“En ningún caso debes quitarle a tu hermanito su chicle por la fuerza, es preferible engañarlo con la promesa de que le darás los primeros dos dólares y medio que encuentres flotando en el río sobre una piedra.
Con la cándida y natural ingenuidad
propia de esa edad, a él le parecerá una transacción absolutamente
equitativa.
Desde que el mundo es mundo, esta ficción eminentemente
plausible ha engatusado al obtuso infante y lo ha llevado a la ruina y
al desastre financiero”.
Palabra de Mark Twain.
El escritor estadounidense escribió en 1865 una serie de irreverentes
consejos para niñas que recuperó y editó en 2010 la editorial italiana Donzelli.
El libro, ilustrado por el ruso Vladimir Radunsky, se publicó después en inglés y ahora llega la edición en castellano cortesía de Sexto Piso.
En los últimos tiempos se han desempolvado distintos escritos del autor de Las aventuras de Huckleberry Finn: su lista de libros favoritos para niños y adultos, las notas al margen que escribió en varios de los títulos de su biblioteca, la carta en la que anunciaba su boda con Olivia Langdont o la que envió -enfadado- como respuesta a un comercial que había tratado de venderle “un elixir de vida”
. Ahora es el turno de Consejos para niñas pequeñas, un texto escrito en 1865 que formó parte del libro The 30,000 Dollar Bequest and Other Stories.
Ni que decir, que el tono de sus consejos supuso una nota discordante en la época.
“Por entonces la
literatura infantil estadounidense era fundamentalmente didáctica y se
dirigía a un lector imaginario: un niño o niña ideales que
inmediatamente después de leer el cuento incorporarían a sus héroes como
modelos de conducta.
Twain no se contuvo para que lo leyesen y lo
comprendiesen los niños, sino que les pidió que se esforzasen para
absorber el lenguaje y el humor de los adultos”.
Consejos para niñas pequeñas de Mark Twain. Ilustraciones de Vladimir Radunsky. Traducción de Raquel Vicedo. Editado por Sexto Piso.
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