Poster de ’Philomena’
Sophie Kennedy Clark interpreta a la joven Philomena
Judi Dench es Philomena, la anciana que busca a su hijo al que le arrebataron hace 50 años
Steve Coogan es el descreído periodista Martin Sixsmith
JESÚS JIMÉNEZ 19.02.2014Philomena será
la película del boca a boca de este año, una historia increíble pero real, con dos actores impresionantes (
Judi Dench y
Steve Coogan) y uno de los mejores directores actuales,
Stephen Frears.
Un combinado de emociones que nos atrapa desde el primer minuto
. Un
viaje en el que una madre busca al hijo que le arrebataron hace
cincuenta años, acompañada de un cínico periodista, que cree que lo ha
visto todo pero que tiene mucho que aprender.
Una película que no tiene
demasiadas posibilidades para los Oscar (a pesar de sus
cuatro nominaciones,
Mejor Película, Mejor Actriz, Mejor Música Y Mejor Guión Adaptado), pero que ya se ha ganado un hueco en nuestro corazoncito cinéfilo.
Una auténtica lección de cine.
Philomena narra la historia real de una humilde mujer (Judi Dench) que
ha pasado los últimos 50 años buscando a su hijo que
le arrebataron en un convento de monjas en el que fue recluida, por su
propia familia, por quedarse embarazada
. Las monjas vendieron el niño a
un matrimonio americano y los archivos se han perdido, pero la anciana
será capaz de todo para conocer a su hijo
.
Un cínico y descreído periodista político caído en desgracia (Steve Coogan) se unirá a Philomena en
una búsqueda de la verdad que les llevará hasta Estados Unidos.
La historia se basa en el libro del periodista
Martin Sixsmith,
personaje al que interpreta Coogan, que también firma la adaptación al
cine (está nominado al Oscar al mejor Guion adaptado y ya consiguió el
Premio Bafta).
Una historia que, por cierto, nos recuerda a la de la
famosa
Sor María, que tanto revuelo ha causado en España.
Pero no son los únicos temas que trata
Philomena.
La película también es
una crítica a las prácticas poco éticas de la Iglesia Católica y al
fanatismo religioso, sea de la religión que sea; una reflexión sobre
las relaciones entre Irlanda y Estados Unidos; un rapapolvo a
la política estadounidense sobre los gays y el SIDA en los años 80, una
reflexión sobre el poder y las clases sociales; y, por encima de todo, es
la historia de dos personajes inolvidables.
Dos actores excepcionales
Esta es
la séptima nominación al Oscar para Judi Dech (que lo consiguió como Mejor Actriz de reparto en 1998 por
Shakespeare in
love) y, para el que suscribe, la mejor interpretación de 2013, aunque
no parece tener muchas opciones de ganar la estatuilla frente la gran
favorita, la también espléndida
Cate Blanchett (
Blue Jasmine)
.
Una auténtica lección de contención, de economía de gestos, de vida.
Porque Dench
no necesita aspavientos ni excesos para conquistarnos
con el papel de esta enfermera que lleva toda la vida sufriendo por el
hijo que le robaron en su juventud y que se debate entre su fé (sigue
siendo profundamente religiosa) y sus ganas de vivir.ç
Un pequeño gesto,
una mirada... es todo lo que necesita para
expresar las emociones más intensas.
Enfrente tiene a Steve Coogan (también guionista de la historia) que es el complemente perfecto. La interacción entre ambos
engrandece sus interpretaciones y a sus personajes. Ambos forman una de las mejores parejas cinematográficas que recordamos en mucho tiempo.
Coogan
empieza siendo un prepotente (periodista político, de Oxford y de una
clase muy superior) y acaba seducido por la forma de ver la vida de la
anciana enfermera que, pese a su origen humilde y su educación justita,
le da cien mil vueltas como ser humano.
El actor borda su papel por el que también merecería una nominación al
Oscar. Aunque se conformará con haber sido nominado por la adaptación
del guion, lo que demuestra su implicación en esta historia.
También está muy bien la joven
Sophie Kennedy Clark, que interpreta a la joven Philomena.
Un guion y una dirección soberbios
Destacar
una vez más el guion, perfectamente equilibrado y gracias al que Coogan
ganó el Bafta.
De hecho puede ser la única posibilidad de la película
de ganar un Oscar. Un libreto que
maneja como pocos el tiempo narrativo y la relación entre la comedia y el drama.
Otro guionista o director habrían convertido esta historia en un dramón
. Como hizo
Peter Mullan con
Las hermanas de la Magdalena, que tiene muchos puntos en común con
Philomena
.
Pero Frears y Coogan no insisten en el drama. Nos desvelan los
acontecimientos terribles para luego, cambiar rápidamente de tema, casi
siempre con algún toque de humor.
En un equilibrio tan arriesgado como
interesante con el que han conseguido
una película emocionante, dramática y divertida a partes iguales. Destacar
la naturalidad, fluidez y humor de sus afilados diálogos.
Está
claro que la película es un proyecto personal de Coogan (protagonista y
guionista), pero ha tenido el acierto de contar con uno de los grandes
directores de la actualidad,
Stephen Frears (
Las amistades peligrosas, Los timadores)
que realiza uno de sus mejores trabajos.
Hay gen
te que dirá que con
este guion y estos actores sólo tienes que limitarte a mira y disfrutar.
Pero no estamos de acuerdo.
La mano de Frears se nota, y mucho,
demostrando que cuando tiene una buena historia entre manos es
absolutamente genial, huyendo del sentimentalismo y la frialdad para
conseguir
una historia profundamente humana.
Porque
eso es lo que encontramos en Philomena, una historia muy humana, con
numerosos puntos de interés, un guion y una dirección soberbios y una de
las mejores parejas protagonistas de los últimos años.
Una película que
nos recuerda por qué amamos el cine y las buenas historias.
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