Isabel Preysler, pierde mucho, al natural

¡Susto, susto, pero susto!, el que me he llevado hoy cuando he visto esta foto de
Isabel Preysler paseando por
New York,
con la cara lavada y sin peinar, vamos porque las fotos cantan, que me
lo cuenta y no me lo creo y eso que una es de "creencia fácil".

Y, a servidora, que admiraba a esa reina de
Porcelanosa y
Ferrero Rocher, se le han caído los palos del sombrajo al descubrir a la verdadera Isabel una vez se ha despojado de "su artístico estucado".

Porque
aunque, para los 61 años que cumplió en febrero, se conserva bien, que
para eso se ha gastado lo suyo en retoquitos, a la vista de las fotos,
no me queda más que reconocer que para lucir ese esplendor y lozanía a
la que nos tiene acostumbrados:
Isabel "no se pinta, se restaura"
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