Lanzamos una mirada al futuro a través de algunos de los artistas que protagonizarán el año que viene.
"No existe, realmente, el arte. Tan solo hay artistas”. Son las palabras introductorias de esa Historia del arte –convertida con el tiempo casi en enciclopedia universal– contada por Ernst Gombrich.
Argumentaba el profesor vienés: “… pues el Arte con A mayúscula tiene
que ser, por esencia, un fantasma, un ídolo”.
Con mayúscula o con minúscula, las manifestaciones artísticas y sus autores tienen algo de empuje, de mirada hacia delante, de ansiedad de tiempos venideros, de proyección fantasmal hacia algo más allá, de prolongación de uno mismo…
Es por eso que esta vez serán los ojos de algunos profesionales los que guíen nuestra mirada hacia este futuro de 365 días que se avecina y que, sin pretensiones de ningún tipo, escribiremos desde sus visiones.
Al menos por una vez, y sin que sirva de precedente, 2015 se escribe con arte.
El porvenir… Es el título, por ejemplo, del nuevo disco (Universal Music) de Leonor Watling y Alejandro Pelayo.
Dos en uno: Marlango, que por alguna extraña razón –cosas de artistas– ubican el futuro en México: “Quiero que sea el año de México y de los mexicanos”, explica Alejandro.
“Cuando estás allí sientes que estás un punto por encima de todo, iremos”.
El nombre de su último trabajo de 11 temas, en el que resuenan los destinos de medio mundo que recorrerán este año próximo, proviene, sin embargo, de un poema de Ángel González: “Te llaman Porvenir / porque no vienes nunca / Te llaman: Porvenir / y esperan que tú llegues…”. Estos dos “artesanos” de canciones –prefieren ese término más prosaico al de artistas– atribuyen al arte el poder de la invención de una realidad “mejor, más divertida”.
La suya, aunque lleve un encabezamiento de anhelos, está repleta de Dinero, soledad (Yo sola), lunas (Luna) y penas antiguas (Ay pena, penita, pena).
Como todas. Y de una declaración de intenciones que cobrará la forma de un tatuaje en el brazo de Alejandro: “Sentir que es un soplo la vida”.
Hay casos extraños, como el de la Magical Girl Bárbara Lennie, protagonista de esa película de Carlos Vermut ganadora de la Concha de Oro en el pasado Festival de Cine de San Sebastián. La actriz madrileña tiene la siguiente visión para 2015:
“Dos cuerpos desnudos, de torso para arriba, con diademas de plumas de color azul”.
Lo soltó así, a bocajarro, preguntada por cómo imaginaba el año próximo.
Le faltó añadir aquello de “A buen entendedor…”. Una imagen bastante extravagante para una joven artista (Madrid, 1984) que aparentemente habla con los pies muy bien puestos en la tierra y que ve en el arte “esa capacidad de hacer despertar del letargo” a quien lo admira.
Quizá porque ha calado eso de que “España crecerá más que Alemania en 2015 (1,7% del PIB)” o simplemente por el hartazgo de sufrir –que también cansa–, la manera de asomarse al nuevo tiempo refleja cierto optimismo
. Será un ciclo que arranque en jueves, el día de Júpiter, el dios de la luz, pese a que el 24 de marzo habrá un eclipse solar total. Se celebrará una Exposición Universal en Milán y, el primer día del año, Lituania pasará a formar parte de la llamada eurozona
. En 2015, para bien o para mal, serán ya 19 los países que intercambiarán euros, aunque sigan siendo 12 –por la perfección que se le atribuye a esa cifra históricamente– las estrellas de la bandera azul.
Pero hay quien, como el cocinero Diego Guerrero, iniciará este año con una estrella (Michelin) más. La ha logrado tras solo cinco meses con su nuevo proyecto funcionando: DSTgE. No le había dado tiempo ni a poner el nombre en la fachada cuando la gente ya degustaba sus creaciones culinarias en sus mesas.
Así que al final lo dejó sin él, como un restaurante de incógnito. Pero no se pierdan.
El local, de ladrillo visto y arquitectura industrial, con una cocina a modo de escenario al que solo le falta el telón, está en el número 8 de la calle de Regueros de Madrid, en el barrio de Las Salesas
. Es el cuartel general del chef que consiguió plantarle dos estrellas Michelin al restaurante del Club Allard y que emprendió su carrera en solitario antes del verano revisionando sus propios platos, como su famoso huevo poché.
“El componente artístico es ese intangible que hace que tú y yo, con los mismos ingredientes, hagamos platos distintos”, dice. Hay dos funciones por noche y se necesita reserva previa para conseguir entradas.
“Se habla de que la cocina es un arte efímero, pero no lo es si eres capaz de tocar las emociones, porque se habrá clavado en su memoria gustativa”
. Augura que el sabor de 2015 será “el picante”. Y concluye:
“Prefiero que me recuerden por mis huevos”.
Dicho y hecho
. Entra en escena Marta Etura, cuando ya hace horas que Guerrero hizo mutis por el foro, y comienza a describir sus sensaciones de cara al nuevo año: “Pienso que puede ser como una eclosión, como un huevo que hace el cocinero Diego Guerrero que es una yema envuelta por una fina lámina de patata crujiente y que al morderla… estalla, te da un subidón y empiezas a querer gozar la vida”.
Se refiere al huevo con pan y panceta sobre crema ligera de patata, el clásico de los clásicos del cocinero.
La actriz (y bailarina), de 36 años, asegura que el cine es el (“séptimo”) arte de contar historias, pero “la danza, el movimiento, es la expresión artística más primaria del ser humano”.
Ella, que sueña con un papel de mujer protagonista en el cine, ha roto con todos sus prejuicios catódicos y arrancará 2015 dentro de la pequeña pantalla con la serie de intriga de Antena 3
El incidente. Por lo que pueda pasar, mantiene el cuerpo perfectamente afinado, aunque sea por los golpes de tambor y los saltos que da en un curso de bailes africanos.
Un salto.
Es el paso elegido por Sergio Bernal, la última joven promesa del Ballet Nacional de Antonio Najarro. El solista madrileño, de 24 años, está dispuesto a lanzarse al otro lado del Atlántico, donde presentarán una nueva coreografía en el vigésimo Festival Internacional de Miami, en septiembre.
Lo tiene claro: “Hay que triunfar fuera, aquí todavía dices que eres bailarín y te preguntan: ‘¿Pero en qué, en qué trabajas?”.
El próximo año, visto por los artistas, se presenta lleno de proyectos.
Muchos colectivos: “Veo a la gente juntándose para cocinar con dos ideas básicas: pocos ingredientes y mucha imaginación”, decía el actor Sergio Peris-Mencheta (Madrid, 1975). Pero también habrá espacio para el combate.
Todos parecen dispuestos a evidenciar el valor que, pese a los tijeretazos y al 21% del IVA, tiene su arte, definido de 15 maneras distintas para 2015: “un juego”, “una mirada”, “un malentendido”, “lo intangible”, “despertar una emoción”, “la individualidad”, “libertad”, “una herramienta”, “la invención de otra realidad”, “belleza”, “una exploración íntima”, “una historia”, “el movimiento”, “un modo de expresión”, “energía”.
Con mayúscula o con minúscula, las manifestaciones artísticas y sus autores tienen algo de empuje, de mirada hacia delante, de ansiedad de tiempos venideros, de proyección fantasmal hacia algo más allá, de prolongación de uno mismo…
Es por eso que esta vez serán los ojos de algunos profesionales los que guíen nuestra mirada hacia este futuro de 365 días que se avecina y que, sin pretensiones de ningún tipo, escribiremos desde sus visiones.
Al menos por una vez, y sin que sirva de precedente, 2015 se escribe con arte.
El porvenir… Es el título, por ejemplo, del nuevo disco (Universal Music) de Leonor Watling y Alejandro Pelayo.
Dos en uno: Marlango, que por alguna extraña razón –cosas de artistas– ubican el futuro en México: “Quiero que sea el año de México y de los mexicanos”, explica Alejandro.
“Cuando estás allí sientes que estás un punto por encima de todo, iremos”.
El nombre de su último trabajo de 11 temas, en el que resuenan los destinos de medio mundo que recorrerán este año próximo, proviene, sin embargo, de un poema de Ángel González: “Te llaman Porvenir / porque no vienes nunca / Te llaman: Porvenir / y esperan que tú llegues…”. Estos dos “artesanos” de canciones –prefieren ese término más prosaico al de artistas– atribuyen al arte el poder de la invención de una realidad “mejor, más divertida”.
La suya, aunque lleve un encabezamiento de anhelos, está repleta de Dinero, soledad (Yo sola), lunas (Luna) y penas antiguas (Ay pena, penita, pena).
Como todas. Y de una declaración de intenciones que cobrará la forma de un tatuaje en el brazo de Alejandro: “Sentir que es un soplo la vida”.
Hay casos extraños, como el de la Magical Girl Bárbara Lennie, protagonista de esa película de Carlos Vermut ganadora de la Concha de Oro en el pasado Festival de Cine de San Sebastián. La actriz madrileña tiene la siguiente visión para 2015:
“Dos cuerpos desnudos, de torso para arriba, con diademas de plumas de color azul”.
Lo soltó así, a bocajarro, preguntada por cómo imaginaba el año próximo.
Le faltó añadir aquello de “A buen entendedor…”. Una imagen bastante extravagante para una joven artista (Madrid, 1984) que aparentemente habla con los pies muy bien puestos en la tierra y que ve en el arte “esa capacidad de hacer despertar del letargo” a quien lo admira.
Quizá porque ha calado eso de que “España crecerá más que Alemania en 2015 (1,7% del PIB)” o simplemente por el hartazgo de sufrir –que también cansa–, la manera de asomarse al nuevo tiempo refleja cierto optimismo
. Será un ciclo que arranque en jueves, el día de Júpiter, el dios de la luz, pese a que el 24 de marzo habrá un eclipse solar total. Se celebrará una Exposición Universal en Milán y, el primer día del año, Lituania pasará a formar parte de la llamada eurozona
. En 2015, para bien o para mal, serán ya 19 los países que intercambiarán euros, aunque sigan siendo 12 –por la perfección que se le atribuye a esa cifra históricamente– las estrellas de la bandera azul.
Pero hay quien, como el cocinero Diego Guerrero, iniciará este año con una estrella (Michelin) más. La ha logrado tras solo cinco meses con su nuevo proyecto funcionando: DSTgE. No le había dado tiempo ni a poner el nombre en la fachada cuando la gente ya degustaba sus creaciones culinarias en sus mesas.
Así que al final lo dejó sin él, como un restaurante de incógnito. Pero no se pierdan.
El local, de ladrillo visto y arquitectura industrial, con una cocina a modo de escenario al que solo le falta el telón, está en el número 8 de la calle de Regueros de Madrid, en el barrio de Las Salesas
. Es el cuartel general del chef que consiguió plantarle dos estrellas Michelin al restaurante del Club Allard y que emprendió su carrera en solitario antes del verano revisionando sus propios platos, como su famoso huevo poché.
“El componente artístico es ese intangible que hace que tú y yo, con los mismos ingredientes, hagamos platos distintos”, dice. Hay dos funciones por noche y se necesita reserva previa para conseguir entradas.
“Se habla de que la cocina es un arte efímero, pero no lo es si eres capaz de tocar las emociones, porque se habrá clavado en su memoria gustativa”
. Augura que el sabor de 2015 será “el picante”. Y concluye:
“Prefiero que me recuerden por mis huevos”.
Dicho y hecho
. Entra en escena Marta Etura, cuando ya hace horas que Guerrero hizo mutis por el foro, y comienza a describir sus sensaciones de cara al nuevo año: “Pienso que puede ser como una eclosión, como un huevo que hace el cocinero Diego Guerrero que es una yema envuelta por una fina lámina de patata crujiente y que al morderla… estalla, te da un subidón y empiezas a querer gozar la vida”.
Se refiere al huevo con pan y panceta sobre crema ligera de patata, el clásico de los clásicos del cocinero.
La actriz (y bailarina), de 36 años, asegura que el cine es el (“séptimo”) arte de contar historias, pero “la danza, el movimiento, es la expresión artística más primaria del ser humano”.
Ella, que sueña con un papel de mujer protagonista en el cine, ha roto con todos sus prejuicios catódicos y arrancará 2015 dentro de la pequeña pantalla con la serie de intriga de Antena 3
El incidente. Por lo que pueda pasar, mantiene el cuerpo perfectamente afinado, aunque sea por los golpes de tambor y los saltos que da en un curso de bailes africanos.
Un salto.
Es el paso elegido por Sergio Bernal, la última joven promesa del Ballet Nacional de Antonio Najarro. El solista madrileño, de 24 años, está dispuesto a lanzarse al otro lado del Atlántico, donde presentarán una nueva coreografía en el vigésimo Festival Internacional de Miami, en septiembre.
Lo tiene claro: “Hay que triunfar fuera, aquí todavía dices que eres bailarín y te preguntan: ‘¿Pero en qué, en qué trabajas?”.
El próximo año, visto por los artistas, se presenta lleno de proyectos.
Muchos colectivos: “Veo a la gente juntándose para cocinar con dos ideas básicas: pocos ingredientes y mucha imaginación”, decía el actor Sergio Peris-Mencheta (Madrid, 1975). Pero también habrá espacio para el combate.
Todos parecen dispuestos a evidenciar el valor que, pese a los tijeretazos y al 21% del IVA, tiene su arte, definido de 15 maneras distintas para 2015: “un juego”, “una mirada”, “un malentendido”, “lo intangible”, “despertar una emoción”, “la individualidad”, “libertad”, “una herramienta”, “la invención de otra realidad”, “belleza”, “una exploración íntima”, “una historia”, “el movimiento”, “un modo de expresión”, “energía”.
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