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24 feb 2014

¿Dónde están las artistas españolas de ARCO?....................................Lola Hierro....................................Del Blog Mujeres

¿Dónde están las artistas españolas de ARCO?

Por:
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Dos mujeres trabajan en uno de los espacios de ARCO 2014. / Luis Díaz
Un breve paseo por los pasillos de la feria de arte contemporáneo ARCOMadrid 2014 es más que suficiente para atestiguar una obviedad: a las mujeres les interesa el arte.
 Jóvenes, ancianas, profesionales, aficionadas, solas, acompañadas, con y sin hijos a cuestas, modernas, clásicas...
 Están ahí, interesándose por esta o aquella obra, discutiendo, comprando en algunos casos o fotografiando todo lo que les llama la atención. No hay datos sobre cuántas mujeres han acudido a esta 33 edición del evento más importante de arte contemporáneo de nuestro país, pero sí las hay de la presencia de artistas españolas en las galerías participantes: 68, un 4,8% de los 1.400 creadores expuestos
. Si contamos a las extranjeras, la presencia femenina sube a un 23% con 256 más
. En la práctica, esto se traduce a que encontrar un cuadro, fotografía o cualquier otra intervención visual firmado por una española es como buscar una aguja en un pajar. ¿Dónde están las españolas en ARCO?
El colectivo Arte y Cultura visual publicó un informe en 2013 en el que denunciaba que el porcentaje de mujeres españolas se está reduciendo un poco más cada año, y puso como ejemplo el paso del 7% en 2010 al 4,4% de la edición anterior, casi el mismo que en esta.
 En el texto, critican el cese del avance de la representación y apreciación de las artistas españolas pese a que la mayoría de los estudiantes formados en carreras encaminadas a la creación sean mujeres.
 Según datos recopilados por esta organización, en la carrera de Bellas Artes ellas suponen un 65% del total de alumnos, y un 74% en Historia del Arte.
¿A qué se debe esta minúscula presencia femenina en ARCO? ¿Están las españolas discriminadas o es que su obra no es lo suficientemente buena?
"Se debe, esencialmente, a que las artes plásticas tienen una tradición masculina", explica Rafael Doctor Roncero, uno de los más importantes gestores culturales del panorama español.
 “En la historia del arte son anecdóticas las mujeres que aparecen y, si han existido en otras ocasiones, se han tapado. Desde el siglo XIX la mujer burguesa empieza a pintar como pasatiempo y a partir de ahí se va introduciendo en un circuito exclusivamente masculino”, añade.
A esto hay que sumar que ARCO acoge muchas galerías centradas en la obra de artistas no actuales del siglo XX y de las vanguardias, un momento histórico en el que había muchas menos mujeres dedicándose a ello.
 "La situación ha empezado a revertir hace 25 años. Hay que revisar a todas las artistas de los primeros 70 años del siglo XX que han quedado ocultas, y entonces irán apareciendo en estas galerías", complementa Javier Fuentes, director del Centro de Documentación y Estudios Avanzados de Arte Contemporáneo (CENDEAC).
Un ejemplo de esta minoría se plasma observa en el espacio del barcelonés Marc Domènech, que representa en ARCO a 35 artistas y solo una, la pintora lusa María Helena Vieria da Silva (1908-1922), es una mujer.
 Su galería se dedica a la vanguardia histórica y, en ese periodo de tiempo, Domènech encuentra menos mujeres entre las que elegir.
"En ese momento no se apreciaba tanto el arte de esas mujeres. Muchas igual empezaron una carrera artística y no la acabaron, pero eso ya no ocurre", explica.
Si existe discrminación, no obstante, no es tanto en la valoración de una obra sino en la relación laboral entre artista y galerista. Así lo ve Fuentes, que aporta otro punto de vista que complementa su reflexión anterior.
 "Suena a tópico pero creo que hay una dimensión indudable, de herencia muy antigua, por la cual la atención que se presta a los hombres a la hora de establecer relaciones profesionales es mayor; eso se reproduce también en este sector
. Hay un cierto magma inconsciente por el cual la relación no es horizontal, de tú a tú; pero es a nivel laboral, no es que el valor de la obra se juzgue peor.
 Creo que esa etapa la hemos superado".
No está de acuerdo Juana de Aizpuru, una de las más prestigiosas galeristas españolas y una de las pocas que ha contado con una más féminas patrias en su muestrario para ARCO: nueve nombres de 24 entre los que se leen algunos tan ilustres como Cristina García Rodero, Pilar Albarracín o Montserrat Soto.
 Sin embargo, ella afirma que se ha debido al azar:
 "Tengo más mujeres españolas que hombres porque ha dado la casualidad, no porque piense que las pobrecitas están discriminadas y les vaya a dar una oportunidad", asegura. "Si una chica me dice que no la exponen porque es mujer, no me lo creo.
 A lo mejor es que su obra no gusta y no quiere aceptarlo, pero no es una cuestión de discriminación. ¿Para qué vamos a inventarnos un problema que no existe?".
Otra de las claves que podrían explicar el descenso de participación de las españolas viene de la mano de Javiera García Huidobro, responsable de la galería chilena Isabel Aninat, que expone una única obra de Mónica Bengoa creada expresamente para este esta edición de ARCO. "Una galería seria se preocupa de que el artista que representa se mantenga activo trabajando. Muchas mujeres interrumpen el proceso porque se dedican a la maternidad
. No ocurre mucho, pero ocurre", asegura.
La propia Bengoa se confiesa sorprendida ante la baja participación femenina
. "Me parece lamentable porque la producción contemporánea de la mujer es muy importante, ya hay una gran cantidad de muestras que incluyen a mujeres muy relevantes", asiente.
No solo la maternidad interrumpe en ocasiones la carrera profesional de las mujeres: ellos y ellas también se desvían hacia otros procesos creativos fuera de las artes visuales. "En los primeros cinco años después de la universidad muchos se acaban dedicando a hacer paginas web, publicidad, orfebrería o joyas de autor…
Se salían de las artes visuales
. Como galería, era complicado representarlos. Por eso nos fijamos en artistas que tienen un tiempo de resistencia y han madurado un cuerpo de trabajo", aclara García Huidobro.
A pie de calle, jóvenes aficionadas como Arantza Ozaeta, encuentran sorprendente una cifra tan desigual. "No quiero llegar a pensar que sea el filtro de las galerías, no me parecería justo", advierte esta estudiante de arquitectura que tiene muy claros sus gustos.
"De las obras que hoy me han llamado más la atención, muchas estaban firmadas por mujeres. Si no la mitad, casi.
 No me parece que esas cifras sean una traducción directa de la actividad artística española".

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