¿Quién no recuerda el disfraz de dictador de Sacha Baron Cohen en la
ceremonia de los Oscars de 2012? El encorsetamiento estilístico que
propone Hollywood para los hombres para sus estrenos, entregas de
premios, galas benéficas y demás sufre, a veces, sonadas violaciones. El
protocolo deja al hombre poca imaginación para ser creativo en su
vestuario, pero por esa rendija se cuela, en ocasiones, algún conjunto
que deja boquiabiertos a propios y extraños.
Tener estilo en las grandes ocasiones no es solo un requerimiento femenino y eso ellos lo tienen tan bien aprendido como la tabla del cinco. Pero encontrar el look adecuado para la alfombra roja de los Oscar es algo que lleva tiempo, paciencia y reflexión. Exactamente lo mismo que ocurre con los Premios Goya, que se celebran esta misma noche (a las 22 horas, en TVE).
Los expertos en moda coinciden en recomendar a los actores ceñirse al tradicional esmoquin y arriesgar un poco (¡solo un poco!) con algún elemento de su vestuario. El diseñador Juan Duyos lo tiene claro:
“Lo tradicional es un esmoquin que de verdad le siente bien. Cualquier mamarrachada inventada por el actor o su estilista que se salga de la etiqueta suele hacer el ridículo”.
Así de tajante. Sin embargo, también deja la puerta abierta a otras prendas, como “cuando el personaje se sale de la etiqueta vistiendo de corazón algo que represente a su tierra o a su cultura, por ejemplo, un escocés, un masái mara o un excéntrico”, continúa Duyos. Los que, a juicio del modista, siempre salen favorecidos en las alfombras rojas son Lapo Elkann, Michael Fassbender y, en territorio nacional, Quim Gutiérrez.
Nada que ver, en definitiva, con los indescriptibles modelitos que se atrevieron a llevar los creadores de South Park, Trey Parker y Matt Stone, en la ceremonia de los Oscar del año 2000. Fueron (tra)vestidos de Gwyneth Paltrow y Jennifer López, respectivamente. Claro que, ¿alguien pensaba que estos dos se iban a dignar a vestir un discreto traje negro?
La que sí apuesta por la discreción, pero con un abanico generoso de opciones, es Ana Locking.
La diseñadora toledana se apunta también al esmoquin. “Puede ser de solapa chal o cortada en pico, con cuatro botones si es cruzada o con uno o dos si es de corte sencillo.
Combinando el mate y brillo en solapas o en dos tonos, azul cielo noche con solapas en negro, camisa esmoquin en blanco con pechera y pajarita negra o blanca”. A pesar de todas estas reglas, Locking concede que “para premios menos notorios se puede llevar con corbata negra”.
Esta es su opinión: “Ben Affleck, George Clooney o Hugh Jackman siempre van clásicos pero perfectos, Daniel Day Lewis marca pequeñas diferencias en hechura y color, su estilo tiene una factura muy europea, más ajustada que la americana
. Se nota que Bradley Cooper lleva los trajes hechos a medida, porque le sientan siempre como un guante.
Respecto a los más jóvenes, me gusta el estilo elegante con toques románticos de Eddie Redmayne o el de Joseph Gordon Levitt, cuyos trajes suelen estar ligeramente acortados para hacerle parecer mas alto, eso potencia cierta ironía muy agradable y acorde con un físico que siempre cae bien”. Amiga del riesgo bien medido, la diseñadora cree que es buena idea “arriesgar con detalles que marcan la diferencia en el largo del pantalón, solapas ribeteadas, pañuelos de pecho, tipo de pajarita, zapatos, gemelos…”.
Lo de los detalles es baladí: una pajarita vistosa, unos zapatos elegantemente llamativos, pero, como pasa con el gintonic, conviene recordar que la moderación evita disgustos. Que se lo digan, si no, a Dennis Rodman, que en la ceremonia de los Oscar de 1997 fue vestido nada menos que de, en fin, Dennis Rodman, y eso siempre es algo que traspasa la frontera que separa el mucho del demasiado. De cualquier modo, apartarse del tradicionalismo es posible, pero con mucha cautela. Lo sabe bien Roberto Verino, quien considera que se tiene más libertad para elegir vestuario “si se es un hombre alto o extraordinariamente elegante, a quienes casi todo les está permitido”.
Además, Verino añade que, “en defecto de un esmoquin, sirve perfectamente un traje oscuro, con camisa blanca y corbata oscura”. Eso sí, cuando la elección final sea un esmoquin, Verino aconseja “evitar todo tipo de originalidad” para que sean las damas las que brillen. El diseñador gallego se refiere a la función originaria del esmoquin, que no era otra que evitar la diferencia y la originalidad para cedérsela a las mujeres, que sí tenían derecho a ser las llamativas de la jornada. En opinión de Verino, el que siempre se lleva un diez en estilo es Cristiano Ronaldo, a quien, “además de su estatura y su cuerpo de gimnasio, acompaña su máxima discreción, un esmoquin impecable”.
Tener estilo en las grandes ocasiones no es solo un requerimiento femenino y eso ellos lo tienen tan bien aprendido como la tabla del cinco. Pero encontrar el look adecuado para la alfombra roja de los Oscar es algo que lleva tiempo, paciencia y reflexión. Exactamente lo mismo que ocurre con los Premios Goya, que se celebran esta misma noche (a las 22 horas, en TVE).
Los expertos en moda coinciden en recomendar a los actores ceñirse al tradicional esmoquin y arriesgar un poco (¡solo un poco!) con algún elemento de su vestuario. El diseñador Juan Duyos lo tiene claro:
“Lo tradicional es un esmoquin que de verdad le siente bien. Cualquier mamarrachada inventada por el actor o su estilista que se salga de la etiqueta suele hacer el ridículo”.
Así de tajante. Sin embargo, también deja la puerta abierta a otras prendas, como “cuando el personaje se sale de la etiqueta vistiendo de corazón algo que represente a su tierra o a su cultura, por ejemplo, un escocés, un masái mara o un excéntrico”, continúa Duyos. Los que, a juicio del modista, siempre salen favorecidos en las alfombras rojas son Lapo Elkann, Michael Fassbender y, en territorio nacional, Quim Gutiérrez.
Nada que ver, en definitiva, con los indescriptibles modelitos que se atrevieron a llevar los creadores de South Park, Trey Parker y Matt Stone, en la ceremonia de los Oscar del año 2000. Fueron (tra)vestidos de Gwyneth Paltrow y Jennifer López, respectivamente. Claro que, ¿alguien pensaba que estos dos se iban a dignar a vestir un discreto traje negro?
La que sí apuesta por la discreción, pero con un abanico generoso de opciones, es Ana Locking.
La diseñadora toledana se apunta también al esmoquin. “Puede ser de solapa chal o cortada en pico, con cuatro botones si es cruzada o con uno o dos si es de corte sencillo.
Combinando el mate y brillo en solapas o en dos tonos, azul cielo noche con solapas en negro, camisa esmoquin en blanco con pechera y pajarita negra o blanca”. A pesar de todas estas reglas, Locking concede que “para premios menos notorios se puede llevar con corbata negra”.
Esta es su opinión: “Ben Affleck, George Clooney o Hugh Jackman siempre van clásicos pero perfectos, Daniel Day Lewis marca pequeñas diferencias en hechura y color, su estilo tiene una factura muy europea, más ajustada que la americana
. Se nota que Bradley Cooper lleva los trajes hechos a medida, porque le sientan siempre como un guante.
Respecto a los más jóvenes, me gusta el estilo elegante con toques románticos de Eddie Redmayne o el de Joseph Gordon Levitt, cuyos trajes suelen estar ligeramente acortados para hacerle parecer mas alto, eso potencia cierta ironía muy agradable y acorde con un físico que siempre cae bien”. Amiga del riesgo bien medido, la diseñadora cree que es buena idea “arriesgar con detalles que marcan la diferencia en el largo del pantalón, solapas ribeteadas, pañuelos de pecho, tipo de pajarita, zapatos, gemelos…”.
Lo de los detalles es baladí: una pajarita vistosa, unos zapatos elegantemente llamativos, pero, como pasa con el gintonic, conviene recordar que la moderación evita disgustos. Que se lo digan, si no, a Dennis Rodman, que en la ceremonia de los Oscar de 1997 fue vestido nada menos que de, en fin, Dennis Rodman, y eso siempre es algo que traspasa la frontera que separa el mucho del demasiado. De cualquier modo, apartarse del tradicionalismo es posible, pero con mucha cautela. Lo sabe bien Roberto Verino, quien considera que se tiene más libertad para elegir vestuario “si se es un hombre alto o extraordinariamente elegante, a quienes casi todo les está permitido”.
Además, Verino añade que, “en defecto de un esmoquin, sirve perfectamente un traje oscuro, con camisa blanca y corbata oscura”. Eso sí, cuando la elección final sea un esmoquin, Verino aconseja “evitar todo tipo de originalidad” para que sean las damas las que brillen. El diseñador gallego se refiere a la función originaria del esmoquin, que no era otra que evitar la diferencia y la originalidad para cedérsela a las mujeres, que sí tenían derecho a ser las llamativas de la jornada. En opinión de Verino, el que siempre se lleva un diez en estilo es Cristiano Ronaldo, a quien, “además de su estatura y su cuerpo de gimnasio, acompaña su máxima discreción, un esmoquin impecable”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario