El artista marcó la ruta para una fructífera convivencia entre el rock y la música country.
Quizás estaba avisando de su próximo viraje hacia el country, sugerido al año siguiente en temas del sobrio John Wesley Harding y confirmado en 1969 con Nashville skyline.
Urge hacer un esfuerzo para comprender la enormidad de aquella decisión.
A finales de los sesenta, Estados Unidos se hallaba polarizado por la guerra de Vietnam; el público y los intérpretes de la música country, movidos por un patriotismo primario, defendían la intervención militar en el sudeste de Asia
. Por el contrario, la gente del rock se había politizado por aquel conflicto bélico y se oponía estruendosamente.
El giro country de Dylan, con su cambio de voz y sus canciones de amor, fue entendido como una deserción.
Imposible minimizar la irradiación ideológica de Dylan en el caldero de la contracultura: incluso los Weathermen, el principal grupo violento en la clandestinidad, se llamaban así por una letra de Bob.
Son lejanas batallas, lo sé.
Así que acelero con el marcador: el resultado final fue la apertura del rock a la sensibilidad country (y también al revés)
. Eso lo comprobamos en la abundancia de temas de Dylan hechos por grupos de country-rock e incluso por artistas genuinamente vaqueros.
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