Jennifer Lawrence montará el numerito, nadie hablará de política y ninguna comedia se hará con la estatuilla.
Ya están aquí. Hay quienes ya han comprado las toneladas de café para
pasar en vela la noche del domingo, momento en el que Hollywood tira de
brío y regala al mundo la celebración de los Premios Oscar.
Pero si a usted no le quita el sueño ni la cafeína ni Megan Fox, no se preocupe: hay un buen puñado de cosas que podrá comentar sin temor de ser cazado al día siguiente, porque es probable que se repitan, como ocurre año tras año.
Y si fallamos en alguna predicción, no nos lo tengan en cuenta: pasa en las mejores familias (de adivinos y cinéfilos). Hagan sus apuestas…
1. Marranadas, las justas. Qué cosas: 6 de las 9 nominadas son “R”, o sea, no recomendadas para menores de 17 años; y las otras 3, no recomendadas para menores de 13.
A los peques, ni agua. Aun así, la ABC seguirá tratando a los espectadores como parvulitos y no permitirá ni un chiste procaz. ¡Ah, qué tiempos aquellos en los que se colaban señores en pelota picada en medio de la gala!
2. El show de Jenny… Se ha convertido en un clásico de las galas, algo así como que Paris Hilton pierda en las fiestas posteriores su smartphone o se olvide de ponerse la ropa interior
. Gracias a su impericia fiestera, Jennifer Lawrence siempre mete la pata…
Lo mismo se tropieza al ir a recoger su Oscar que le boicotea una entrevista a Taylor Swift con eso que ahora se llama photobombing y antes era “chupar cámara”.
¿Pueril y poco profesional? Tal vez, pero con 23 años y 3 nominaciones consecutivas, como que J-Law puede hacer lo que le dé la santa gana.
3. No será Kansas, pero lo parecerá. Un año más, los Oscar homenajearán a El mago de Oz, esta vez porque debe ser el aniversario de quien le hizo las coletas a Judy Garland o algo parecido (vale, hace 75 años, pero el año pasado hizo 74 y exhibieron las bailarinas rojas).
Curiosa obsesión con una película que fue barrida en su gala por Lo que el viento se llevó…
4. Señores, tenemos un problema. La Academia ya no sabe qué hacer para atraer al público adolescente: el año pasado pusieron a Seth McFarlane a hacer chistes sobre “tetas” y ni por esas.
Este año han elegido a Ellen DeGeneres porque es “una reina de Twitter” (New York Times dixit). Nos tememos que no va a ir mejor: de las nominadas, solo dos (Gravity y 12 años de esclavitud) están en la lista de “mejores películas del año” de páginas web tan influentes como Rotten Tomatoes. Parece que los gustos de los espectadores y los de los académicos divergen.
De hecho, entre las nominadas, solo Gravity está en el top ten de películas más vistas del año. Fuera quedan A todo gas 6, El hombre de acero, Thor 2, Iron Man 3…
5. Aquí ya cualquiera da el cante. Después del comentado número de Les misérables de Russell Crowe el año pasado, todo el mundo parece capacitado para subirse al escenario del Dolby Theatre. Solo así se explica que hayan reclutado a ¡Pink! para la gala. Sí, por lo visto sigue viva y es muy amiga de DeGeneres.
A ver si Pharrell Williams anima el cotarro, porque entre Pink y U2…
6. No ganará una comedia. Desde Annie Hall, de Woody Allen en 1978, ninguna película “de las de mucho reír” se ha llevado el premio a la Mejor Película y lo más cerca que hemos estado ha sido, ejem, Shakespeare enamorado…
7. Alguien debería ir haciendo las maletas… Si los pronósticos se cumplen, Cate Blanchett ganará el Oscar a la Mejor Actriz por Blue Jasmine.
Se emocionará mucho, y es posible que se le quede la mente en blanco, pero no tanto como a su marido Andrew Upton cuando le diga que santas pascuas y hasta aquí hemos llegado
. Y es que ganar el premio gordo femenino y divorciarse es todo uno: de las 265 casadas que lo han ganado desde 1936, 159 han partido peras con sus cónyuges
. En los últimos años, la lista se desmadra: Sandra Bullock, Reese Whitherspoon, Halle Berry, Kate Winslet…
8. Nadie hablará de China. Ya pueden detener a Christian Bale por rodar los excesos de la dictadura o Richard Gere irse de farruqui loca del bracete del Dalai Lama, pero en la gala nada se dirá del que ahora mismo constituye el principal mercado del cine de Hollywood fuera de California. Bueno, ni de China ni de nada que huela a política, que últimamente están muy prietas las filas y, además, lo tienen prohibido por contrato…
Y con razón, no sea que pase lo que pasó con Marlon Brando y El padrino en 1973, se la cuelen y se les quede esa cara de "el pepino de este gin tonic amarga que no veas".
Se abren las apuestas
Pero si a usted no le quita el sueño ni la cafeína ni Megan Fox, no se preocupe: hay un buen puñado de cosas que podrá comentar sin temor de ser cazado al día siguiente, porque es probable que se repitan, como ocurre año tras año.
Y si fallamos en alguna predicción, no nos lo tengan en cuenta: pasa en las mejores familias (de adivinos y cinéfilos). Hagan sus apuestas…
1. Marranadas, las justas. Qué cosas: 6 de las 9 nominadas son “R”, o sea, no recomendadas para menores de 17 años; y las otras 3, no recomendadas para menores de 13.
A los peques, ni agua. Aun así, la ABC seguirá tratando a los espectadores como parvulitos y no permitirá ni un chiste procaz. ¡Ah, qué tiempos aquellos en los que se colaban señores en pelota picada en medio de la gala!
2. El show de Jenny… Se ha convertido en un clásico de las galas, algo así como que Paris Hilton pierda en las fiestas posteriores su smartphone o se olvide de ponerse la ropa interior
. Gracias a su impericia fiestera, Jennifer Lawrence siempre mete la pata…
Lo mismo se tropieza al ir a recoger su Oscar que le boicotea una entrevista a Taylor Swift con eso que ahora se llama photobombing y antes era “chupar cámara”.
¿Pueril y poco profesional? Tal vez, pero con 23 años y 3 nominaciones consecutivas, como que J-Law puede hacer lo que le dé la santa gana.
3. No será Kansas, pero lo parecerá. Un año más, los Oscar homenajearán a El mago de Oz, esta vez porque debe ser el aniversario de quien le hizo las coletas a Judy Garland o algo parecido (vale, hace 75 años, pero el año pasado hizo 74 y exhibieron las bailarinas rojas).
Curiosa obsesión con una película que fue barrida en su gala por Lo que el viento se llevó…
4. Señores, tenemos un problema. La Academia ya no sabe qué hacer para atraer al público adolescente: el año pasado pusieron a Seth McFarlane a hacer chistes sobre “tetas” y ni por esas.
Este año han elegido a Ellen DeGeneres porque es “una reina de Twitter” (New York Times dixit). Nos tememos que no va a ir mejor: de las nominadas, solo dos (Gravity y 12 años de esclavitud) están en la lista de “mejores películas del año” de páginas web tan influentes como Rotten Tomatoes. Parece que los gustos de los espectadores y los de los académicos divergen.
De hecho, entre las nominadas, solo Gravity está en el top ten de películas más vistas del año. Fuera quedan A todo gas 6, El hombre de acero, Thor 2, Iron Man 3…
5. Aquí ya cualquiera da el cante. Después del comentado número de Les misérables de Russell Crowe el año pasado, todo el mundo parece capacitado para subirse al escenario del Dolby Theatre. Solo así se explica que hayan reclutado a ¡Pink! para la gala. Sí, por lo visto sigue viva y es muy amiga de DeGeneres.
A ver si Pharrell Williams anima el cotarro, porque entre Pink y U2…
6. No ganará una comedia. Desde Annie Hall, de Woody Allen en 1978, ninguna película “de las de mucho reír” se ha llevado el premio a la Mejor Película y lo más cerca que hemos estado ha sido, ejem, Shakespeare enamorado…
7. Alguien debería ir haciendo las maletas… Si los pronósticos se cumplen, Cate Blanchett ganará el Oscar a la Mejor Actriz por Blue Jasmine.
Se emocionará mucho, y es posible que se le quede la mente en blanco, pero no tanto como a su marido Andrew Upton cuando le diga que santas pascuas y hasta aquí hemos llegado
. Y es que ganar el premio gordo femenino y divorciarse es todo uno: de las 265 casadas que lo han ganado desde 1936, 159 han partido peras con sus cónyuges
. En los últimos años, la lista se desmadra: Sandra Bullock, Reese Whitherspoon, Halle Berry, Kate Winslet…
8. Nadie hablará de China. Ya pueden detener a Christian Bale por rodar los excesos de la dictadura o Richard Gere irse de farruqui loca del bracete del Dalai Lama, pero en la gala nada se dirá del que ahora mismo constituye el principal mercado del cine de Hollywood fuera de California. Bueno, ni de China ni de nada que huela a política, que últimamente están muy prietas las filas y, además, lo tienen prohibido por contrato…
Y con razón, no sea que pase lo que pasó con Marlon Brando y El padrino en 1973, se la cuelen y se les quede esa cara de "el pepino de este gin tonic amarga que no veas".
Se abren las apuestas
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