La crisis en Panrico vuelve a agudizarse.
La empresa de bollería decidió este martes suspender el pago de la nómina de septiembre a sus cerca de 4.000 empleados, según explicaron fuentes del sector, para poder afrontar el pago a sus proveedores. Según estas fuentes, la medida obedece a que la compañía ahora quiere dar prioridad al mantenimiento de la actividad aunque ello suponga abrir otro conflicto laboral en las fábricas
. Un portavoz de Panrico declinó dar explicaciones sobre la decisión.
La crisis del consumo lleva tiempo lastrando los resultados de la compañía, a la que su único accionista, Oaktree, exige que salga ya de números rojos.
El fondo norteamericano se hizo con el 100% de la empresa el pasado mes de junio tras capitalizar los préstamos que le dio en 2012. El principal desafío de Panrico es plantar cara a las marcas blancas, cuya diferencia de precio puede llegar hasta el 200%, según el sector.
La empresa está elaborando ahora un plan de viabilidad para dejar atrás las pérdidas.
La semana pasada el Consejo de Administración ya nombró al economista y abogado Carlos Gila como primer ejecutivo de la compañía. Gila es experto en reestructuración de empresas, y anteriormente fue vicepresidente ejecutivo de La Seda de Barcelona y consejero de Azucarera Ebro Agrícolas.
Panrico ya vivió el año pasado un conflicto con los trabajadores al amenazar con el cierre de la planta de Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona), lo cual al final evitaron con rebajas salariales del 25%. Los recortes, no obstante, han acabado por afectar a otras plantas de la compañía, como la de Sevilla, Valladolid y Santiago de Compostela.
La empresa de bollería decidió este martes suspender el pago de la nómina de septiembre a sus cerca de 4.000 empleados, según explicaron fuentes del sector, para poder afrontar el pago a sus proveedores. Según estas fuentes, la medida obedece a que la compañía ahora quiere dar prioridad al mantenimiento de la actividad aunque ello suponga abrir otro conflicto laboral en las fábricas
. Un portavoz de Panrico declinó dar explicaciones sobre la decisión.
La crisis del consumo lleva tiempo lastrando los resultados de la compañía, a la que su único accionista, Oaktree, exige que salga ya de números rojos.
El fondo norteamericano se hizo con el 100% de la empresa el pasado mes de junio tras capitalizar los préstamos que le dio en 2012. El principal desafío de Panrico es plantar cara a las marcas blancas, cuya diferencia de precio puede llegar hasta el 200%, según el sector.
La empresa está elaborando ahora un plan de viabilidad para dejar atrás las pérdidas.
La semana pasada el Consejo de Administración ya nombró al economista y abogado Carlos Gila como primer ejecutivo de la compañía. Gila es experto en reestructuración de empresas, y anteriormente fue vicepresidente ejecutivo de La Seda de Barcelona y consejero de Azucarera Ebro Agrícolas.
Panrico ya vivió el año pasado un conflicto con los trabajadores al amenazar con el cierre de la planta de Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona), lo cual al final evitaron con rebajas salariales del 25%. Los recortes, no obstante, han acabado por afectar a otras plantas de la compañía, como la de Sevilla, Valladolid y Santiago de Compostela.
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