Ya es un asiduo de la Casa Blanca y las personalidades políticas no
le son ajenas, ni en el mundo real ni en la ficción del cine, donde ha
interpretado a unos cuantos.
La pregunta es si George Clooney se está planeando ahora dar el paso real de la gran pantalla al más arriesgado teatro de la política.
“Tiene grandes ambiciones y aspira a meterse en política de forma inminente (…) quiere hacer más trabajo humanitario y espera sumarse a la campaña electoral de los demócratas en 2016”
. Quien reafirma las aspiraciones de Clooney es un “amigo” del actor estadounidense que ha hablado bajo condición de anonimato hace casi una semana al británico Daily Mirror.
Desde entonces, numerosos medios internacionales se han hecho eco de la noticia, mientras el interesado ni confirma ni desmiente su futuro
. ¿Quien calla otorga?
El compromiso político ha acompañado al actor durante buena parte de su carrera.
Desde Darfur, que convirtió en una causa personal que incluso terminó con una detención cuando protestaba frente a la Embajada de Sudán en Washington, a su lucha contra la pobreza en Estados Unidos. Incluso mantiene una relación personal con el presidente de Estados Unidos Barack Obama, para el que ha recaudado millones de dólares y a quien visita de forma regular en la Casa Blanca.
Preguntado en más de una ocasión por sus aspiraciones, hasta ahora el actor se había mostrado reticente a dar el salto completo.
“Mira mi vida y
mira la vida que llevan los que se dedican a la política… así, que, ¿por qué me voy a meter yo en eso? Me va muy bien”, declaró en 2011, cuando le preguntaron por sus ambiciones políticas.
Con todo, no sería la primera vez que el actor se desdice.
Durante años juró por activa y por pasiva que no se volvería a casar y se limitó a lucir novias despampanantes pero con fecha de caducidad de dos años.
Hasta que conoció a la abogada Amal Alamuddin. La británica de origen libanés, de 36 años y especializada en derechos humanos, se ha hecho un nombre propio con su trabajo comprometido, como su labor como asesora de Kofi Annan para la guerra de Siria, pero también controvertido, como su representación legal del fundador de Wikileaks, Julian Assange, en el proceso de extradición que lo enfrenta a Suecia.
Según los medios que dan por sentado el cambio de profesión de Clooney, esta decisión sería consecuencia directa de su relación con la abogada, lo que a su vez podría dar esperanzas a quienes aún confían en el poder de una mujer para cambiar a un hombre.
De confirmarse, Clooney tampoco será un pionero
. Ahí está Clint Eastwood, que ejerció como alcalde de la localidad californiana de Carmel, o Arnold Schwarzenegger, el gobernator de California.
Sin olvidar por supuesto a Ronald Reagan, quien logró incluso llegar a la Casa Blanca, claro que para el partido opuesto al del actor, un demócrata convencido.
Aunque el matiz es que la carrera cinematográfica que Reagan dejó por la política fue mucho menos destacada que la que debería abandonar ahora Clooney, uno de los actores más reclamados y hoy también reconocido en la producción.
Así que quizás prefiera al final seguir ganando Oscar en vez de votos.
La pregunta es si George Clooney se está planeando ahora dar el paso real de la gran pantalla al más arriesgado teatro de la política.
“Tiene grandes ambiciones y aspira a meterse en política de forma inminente (…) quiere hacer más trabajo humanitario y espera sumarse a la campaña electoral de los demócratas en 2016”
. Quien reafirma las aspiraciones de Clooney es un “amigo” del actor estadounidense que ha hablado bajo condición de anonimato hace casi una semana al británico Daily Mirror.
Desde entonces, numerosos medios internacionales se han hecho eco de la noticia, mientras el interesado ni confirma ni desmiente su futuro
. ¿Quien calla otorga?
El compromiso político ha acompañado al actor durante buena parte de su carrera.
Desde Darfur, que convirtió en una causa personal que incluso terminó con una detención cuando protestaba frente a la Embajada de Sudán en Washington, a su lucha contra la pobreza en Estados Unidos. Incluso mantiene una relación personal con el presidente de Estados Unidos Barack Obama, para el que ha recaudado millones de dólares y a quien visita de forma regular en la Casa Blanca.
Preguntado en más de una ocasión por sus aspiraciones, hasta ahora el actor se había mostrado reticente a dar el salto completo.
“Mira mi vida y
mira la vida que llevan los que se dedican a la política… así, que, ¿por qué me voy a meter yo en eso? Me va muy bien”, declaró en 2011, cuando le preguntaron por sus ambiciones políticas.
Con todo, no sería la primera vez que el actor se desdice.
Durante años juró por activa y por pasiva que no se volvería a casar y se limitó a lucir novias despampanantes pero con fecha de caducidad de dos años.
Hasta que conoció a la abogada Amal Alamuddin. La británica de origen libanés, de 36 años y especializada en derechos humanos, se ha hecho un nombre propio con su trabajo comprometido, como su labor como asesora de Kofi Annan para la guerra de Siria, pero también controvertido, como su representación legal del fundador de Wikileaks, Julian Assange, en el proceso de extradición que lo enfrenta a Suecia.
Según los medios que dan por sentado el cambio de profesión de Clooney, esta decisión sería consecuencia directa de su relación con la abogada, lo que a su vez podría dar esperanzas a quienes aún confían en el poder de una mujer para cambiar a un hombre.
De confirmarse, Clooney tampoco será un pionero
. Ahí está Clint Eastwood, que ejerció como alcalde de la localidad californiana de Carmel, o Arnold Schwarzenegger, el gobernator de California.
Sin olvidar por supuesto a Ronald Reagan, quien logró incluso llegar a la Casa Blanca, claro que para el partido opuesto al del actor, un demócrata convencido.
Aunque el matiz es que la carrera cinematográfica que Reagan dejó por la política fue mucho menos destacada que la que debería abandonar ahora Clooney, uno de los actores más reclamados y hoy también reconocido en la producción.
Así que quizás prefiera al final seguir ganando Oscar en vez de votos.
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