La séptima ley escolar de la democracia,
la LOMCE,
se aprobará hoy, como ocurrió con las demás, sin consenso.
De hecho,
previsiblemente solo contará con los votos favorables del PP (como ya ha
ocurrido durante los trámites previos del
Congreso y el
Senado).
El ministro de Educación, José Ignacio Wert, cuyo segundo intento de reprobación se vota también hoy,
ha insistido
muchas veces en que, en democracia, la legitimidad la da el número de
votos (el PP cuenta con mayoría sobrada en la cámara) y no el de grupos
que apoyan.
Sin embargo, desde la oposición (la mayor parte de la cual
se ha comprometido a derogar la ley en cuanto tengan oportunidad)
aseguran que esta ley “nace muerta”, en palabras del portavoz de
educación del Grupo Socialista, Mario Bedera, pues existe un amplísimo
acuerdo de partidos, asociaciones de padres, sindicatos y alumnos contra
la reforma; pertenecen en muchos casos a sectores que no coinciden en
su visión sobre lo que necesita la escuela para mejorar, pero todos
están de acuerdo en la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad
Educativa (LOMCE) no es la receta.
Wert ha agradecido la defensa de la LOMCE que ha hecho María Jesús
Moro, del PP, y el trabajo del resto de grupos. Y ha terminado su breve
intervención con una cita bíblica: "Hay un tiempo de destruir y un
tiempo de construir", una vez aprobada la norma, el ministro espera "que
haya llegado el de construir". Al final del Pleno, los diputados
votarán la aprobación definitiva de la ley.
La diputada del PP María Jesús Moro ha justificado el aislamiento de
su grupo en la votación subrayado que están avalados por 11 millones de
votantes
. También ha calificado de "discursos apocalípticos" las
críticas de la oposición.
La oposición está siendo muy dura durante el debate
. Según casi todos los grupos, la norma invade competencias, es
españolizadora,
reaccionaria, clasista, ataca el modelo de inmersión lingüística de las
comunidades con lengua cooficial, minusvalora a la educación pública
frente a la concertada-privada, no es laica y defiende la educación
diferenciada por sexos son muchas de las críticas a la reforma.
Para el socialista Mario Bedera la ley ha ido de "chapuza tras
chapuza" entre otras cosas porque el ministro ha pecado de un "exceso
de intransigencia insoportable" y "disfruta con el enfrentamiento". Por
eso su grupo denunciará ante el Tribunal Constitucional la norma.
La diputada de Amaiur Maite Ariztegui ha sido reprendida por la
vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos, tras entonar en euskera
unos versos compuestos por ella para defender su rechazo a la reforma
con la melodía de una canción popular: "Estamos construyendo en Euskal
Herria nuestra propia educación y no dejaremos que la Lomce entre en
nuestras aulas".
En el ministerio están convencidos de que la norma sienta las bases
para un avance necesario: el modelo actual, aseguran una y otra vez, ha
provocado unos resultados estables en su mediocridad en los exámenes
internacionales y un abandono escolar que, a pesar de la mejora de los
últimos años, sigue siendo del 24,9%, casi el doble de la media europea
.
Lo
quieren hacer
bajo algunos de los postulados clásicos de los populares: reválidas al
final de la ESO y bachillerato; itinerarios distintos durante la etapa
obligatoria (dura hasta los 16 años); vuelco en las materias
“principales” —las académicas ‘duras’ de toda la vida, según
algunos especialistas—
cuyos contenidos controlará más el Estado; libertad de elección y de
enseñanza (es decir, apoyo a la escuela concertada); y especialización
de centros y autonomía (la idea es que eso les llevará a la competición y
esta, a la mejora)
. A ello se unen otros puntos polémicos como que la
Religión (que volverá a tener materia alternativa sobre valores) contará
para la nota media y para conseguir becas; el respaldo legar a las
subvenciones para los colegios que separan por sexo; y el blindaje de la
enseñanza en castellano en Cataluña.
Pero, en el lado contrario, casi todos los demás consideran que la
ley será la puntilla del sistema junto a un recorte de más de 6.400
millones de euros desde 2010.
“Con una ley que mira al pasado, que no
apuesta por una sociedad y una economía del conocimiento, no vamos a
resolver los problemas educativos que tenemos planteados.
Las altas
tasas de abandono educativo temprano no van a mejorar con un modelo
educativo que segrega tempranamente al alumnado y que establece un
sistema de reválidas que impedirá titular a muchos.
No se contribuirá al
necesario reforzamiento de la Formación Profesional configurándola como
un itinerario de menor valor que el académico”, resumía
en un artículo en este diario el responsable de la Federación de Enseñanza de CC OO, Francisco García.
La vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, ha asegurado esta mañana en
Los desayunos de TVE
que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad "está
tratando de convencer al ministro a última hora" de que mantenga la
asignatura de Educación para la Ciudadanía o una de sus bases que "es
aprender a relacionarse en igualdad entre jóvenes".
Amaiur llamó ya la
atención en la anterior votación de la LOMCE en el Congreso cuando un
diputado
Xabier Mikel Errekondo puso los brazos en cruz y cargó con manuales para simbolizar el castigo que supone la ley.
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