Menos mal que Nury Bilge Ceylan estaba preocupado.
Lo contó el día en el que presentó Winter sleep en Cannes. “Tenía miedo de rodar en Capadocia, porque podría ser demasiado bonito, demasiado interesante”, defendió el director.
Pero su temor era injustificado.
Porque esa localidad, sus paisajes y, claro, la melancólica historia del actor retirado que allí dirige un hotel le llevaron hasta la Palma de Oro.
A su sexta presencia en la Croisette, de la que casi siempre se fue con aplausos y premios (en 2003 consiguió el Gran Premio del Jurado por Uzak; en 2008 el de mejor director por Tres monos y en 2011 de nuevo el Gran Premio del Jurado por Érase una vez en Anatolia) Bilge Ceylan consigue el máximo galardón con un filme de tres horas y pocas, largas, secuencias.
El cineasta turco, que sonaba como el más favorito en una edición donde en realidad las quinielas nunca tuvieron un ganador claro, dedicó el premio a la juventud turca y a los que han perdido la vida en las revueltas en los últimos años.
Antes, llegó un doble reconocimiento para Alice Rohrwacher
. La joven directora italiana, a su segunda película, recibió el Gran Premio del Jurado, algo así como la medalla de plata de Cannes, por Le meraviglie.
Y lo recogió de las manos de un mito viviente: Sophia Loren.
Las vivencias de una familia que se dedica a cuidar de las abejas en el campo y aislarse del resto del mundo convencieron al jurado presidido por Jane Campion. Rohrwacher recordó que de vez en cuando les picaron las abejas pero que, se supone, eso es bueno para combatir los dolores en los huesos que trae el paso de los años.
Bennett Miller cogió una historia que cuesta creer que fuera real y la rodó tan bien como para obtener el premio al mejor director. Foxcatcher narra la relación entre el multimillonario John du Pon y los hermanos Schultz, oros olímpicos ambos de lucha libre
. Antes de un epílogo tan inexplicablemente trágico como auténtico, el primero contrató a los segundos para que entrenaran en su mansión y repitieran su hazaña en los Juegos Olímpicos de Seúl, en 1988.
El más joven y el más veterano compartieron el premio del jurado. Xavier Dolan a sus 25 años y Jean-Luc Godard, de 83 —obviamente no fue a recoger el galardón—, se llevaron el que está considerado como el tercer reconocimiento más importante
. El canadiense se emocionó mientras daba las gracias al equipo del filme y a su entorno.
Y, luego, dedicó su reconocimiento a Jane Campion, ya que El piano, con el que la directora obtuvo la Palma de oro en 1993, fue el filme que decidió su vida y su carrera. La cineasta fue a abrazarle mientras Dolan no podía contener sus lágrimas.
Mommy convenció a casi todos, de ahí que un premio fuera previsible. Mucho menos lo fue el galardón para Godard, cuyo largometraje (bueno, poco más de una hora) es una mezcla de secuencias cortadas, sonidos molestos y actores que aseguran que odian a los “personajes”, todo ello rodado en 3D.
Tuvo que conformarse con el mejor guion Andrei Zvyagintsev, el cineasta ruso que algunos indicaban como el auténtico favorito para la Palma de Oro. Su Leviathan narra la tragedia de un hombre ruso que lucha contra un poder y un político corrupto que quieren derribar su casa mientras asiste al desmoronamiento de su familia.
Julianne Moore fue escogida mejor actriz por su papel de una intérprete neurótica y caída en desgracia en el descarnado retrato de Hollywood que recrea Cronenberg en Maps to the Stars. El galardón quizás sorprendiera a los muchos que apostaban por Marion Cotillard o Juliette Binoche.
El premio al mejor actor recayó en Timothy Spall, por retratar en Mr. Turner al genial pintor romántico británico. En el filme de Mike Leigh, el intérprete construye un personaje que básicamente gruñe para comunicarse con los demás, por los que demuestra un escaso interés, pero que ante la tela es capaz de acortar la distancia entre lo humano y lo sublime. “Tenía un discurso escrito en el móvil pero me estoy quedando sin batería”, contó el actor, provocando las carcajadas de la sala. Más aun ya que la cercanía excesiva entre teléfono y micrófono disturbó el sonido de sus palabras. Luego, su discurso arrancó y conmovió ya que Spall dedicó el premio a Leigh y recordó que, cuando el cineasta ganó la Palma de Oro en 1996 por Secretos y mentiras, quiso estar en la gala pero tuvo la “mala educación” de contraer leucemia.
Nicole García, presidenta del jurado de la Cámara de Oro, acudió al escenario para entregar el premio a la mejor ópera prima de la sección oficial. La acompañaba un hombre tan conocido que fue ovacionado por toda la sala: Gilles Jacob, el histórico presidente del festival, que a partir de 2015 será sustituido por Pierre Lescure. Juntos, García y Jacob entregaron la Cámara de Oro a Marie Amachoukeli, Claire Burger y Samuel Thesis, los tres directores de Party girl, el filme que inauguró Una cierta mirada. Y el colombiano Simón Mesa Soto se llevó la Palma de oro al mejor cortometraje por Leidi.
Gran Premio del Jurado: Le Meraviglie, de Alice Rohrwacher.
Premio del Jurado: Mommy, de Xavier Dolan, y Adieu au Language de Jean-Luc Godard.
Mejor actuación femenina: Julianne Moore por Maps to the stars, de David Cronenberg.
Mejor actuación masculina: Timothy Spall por Mr. Turner, de Mike Leigh's.
Mejor dirección:Bennett Miller por Foxcatcher.
Mejor guión: Andrei Zvyagintsev y Oleg Negin, por Leviathan
Mejor cortometraje: Leidi, de Simón Mesa Soto
FIPRESCI: Winter sleep, de Nuri Bilge Ceylan.
Premio del Jurado Ecuménico, Timbuktu, de Abderrahmane Sissako.
Lo contó el día en el que presentó Winter sleep en Cannes. “Tenía miedo de rodar en Capadocia, porque podría ser demasiado bonito, demasiado interesante”, defendió el director.
Pero su temor era injustificado.
Porque esa localidad, sus paisajes y, claro, la melancólica historia del actor retirado que allí dirige un hotel le llevaron hasta la Palma de Oro.
A su sexta presencia en la Croisette, de la que casi siempre se fue con aplausos y premios (en 2003 consiguió el Gran Premio del Jurado por Uzak; en 2008 el de mejor director por Tres monos y en 2011 de nuevo el Gran Premio del Jurado por Érase una vez en Anatolia) Bilge Ceylan consigue el máximo galardón con un filme de tres horas y pocas, largas, secuencias.
El cineasta turco, que sonaba como el más favorito en una edición donde en realidad las quinielas nunca tuvieron un ganador claro, dedicó el premio a la juventud turca y a los que han perdido la vida en las revueltas en los últimos años.
Antes, llegó un doble reconocimiento para Alice Rohrwacher
. La joven directora italiana, a su segunda película, recibió el Gran Premio del Jurado, algo así como la medalla de plata de Cannes, por Le meraviglie.
Y lo recogió de las manos de un mito viviente: Sophia Loren.
Las vivencias de una familia que se dedica a cuidar de las abejas en el campo y aislarse del resto del mundo convencieron al jurado presidido por Jane Campion. Rohrwacher recordó que de vez en cuando les picaron las abejas pero que, se supone, eso es bueno para combatir los dolores en los huesos que trae el paso de los años.
Bennett Miller cogió una historia que cuesta creer que fuera real y la rodó tan bien como para obtener el premio al mejor director. Foxcatcher narra la relación entre el multimillonario John du Pon y los hermanos Schultz, oros olímpicos ambos de lucha libre
. Antes de un epílogo tan inexplicablemente trágico como auténtico, el primero contrató a los segundos para que entrenaran en su mansión y repitieran su hazaña en los Juegos Olímpicos de Seúl, en 1988.
El más joven y el más veterano compartieron el premio del jurado. Xavier Dolan a sus 25 años y Jean-Luc Godard, de 83 —obviamente no fue a recoger el galardón—, se llevaron el que está considerado como el tercer reconocimiento más importante
. El canadiense se emocionó mientras daba las gracias al equipo del filme y a su entorno.
Y, luego, dedicó su reconocimiento a Jane Campion, ya que El piano, con el que la directora obtuvo la Palma de oro en 1993, fue el filme que decidió su vida y su carrera. La cineasta fue a abrazarle mientras Dolan no podía contener sus lágrimas.
Mommy convenció a casi todos, de ahí que un premio fuera previsible. Mucho menos lo fue el galardón para Godard, cuyo largometraje (bueno, poco más de una hora) es una mezcla de secuencias cortadas, sonidos molestos y actores que aseguran que odian a los “personajes”, todo ello rodado en 3D.
Tuvo que conformarse con el mejor guion Andrei Zvyagintsev, el cineasta ruso que algunos indicaban como el auténtico favorito para la Palma de Oro. Su Leviathan narra la tragedia de un hombre ruso que lucha contra un poder y un político corrupto que quieren derribar su casa mientras asiste al desmoronamiento de su familia.
Julianne Moore fue escogida mejor actriz por su papel de una intérprete neurótica y caída en desgracia en el descarnado retrato de Hollywood que recrea Cronenberg en Maps to the Stars. El galardón quizás sorprendiera a los muchos que apostaban por Marion Cotillard o Juliette Binoche.
El premio al mejor actor recayó en Timothy Spall, por retratar en Mr. Turner al genial pintor romántico británico. En el filme de Mike Leigh, el intérprete construye un personaje que básicamente gruñe para comunicarse con los demás, por los que demuestra un escaso interés, pero que ante la tela es capaz de acortar la distancia entre lo humano y lo sublime. “Tenía un discurso escrito en el móvil pero me estoy quedando sin batería”, contó el actor, provocando las carcajadas de la sala. Más aun ya que la cercanía excesiva entre teléfono y micrófono disturbó el sonido de sus palabras. Luego, su discurso arrancó y conmovió ya que Spall dedicó el premio a Leigh y recordó que, cuando el cineasta ganó la Palma de Oro en 1996 por Secretos y mentiras, quiso estar en la gala pero tuvo la “mala educación” de contraer leucemia.
Nicole García, presidenta del jurado de la Cámara de Oro, acudió al escenario para entregar el premio a la mejor ópera prima de la sección oficial. La acompañaba un hombre tan conocido que fue ovacionado por toda la sala: Gilles Jacob, el histórico presidente del festival, que a partir de 2015 será sustituido por Pierre Lescure. Juntos, García y Jacob entregaron la Cámara de Oro a Marie Amachoukeli, Claire Burger y Samuel Thesis, los tres directores de Party girl, el filme que inauguró Una cierta mirada. Y el colombiano Simón Mesa Soto se llevó la Palma de oro al mejor cortometraje por Leidi.
Palmarés
Palma de Oro: Winter sleep, de Nuri Bilge CeylanGran Premio del Jurado: Le Meraviglie, de Alice Rohrwacher.
Premio del Jurado: Mommy, de Xavier Dolan, y Adieu au Language de Jean-Luc Godard.
Mejor actuación femenina: Julianne Moore por Maps to the stars, de David Cronenberg.
Mejor actuación masculina: Timothy Spall por Mr. Turner, de Mike Leigh's.
Mejor dirección:Bennett Miller por Foxcatcher.
Mejor guión: Andrei Zvyagintsev y Oleg Negin, por Leviathan
Mejor cortometraje: Leidi, de Simón Mesa Soto
FIPRESCI: Winter sleep, de Nuri Bilge Ceylan.
Premio del Jurado Ecuménico, Timbuktu, de Abderrahmane Sissako.
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