Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

20 nov 2013

El juez acusa a los padres de Asunta de preparar su muerte durante tres meses

El magistrado descarta la participación de una tercera persona en los hechos

El auto revela que ha desaparecido un ordenador y un móvil del padre de la pequeña

La madre acusó al padre de tener el Orfidal en casa y darle a la niña "polvos blancos"

Los padres no se pusieron de acuerdo en el lugar y la hora a la que la vieron por última vez

 

Los sospechosos saliendo de su piso de Santiago / EFE

El juez acusa a los padres de Asunta de estar preparando la muerte de la niña desde hacía tres meses y descarta la participación de nadie más en los hechos
.Tres hombres fueron investigados por su posible implicación en la muerte de Asunta: un empresario al que la madre de la niña asesinada asesoraba en sus negocios en Marruecos, un amigo de ambos y una tercera persona ajena a la familia Basterra Porto.
 Sin embargo, su presencia en alguna de las fases del crimen queda completamente descartada: “Con solvencia se puede decir que son totalmente ajenos a los hechos”, concluye el auto con el que el juez José Antonio Vázquez Taín ha puesto fin al secreto sumarial del crimen de Asunta y que desmonta la hipótesis del tercer hombre.
  Este escrito aporta algunos datos extra sobre la causa como las contradicciones y desmentidos en los que incurrieron los padres de Asunta, únicos imputados en el asesinato de la niña, cuando los investigadores cruzaron sus versiones.
Entre las novedades sobre el caso que nunca llegaron a trascender a través de los medios de comunicación en estos dos meses transcurridos desde la muerte de la cría, está el hecho de la extraña desaparición de un ordenador y un segundo móvil del padre de Asunta y una declaración de la madre en la que acusa a su exmarido de guardar el ansiolítico que se le suministró a la niña en su casa.
 La presunta asesina también relató al juez cómo una vez su expareja dio "polvos blancos" a la menor de 12 años
. Los análisis de sangre confirmaron que Asunta Basterra Porto había ingerido el día que murió una dosis tóxica de Orfidal, cuyo principio activo es el psicofármaco lorazepam.

El instructor carga las tintas contra las “gravísimas filtraciones” que han ocasionado “graves perjuicios al procedimiento”. “Por mucho que se acuse a este instructor de ser el filtrador, al contrario, me he esforzado personalmente en tratar de evitarlas”, afirma Taín por escrito
. Antes, deja un recado para evitar que las imágenes del cadáver de la menor u otras partes delicadas del sumario lleguen a los medios.
 Cada una de las partes personadas en la causa recibirá hoy una copia con una marca de agua que será distinta para cada una de ellas a fin de seguir la pista del filtrador si el contenido llegara a reproducirse y que funcionaría como seguro de cara a futuras acciones legales. En cuatro páginas, el instructor repasa y razona los “numerosos indicios sospechosos” que existen contra ellos y que justificarían la imputación de los padres de la niña, Rosario Porto Ortega y Alfonso Basterra Camporro, en prisión provisional.
“Los indicios exhibidos a los imputados motivaron en éstos un cambio de versión que parece confirmar las sospechas iniciales”, razona el juez, muy extrañado por la misteriosa desaparición del ordenador de Basterra y de su segundo teléfono móvil “que por razones que se escapan a esta instrucción ha ocultado”
. Taín justifica el haber mantenido el secreto sumarial desde el 22 de septiembre hasta la tarde de ayer, martes 19 de noviembre, en la necesidad de obtener una explicación “fresca” de parte de “posibles terceros sospechosos”.
La declaración del último de los tres varones investigados llegó ayer al juzgado de Santiago y cierra la puerta a la participación de cualquiera de ellos en el crimen de Asunta.
 Rosario Porto, sostiene el instructor, sabe “perfectamente” que fueron sus confusas explicaciones sobre el presunto incidente en el que un desconocido trató de matar a la niña o sus contradicciones sobre cómo y dónde dejó a la pequeña el día de su muerte, el 21 de septiembre, las que sustentan la imputación por asesinato en connivencia con su expareja, el padre de la pequeña.
 Los considera a ambos responsables de haberla asesinado, presuntamente, mediante asfixia mecánica después de drogarla durante, al menos, tres meses, expone.
A él le atribuye, basándose en la autopsia y el informe toxicológico, ser el responsable de haber drogado a la menor con Orfidal en una dosis tóxica “para facilitar la asfixia en un plan concordado con Rosario”.
 Algo, que según el auto, había hecho otras veces a modo de ensayo cuando la niña dormía en su casa según declararon personas del entorno de la menor.
Repite Taín que los dos imputados conocen perfectamente los hechos e indicios que los han llevado a la prisión de Teixeiro aunque hayan optado por guardar silencio hasta ver toda la causa, posiblemente añade, “para no volver a entrar en contradicciones palmarias con pruebas objetivas”.
 El juez alude al cambio de versión de Rosario cuando los investigadores le cuentan que las cámaras de seguridad la grabaron en el coche camino de Teo junto a la niña sin explicar dónde la dejó de vuelta.
 Apunta también a las contradicciones de Basterra y Porto sobre quién tenía el Orfidal (ella le acusó a él de tener el sedante en su casa y de haberle dado a la niña polvos blancos por lo menos una vez y él lo desmintió).
 Otro punto en el que los padres no se pusieron de acuerdo fue en el lugar y la hora a la que vieron por última vez a la niña
. Aunque el marido corroboró la primera versión de su esposa, se contradijo cuando supo que las cámaras la habían grabado y terminó por decir que no le había preguntado por la niña a su exmujer.

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