primer instante de fuerte conmoción y después de una buena charla, comprendí que ni su forma de ser ni de escribir cambiaban en absoluto ya fuera hombre o mujer. Simplemente el cambio de género en sus escritos nos hacía creer lo que no era, pero el contenido no era ni masculino ni femenino.
 Sus temas, el humor, las reflexiones no son «de hombres» o «de mujeres».
 Esto me reafirmó en mi teoría de que no somos tan distintos, de sentir indiferencia ante la diferencia que tanto nos venden.
Todo bien. Pensé que yo siempre he tratado por igual a mujeres y hombres, que siempre he valorado o juzgado a los seres humanos sin cambiar mi actitud por ser ellos o ellas.
 Yo estoy a salvo
. He superado haber crecido con Miliki cantando «lunes antes de almorzar, una niña fue a jugar, pero no pudo jugar porque tenía que fregar, barrer o tender lavadoras» o escuchando cosas como «los chicos no lloran»
. Pero este encuentro me enseñó que no estoy tan a salvo como yo creía.
 Lo confieso, al saber su sexo real… ¡me vestí de forma diferente!
Veo ahora cómo nos empapan las subliminalidades.
 Hay muchas cosas por cambiar.
Y no estoy de acuerdo en inventar un género neutro para evitar decir «ella» o «él».
 No me importa quién abre la puerta a quién.
 Me importan cosas que, en otros países, están más que superadas desde hace muchos años.
En nuestros colegios se siguen haciendo diferencias más o menos sutiles entre los niños y las niñas. En nuestra televisión se siguen eternizando roles prototípicos que continúan conduciendo a distinguir el sexo débil y el sexo fuerte
. Ojalá hubiera menos «ejques» y «asines» y más viceversa de verdad. Ojalá dejen de vender que si eres escultural no te hace falta ser cultural
. Me temo que si seguimos luchando por ganar la guerra entre el machismo y el feminismo, en vez de educarnos en la diversidad, una camionera seguirá siendo una machorra y un Billy Elliot, un poquito maricón.
 

No hay comentarios: