Los hijos del exministro no soportaron la fama de su padre. Miguel Jr. fue amigo de Chábeli, Laura se marchó de España.
archivo abc
La muerte de Miguel Boyer ha situado en el primer plano
de la actualidad a sus dos primeros hijos, fruto de su matrimonio con
la ginecóloga Elena Arnedo.
Ambos estuvieron presentes en el entierro de
su padre. Laura y Miguel mantenían con él una relación fría, aunque, tras el ictus sufrido por el exministro
hace dos años, había mejorado.
Los dos tomaron partido por su madre y
nunca perdonaron a Boyer la aparente falta de dedicación hacia su
primera familia.
Laura nació el 13 de septiembre de 1965,
veinte años antes de que su padre abandonara el hogar familiar para
unirse a Isabel Preysler
. Cuando vino al mundo, su madre no había
acabado Medicina.
Pasaron cuatro años para que naciera el segundo vástago, Miguel, el 24
de marzo de 1969, casi cuando Boyer, que por entonces tenía 30 años,
finalizaba su carrera de Económicas.
Laura tuvo una infancia muy dirigida y controlada, debido al carácter estricto de Boyer.
Se cuenta que tuvo un duro enfrentamiento con su padre
cuando le dijo que estaba preparando un book para trabajar como modelo
.
Con el paso de los años, el carácter del exministro se suavizó y con su hija Ana (fruto de su unión con Isabel Preysler) mantuvo un comportamiento más flexible en sus apariciones públicas.
Abatimiento y desánimo
La separación del matrimonio Boyer-Arnedo trajo
consecuencias serias para toda la familia.
Fue una dura experiencia que
marcó el carácter rebelde de sus hijos
. La vida de Laura Boyer no ha sido fácil.
Cuando su padre dejó el hogar familiar de la calle Maestro Ripoll, la
primogénita comenzó a tener problemas psicológicos, de abatimiento y
desánimo. Eso le llevo a abandonar muy pronto la carrera de Económicas y
contraer matrimonio, a los 21 años, con un joven abogado, Luis Imedio
Serrano.
El enlace produjo un ligero acercamiento con su padre, quien
fue su padrino.
La ceremonia tuvo lugar el 11 de marzo de 1986 en la
Iglesia de San Agustín, la misma en la que se habían casado sus padres
22 años atrás.
Pero la popularidad de Preysler fue una pesadilla para la
familia Boyer-Arnedo
. El acoso mediático hizo que Laura fijara su
residencia en París,
donde trabajaba su marido. Tuvieron dos hijos, Gonzalo y Hugo.
El
nacimiento de Gonzalo convirtió en joven abuelo a Boyer, que apenas veía
a sus nietos.
Relaciones distantes
Laura siempre reprochó la actitud de su progenitor, lo que
resultó doloroso para una hija que admiraba a su padre.
Le recriminaba
que hubiera sido tan mediático. Eso siempre la marcó y más aún cuando en
1989 nació Ana, que se convirtió en la debilidad de Boyer.
Con Ana
mantiene una relación fría, aunque ha coincidido con ella y con Isabel
en varias ocasiones; por ejemplo, ha pasado algunas Nochebuenas en la
casa de Puerta de Hierro.
Laura Boyer vivió durante un tiempo en Miami con su primer
marido, aunque tras su separación regresó a Madrid
. Tras una etapa
difícil en los años 90, con demasiados encuentros y desencuentros
personales, se casó con Antonio González Armas, con quien tuvo gemelos
(Amós y Antonio).
Pero antes de que los niños cumplieran dos años, en
2004, el matrimonio se separó.
Desde entonces, la hija mayor de Boyer
deja muestras de sus inquietudes en su blog «Literatura y Vida».
Esa inestabilidad parece no tenerla su hermano, Miguel
Boyer Arnedo, un reconocido economista especialista en cambio climático y
que escribe columnas de opinión en diferentes medios de comunicación
.
Afirman sus amigos que es sensible, pensativo y retraído, con un carácter rebelde muy similar al de su padre.
Filósofo y ecologista
Es muy crítico con las estructuras gobernantes.
Su lema en
Twitter es «El futuro es indiferencia al consumo y la riqueza, todo el
universo nuevo».
Al igual que a su padre, le gusta la filosofía.
Sus ídolos son el sociólogo alemán Jürgen Habermas y el profesor
americano John Rogers Searle
. Miguel Boyer Arnedo en su juventud fue
acompañante ocasional de Chábeli Iglesias, con la que salió al cine y a cenar.
Hoy tiene una pareja sentimental y se dedica al arrendamiento de locales y pisos heredados de su familia materna.
La fama de Miguel Boyer e Isabel Preysler ha sido siempre un arma arrojadiza
para ellos
. Un martirio que les ha pasado factura en su complicada
vida.
Algo que han dejado plasmado en los pensamientos firmados en sus
escritos y en las charlas con sus amigos. Hoy, la muerte de su padre se
ha convertido en otra pesadilla más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario